UNA JUSTICIA LENTA
NO ES JUSTICIA
OPINIÓN:
Una decisión por muy ajustada a derecho que pretenda ser, si no es oportuna, en sí misma, carece de la cualidad que la propia justicia demanda, porque “la demora” que la decisión toma para manifestarse, la convierte en injusta por lo extemporáneo de su acción, de allí que afirmar que la justicia requiere de justicia, denota la justa temporalidad de la acción decisoria.
Es
por
ese motivo que la
transparencia y la celeridad en materia de justicia son elementos
fundamentales para la manifestación de la verdad, siendo ésta junto a
la igualdad ante la Ley, objetivo fundamental de la administración de
justicia, por lo que
ambas, justicia y verdad son
claro reflejo una de la otra.
Asimismo, cuando la verdad no se impone, por mucha “celeridad” con que se
haya “atendido o estudiado un
caso”, la injusticia se hace manifiesta, mostrándose como lo
que es, simple cuento,
mediante el cual, con lujo de detalles, se muestra como la sociedad
huérfana de justicia, ha quedado sometida al arbitrio discrecional del
prójimo investido de poder y no, al mandato de la Ley.
Cuando ello ocurre, más
aún cuando ello ocurre en nuestro País Argentina y en nuestra Provincia
Tucumán, natural resulta que la ciudadanía asumiendo los principios
rectores del contrato social, actúe al respecto. Se debe enaltecer al ciudadano al
ejercicio – protagonismo -, en total coherencia a los principios rectores de libertad,
justicia, igualdad, razón por la cual, dicho rol no puede ser menoscabado.
En consecuencia el justiciable de ningún modo puede ser desmerecido por el
propio Estado y
sus instituciones ya que, el solo hecho de pretender vulnerar ese
rol, no sólo atenta contra la normativa legal vigente
sino contra el pensamiento de nuestros constituyentes.
No debemos olvidarnos de la tragedia de once, y muchos hechos en donde
la Presidente con total despropósito solicitó al Juez de la causa pronta
resolución antes de constituirse el Estado en querellante.
Nunca se debe olvidar de los
muertos y heridos y de las familias de los damnificados que claman justicia.
No podemos dejar entre
renglones que justicia lenta no es justicia
El general San Martín, padre de la patria, quien de estar entre nosotros, con toda seguridad
se haría participe de la indignación de un pueblo que paciente
demanda justicia e independencia, confiando en su
efectivo apego a la verdad y la
Ley. De estar nuestros próceres de
cuerpo presente, con toda seguridad traería la sabiduría de los tiempos y
llamándonos a la unión, nos diría que la libertad por la que un día se luchó,
quedó anclada en la conciencia.
Ciudadanos,
Magistrados, justicia para la justicia. Libertad para la
libertad. Amor para el amor.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN