Cada
vez más aislada CFK se emperra en “vamos
por todo”.
José Marcelino García Rozado
El
cristikirchnerismo en su peor momento desde el mismo 2003 emprende la cruzada
para controlar la Justicia, los medios y hasta las empresas privadas, y la
ofensiva que desató, sin precedente alguno desde la restauración democrática
–pero con claros antecedentes de épocas dictatoriales-, pone a los poderes de
la República en una situación insostenible. La Corte Suprema
observa impávida todo esto como si ocurriera en otro país, desentendiéndose
como si lo que acontece no fuere de su incumbencia. Argentina se chaviza y
aísla internacionalmente, ¿CFK está buscando un golpe institucional?
La histórica obsesión del
cristikirchnerismo de controlar todos los resortes de poder –medios, justicia,
legislativo y órganos de control- no es nueva, la historia repite lo acontecido
en Santa Cruz desde la asunción misma de Néstor en la municipalidad de Río
Gallegos y más abiertamente desde la Gobernación en 1991, siendo éste tipo de
actitud la principal preocupación de los Kirchner desde siempre, pero la
histérica manipulación encarada desde el pasado 23-O-2011 particularmente sobre
la Justicia y los medios añade una nueva y gigantesca vuelta de rosca; ahora y
en medio del aislamiento popular interno y externo al que terminó sometiendo a
su gobierno, y a la Patria misma, CFK incorpora un intento que va más allá y
atenta abiertamente contra la propiedad
privada y por lo tanto ataca definitivamente la Constitución Nacional
y los valores más sagrados de la democracia y el sentimiento republicano.
La incorporación de la facultad
del Estado, sin que medie la Justicia, vía la Comisión de Valores a “intervenir cualquier empresa que cotice en
Bolsa, a simple pedido de las minorías accionarias”, sumado a la
inconcebible intromisión del Gobierno en la Justicia y los medios de
comunicación termina por chavizar, en el peor sentido del término, el sistema
de gobierno impuesto por el cristikirchnerismo en el transcurrir de su historia
política. Solo José Stalin, o en la peor época de Benito Mussolini, un régimen
seudo republicano se animó a tales desatinos, igualando en el peor sentido al
gobierno socialista bolivariano de Hugo Chávez Frías, CFK inicia una carrera
alocada por el “vamos por todo”, en
el que los peores temores ciudadanos imaginados, son ampliamente superados por
una Presidente desencajada y fuera de sí, que arremete como toro enceguecido
contra todo aquello que ella visualice como una posible competencia en su
enfermizo afán por eternizarse en el poder.
Lo realmente trágico y
dramático, es que ante tamañas barbaridades, propias de un ser fuera de sus
cabales, o lo que es peor, en sus cabales y pretendiendo acaparar “la suma el poder público y hasta privado”
los demás poderes del Estado permanezcan inmutables, como si este derrotero de
tropelías y atropellos de toda índole no merecieran la intervención correctiva
que la Constitución
Nacional les exige, demanda y obliga. La coerción que lleva
adelante el cristinismo duro y puro, convierte al Estado en rehén de un
Gobierno que considera a aquel un apéndice de un partido político –el Frente
para la Victoria y no justamente el peronismo al que denosta y aparta
desembozadamente del Gobierno-, disposición que ningún demócrata y republicano
puede calificar de ninguna otra forma que, como mínimo, inconstitucional sino
directamente totalitaria y dictatorial, pues avasalla con los principios
básicos consagrados por la Ley madre y atenta contra el propio sistema
democrático, representativo, republicano, federal y no clasista. Este avance
desembozado sobre las instituciones y la mismísima propiedad privada convierten
al régimen cristikirchnerista en un régimen “sedicioso
por antonomasia, antidemocrático y antirrepublicano” por lo cual, el pueblo
debe salir a denunciarlo y combatirlo por medio de todas las armas democráticas
que tenga a su alcance.
La Constitución Nacional, específicamente faculta al
pueblo y a sus representantes a iniciar el camino de reencauzar la república,
para lo cual fija pautas, criterios y metodologías, así como fija castigos para
todos aquellos que no cumplieren con dichos preclaros mandatos, la “alta traición a la Patria” es la peor
de las ofensas que un régimen o Gobierno puede cometer, y quienes incurran en
semejante delito serán demandados –además de por Dios todopoderoso- por la
Patria, y por consiguiente por el pueblo, quien representado por los miembros
del Poder Legislativo y por los miembros del Poder Judicial demandarán de éstos
que tomen todas y cada una de las acciones que la Constitución les pone a su
alcance. ¡De no hacerlo, ellos también serán criminalmente imputados por la
demanda popular! Solo cabe interpretar que semejantes atropellos, concatenados
y orquestados perfectamente desde el Gobierno cristinista desde el pasado 23-O
del 2011 –veamos la secuencia cuidadosamente: cepo cambiario, Korralito a las
importaciones, mantenimiento del impuesto inflacionario, emisión monetaria
descontrolada, ataque a los sindicatos díscolos, persecución a ciudadanos,
políticos, empresarios y periodistas no afines, negación de los genuinos
reclamos populares expresados el 13S, el 8N y el 20N, expropiación de YPF, ataques
a los jubilados y pensionados que reclaman por sus derechos, etc.- conllevan
aparejados un vil ataque al pueblo o esconden la intención artera de generar un
golpe institucional.
