jueves, 6 de diciembre de 2012

UNA JUSTICIA LENTA NO ES JUSTICIA

UNA JUSTICIA LENTA
NO ES JUSTICIA

OPINIÓN:

Una decisión por muy ajustada a derecho que pretenda ser, si no es oportuna, en sí misma,  carece de la cualidad que la propia justicia demanda, porque “la demora” que la decisión toma para manifestarse, la convierte en injusta por lo extemporáneo de su acción, de allí que afirmar que la justicia requiere de justicia, denota la justa temporalidad de la acción decisoria.
 Es  por ese motivo que la transparencia y la celeridad en materia de justicia son elementos fundamentales para la manifestación  de la verdad,  siendo ésta junto a la igualdad ante la Ley, objetivo fundamental de la administración de justicia, por lo que ambas,  justicia y verdad  son claro reflejo una de la otra.
Asimismo, cuando la verdad no se impone,  por mucha  “celeridad”  con que se haya “atendido o estudiado un caso”,  la injusticia se hace manifiesta, mostrándose como lo que es, simple cuento, mediante el cual,  con lujo de detalles, se muestra como la sociedad huérfana de justicia, ha quedado  sometida al arbitrio discrecional del prójimo investido de poder  y no, al mandato de la Ley.
Cuando ello ocurre, más aún cuando ello ocurre en nuestro País Argentina y en nuestra Provincia Tucumán,  natural resulta que la ciudadanía asumiendo los principios rectores del contrato social,  actúe al respecto. Se debe enaltecer al ciudadano al ejercicio – protagonismo -,  en total coherencia a los principios rectores de libertad, justicia, igualdad, razón por la cual, dicho rol no puede ser menoscabado.
En consecuencia el justiciable  de ningún modo puede ser desmerecido por el propio Estado y sus instituciones ya que,  el solo hecho de pretender vulnerar ese rol,  no sólo atenta contra  la normativa legal vigente sino contra  el pensamiento de nuestros constituyentes.
No debemos olvidarnos de la tragedia de once, y muchos hechos en donde la Presidente con total despropósito solicitó al Juez de la causa pronta resolución antes de constituirse el Estado en querellante.
Nunca  se debe olvidar de los muertos y heridos y de las familias de los damnificados que claman justicia.
No  podemos dejar entre renglones que justicia lenta no es justicia
El general San Martín, padre de la patria, quien de estar entre nosotros, con toda seguridad se haría participe de la indignación de un pueblo que paciente demanda justicia e independencia,  confiando   en su  efectivo apego  a la verdad y la Ley. De estar nuestros próceres de cuerpo presente,  con toda seguridad traería la sabiduría de los tiempos y llamándonos a la unión, nos diría que la libertad por la que un día se luchó, quedó anclada en la conciencia.
Ciudadanos,   Magistrados,  justicia para la justicia. Libertad para la libertad. Amor para el amor.


DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN