viernes, 5 de abril de 2013

LA DEMOCRACIA COMO FUENTE DE SUBVERSION

La Democracia como fuente de subversión

La Democracia y el sufragio universal, son la síntesis del dogma principal de la posmodernidad, del hombre ateo y materialista que ha dado su espalda a la autoridad Divina. Es el sistema político convertido en religión y bandera del liberalismo, de aquel "non serviam" del hombre frente a Dios, de quién proviene toda autoridad. "La Democracia como fuente de subversión" da título a la exposición breve, precisa y clara del Dr. Julián Gil de Sagredo, doctor en Derecho y en Filosofía en 1988. 

"¡El sufragio universal es la mentira universal!"... "Del sufragio universal se ha hecho arma de partido; bajo este punto de vista ni nombrarlo nos dignaríamos. Pero el sufragio universal es hoy, más que todo, base de un sistema filosófico en oposición a los sanos principios de derecho y de Religión [...] y constituye la esencia de lo que se ha querido llamar derecho nuevo, como si el derecho fuese tal si no es eterno". Se trata, en suma, de una "sucia quisicosa", cuyo punto de partida es "admitir como dogma filosófico la infalibilidad de las turbas". Félix Sardá y Salvany, La mentira universal, mayo, 1874.
... "una democracia que llega al grado de perversidad que consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo". San Pío X, Nostre charge apostolique.
... "la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego al valor numérico". Pío XII, La organización política mundial, Del 6 de abril de 1951.
"El Estado liberal, jacobino y democrático edificado sobre el hombre egoísta y el sufragio universal, han permitido que la riqueza del poder Soberano de la Nación haya sido reemplazado por el poder de la riqueza sin Dios y sin Patria. La plutocracia internacional a la sombra de la llamada soberanía popular, mediatizada a los poderes público y explota las naciones".
"La soberanía popular comporta una real subversión atea y materialista, por cuanto sustituye a la soberanía divina, y se postula como un principio absoluto e incondicionado"... Jordán Bruno Genta