Las numerosas huellas, son tan
groseras como patéticas y reveladoras de los límites que CFK y el cristinismo
duro y puro están dispuestos a vulnerar en su afán por asegurarse el dominio
del mundo político, social, económico, judicial y comunicacional; las numerosas
huellas de este accionar están por todas
partes y no pueden ser borradas ni ocultadas, muy a pesar de la complicidad y
el “mirar para otro lado” por parte
de legisladores, jueces y fiscales, de todos y cada uno de los fueros, que se
afanan en hacerlo. Como bien expresara el viejo y sabio General Perón “cuando el pueblo se cansa, hace tronar el
escarmiento”, y cuando quienes debieran defenderlos no lo hacen terminan
por deshacerse de ellos, para lo cual aquél también tenía un adagio que deben
recordar: “con los dirigentes a la
cabeza, o con la cabeza de los dirigentes”. Los actos arbitrarios son
proporcionales, sin embargo, al aislamiento progresivo del Gobierno Cristina, y
como bien muestran las encuestas la imagen y popularidad de la Presidente están
ya por debajo del 30% y exteriormente somos considerados una nación paria, “un Estado canalla” ni siquiera apoyado
por las naciones de la región que nos miran con incredulidad y desconfianza
–hasta Brasil y Uruguay ya descreen del cristinismo-. En medio de los
atropellos, las chiquilinadas, los exabruptos, las mamarrachadas, la impericia
y la incompetencia propia y de sus obsecuentes funcionarios y legisladores
oficialistas, casi consigue el milagro de unificar la CGT, después del paro del
20N.
A cada paso que da la retórica y
el relato-discurso ya no permiten esconder los garrafales errores de conducción
política que se suceden, asomando una gigantesca y permanente impericia que
conlleva aparejada un nuevo perjuicio para el pueblo y para la Patria, cautivos
de la ignorancia, la mentira y la sanata, algunos se demoran en la retaguardia
del avance arrollador sobre la Constitución Nacional, la democracia, el
republicanismo y el federalismo escalando el barranco de la vanidad, otros
viven despeñándose en precipicios de tinieblas por su soberbia y un increíble
sentido de impunidad; un grupo –el áulico- se cree acorazado de poder, sin que
perciba el abismo que lo acecha. ¡Son tan inmorales que reconocen las normas y
los valores de la sociedad argentina, pero las infringen, poniendo su propio
interés por delante! ¡Solo las respetan cuando de ellas se desprende un
beneficio personal! Todo vale para ellos mientras obtengan buenos resultados,
especialmente económicos, aunque conlleve aparejado el perjudicar al pueblo
todo, los emergentes de la “ejecutividad
nacional, provincial y municipal”, mayoritariamente amorales funcionarios y
funcionales al régimen, no aceptan –en su soberbia- la necesidad de justificar
sus comportamientos; la familia argentina, gravemente perturbada o psicótica
está a la deriva, oscuramente, un método sistemático fue separando al individuo
de la familia, rompió su entramado e incitó un falso sentido de libertad entre
nuestra juventud, rebelándola contra los mayores.
No es invisible y su origen
está muy claro, el gramsismo impuesto por el régimen ataca la base de conformación
social, pues saben que la fuerza conservadora de la familia es un impedimento
para cualquier sistema de masividad; primero fueron por la Iglesia y las
Fuerzas Armadas y de Seguridad, luego por los partidos políticos y los
sindicatos, ahora van por “la
descomposición social” y para eso atacan la familia; la Justicia, la salud
y la educación pilares de la sociedad suelen estar en manos de “adictos al erario público”, sin ideas o
con ideas prestadas por el régimen, ociosos y sin voluntad para renunciar ante
los errores, los descuidos o las perversidades producto de la impericia y la imbecilidad. Debemos hacer notar que “el descuido” es una forma brutal de
desprecio sobre la responsabilidad encomendada y por lo tanto no lo disculpa ni
legal, ni ética, ni moralmente; no podemos ni debemos sentir compasión por
nosotros mismos, y por lo mismo, debemos ser absolutamente capaces de exigir retractarse a quienes atentan contra el
pueblo, promoviendo a la vez medios de juzgar y castigar a los responsables de
los perjuicios de que fueron causantes.
