Jn.
1, 46.
Mala fama, Señor, tenía tu tierra,
innombrada en el sur de Galilea,
sin profetas, apenas una aldea
ausente en los honores de la guerra.
Natanael pregunta y algo encierra
su demanda enigmática y hebrea:
pregunta si el Mesías alborea,
si la esperanza al Cielo
nos aferra.
Porque se dice nazareno el fruto,
el retoño, la flor, pétalo en rama,
la raíz de Jesé que oyó Isaías.
Reine tu vara entre las agonías
de esta patria sin sol en su retama.
Nazca tu Vida y se disipe el luto.
Antonio Caponnetto