miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA POLÍTICA Y LA MAFIA

OPINIÓN

La mafia no se crea con el propósito de delinquir, sino con el de defender a un grupo social que se ve perseguido, marginado o, por lo menos, con menores posibilidades que el resto de la sociedad.
En Norteamérica se destaca la mafia siciliana, por ser la primera, o la más aguerrida, o la que ya trae una experiencia de su país de origen, no sé, pero de inmediato la mafia siciliana tiene que enfrentarse a la mafia irlandesa, la mafia judía, la mafia china, que le hacen competencias eficaces.
Las mafias se proponen luchar. En esa lucha se acomodan a la delincuencia, pues característica de los luchadores es la de buscar el triunfo; si el triunfo puede obtenerse dentro de la ley, bien; si dentro de la ley no se puede, entonces, afuera, al margen, despreciando a la ley, sin preocupación alguna por contrariarla ni modificarla.
Prolifera la mafia en los momentos de inmigración numerosa. El inmigrante a sus problemas económicos que lo han hecho abandonar su propio medio, suma la dificultad del idioma, el ridículo en que cae con costumbres ajenas, lo que los psicólogos señalan como falta de pertenencia al grupo. Habiendo alcanzado cada día mayor poder en los lugares a que accedieron, las mafias pierden razón de ser. Esto es, las mafias caracterizadas por igual procedencia, por el mismo origen geográfico y etnográfico.
Las mafias -grupos dispuestos a alcanzar objetivos aún al margen de la ley y de las buenas costumbres- toman nuevas características.
Pero esto no viene al caso: no es que se pretenda acusar a la mafia política ante los tribunales que esa misma mafia establece y controla. Lo que debemos ver es que se trata de una realidad que la gente percibe perfectamente. Los políticos son mafiosos   cuando se afanan de sus propios beneficios personales. Los mafiosos son gente que busca un beneficio y, muchas veces, otros también salen beneficiados con su actividad.
Antes, con otras condiciones, se podía decir yo soy un hombre de ley y estoy en contra de las mafias. Eso ganaba adhesiones. Ahora, ¿las ganará?
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN

jorgeloboaragon@hotmail.com
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