No aceptemos que “nos gobiernen”, pues ellos, “inquilinos transitorios del poder por
delegación popular” solo nos pueden guiar por el camino más apropiado para
la grandeza de la Patria y la felicidad del pueblo argentino, y siempre
subordinados totalmente a la Constitución Nacional y sus obligaciones, que
implican división de poderes, control de los actos gubernamentales, aceptación
de la voluntad popular, sumisión de los actos administrativos a los mandatos de
la justicia y fundamentalmente respeto irrestricto a la democracia, el
republicanismo y el federalismo. Como bien señalare Platón “la mayoría de los males sociales y políticos que sufrís, están bajo
vuestro imperio, pues dependen de que tengáis la voluntad y el valor de
cambiarlos”. Mientras el pueblo no tome conciencia de que reaccionarios
como Laclau y Foster, y omito expresamente a Aníbal Fernández y Julio Alak por
obsecuentes y amanuenses cuando tildan las protestas del 13S y 8N como “un invento de una facción ultraderechosa
paga” –financiada por la SRA y la Organización Pensar,
muy lejos ellas del pensamiento del 80% de los manifestantes- y ligada a lo “más rancio de la extrema derecha argentina”;
expresan visiones gramsianas de infiltración comunicacional que enfrentan desde
el seudo discurso progresista el cansancio de un pueblo –clases medias, bajas,
obreras y muy pequeños sectores de la clase alta que balconea la crisis- por la
falta de respeto, la corrupción, la inseguridad, el avasallamiento de las libertades
básicas de disentir, ahorrar en la moneda que pretendan, leer, escuchar y mirar
lo que se le ocurra y donde se le ocurra, la falta de un sistema de transportes
digno y seguro, una educación y una salud universalizada y de excelencia, y
salir e ingresar a la nación libremente y sin controles draconianos por parte
de un sector político que pretende que todos pensemos y nos comportemos como
ellos quieren.
El régimen y sus seudo
intelectuales –algunos tan alejados de la realidad, quizás por vivir y residir a
más de 14 mil kilómetros de distancia y al servicio de la Corona Británica-
hablan de racismo, sin percatarse que son justamente ellos quienes ejercen
crudamente el peor de los racismos, cuando denostan a todo aquel que no se
subyuga a su pensamiento único que niega la inseguridad que todo el pueblo vive
y sufre cotidianamente, niega asimismo el peor de los impuestos a las clases
pobres, obreras y medias como es la inflación de más de un 25% anual durante
estos últimos 4 años, que niega que cobrar impuesto al salario de los
trabajadores que apenas ganan US$ 895 mensuales es una inequidad y un
despropósito sólo aceptado en un sistema marxista-estalinizado dónde solo los
burócratas pueden enriquecerse mientras el pueblo sufre las penurias de no
llegar a fin de mes, que acepta como válido que la Presidente diga (casi como
una ofensa) que pertenece a la clase media mientras declara una fortuna de más
de $ 80 millones y se asigna un salario incrementado en un 42% sólo en el
período del 2012 y que junto a la pensión de su ex marido fallecido cobre $ 115
mil mensuales, o sea 20 veces el salario de un trabajador alcanzado por el
impuesto a las ganancias… ¿Quiénes son los racistas y ultraderechosos?
CFK está cada vez más aislada,
la abrupta caída de su popularidad en apenas 11 meses es inaudita, y sin
embargo como consecuencia de que no exista una oposición real y organizada,
ella y su partido –FpV- siguen su carrera del “vamos por todo”, su gobierno y el régimen totalmente perdido el
rumbo y debilitado interna y externamente como consecuencia del cansancio
popular por los motivos archiconocidos y la pobreza creciente, la pérdida de
fuentes y puestos laborales, los apagones se encierran en su caparazón y salen
a contraatacar con la inaceptable re-reelección, pues para el
cristikirchnerismo rabioso es “ella o
nada”, suena a herejía hablar de la
eventualidad de Cristina fuera del poder, pues todo el andamiaje de control
político está construido bajo la hipótesis de eternidad, o de una generosa y
holgada permanencia, si este “verdadero
cerrojo” no llega a funcionar, o se llega a liberar por la torpeza
discursiva, el tropel de ambiciones sucesorias será irrefrenable, en esto se
basa “la base de la defensa del modelo”. O sea la protección lisa y llana
del actual sistema de poder, sus protagonistas y sus privilegios y el reaseguro
de la distancia de ”Marcos Paz”, chamuscados
de tantas fricciones, muchos ya perdieron el favor presidencial ante la falta
de resultados pretendidos por ella.
Todas las encuestas, hasta las
que encarga el oficialismo, la muestra a CFK en franca pendiente decreciente,
los contratiempos, agudizados en noviembre 2012, un mes negro para el régimen
Cristina, llevaron a reponer en escena argumentos y personajes bastante
archivados, la re-re es un intento de argumento para mantener motivados a los
desmotivados aplaudidores rentados, intenta ser una contención de un
indisciplinado peronismo que “huele
sangre y va por ella”, en este contexto negativo, la sola alusión a la
posibilidad de un futuro sin Cristina “suena
para los ultracristikichneristas como
desafinado”, en general la política puede entenderse como un cotejo de
ambiciones y de intereses, colectivos, sectoriales y personales. Pero según
esta interpretación se está consagrando en el régimen una nueva categoría, de
ser cierto, durante este, su segundo mandato ha nacido la “política del capricho”, muy lejos ella de un “modelo” como pretende mostrarnos el “relato-discurso” de sus seudo pensadores y hasta de los
disfuncionales defensores berretizados.
Buenos
Aires, 3 de Diciembre de 2012.
Arq.
José M. García Rozado
MPJIRucci
– LIGA FEDERAL –
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