El pacto EEUU-Israel con las bandas mercenarias islámicas
Israel rescata al «muyahidín Obama»
Después
de muchas dudas y dos años transcurridos de tragedia humana, la guerra
en Siria nos ha hecho descubrir y revelar una cosa muy importante —cosa
que ha salido poco a poco a flote— como si fuese un inmenso iceberg que
emerge del fondo del mar, hablamos de la enorme implicación, del fuerte
cordón umbilical existente entre Occidente y el terrorismo islámico
fundamentalista, al cual utiliza como un arma a su antojo. EEUU,
Francia, Reino Unido principalmente como cabecillas y otros países
vasallos, ya no escoden ni temen ante la opinión pública mundial que su
maquiavélico plan sea descubierto, es decir la alianza de la prensa
comercial y de ciertas potencias occidentales con el terrorismo
fundamentalista, ambos trabajando conjuntamente en un plan de rapiña
geopolítica que se ha convertido en la verdadera causa de destrucción de
Siria.
Red Voltaire
Precisamente cuando la patraña de la línea roja se
ponía al rojo vivo –pero seguía enterrada en la arena– y tenía que
escoger entre «ejercer control» o «involucrarse directamente» en la
guerra siria, [1] el presidente fue salvado por el gobierno israelí de Bibi Netanyahu.
La tentación fue irresistible para que Obama copiara a Ronald Reagan y se pusiera gloriosamente el manto de «Obama el muyahidín sirio», como hizo Reagan en los años 80 con sus adorados combatientes por la libertad de la yihad afgana. El asunto tendrá que esperar, tal vez no demasiado.
Los motivos de Israel
Vayamos al grano. El bombardeo israelí de instalaciones del ejército sirio en Jamraya cerca de Damasco
es una provocación y un acto de guerra. Israel actuó como testaferro de
Washington, que incluso podría haber suministrado la lista de
objetivos. Y Washington –no vale la pena hablar de esos inútiles títeres
de Bruselas– no condena los bombardeos y por enésima vez se burla del derecho internacional.
Israel insiste en que los objetivos eran misiles tierra a tierra
iraníes Fateh-110 de camino a Hizbulá. Damasco dice que los objetivos
fueron un instituto de tecnología militar así como campos de
entrenamiento de tropas; hay muchos apartamentos cerca, a cuyos habitantes la CIA siempre ha querido reclutar como agentes. No hay armas químicas en Jamraya. Según las fuentes médicas sirias es posible que hayan muerto 42 soldados.
El argumento de Israel con respecto a Hizbulá es tenebroso. No existe
confirmación en ningún sitio de que Hizbulá haya comprado misiles Fateh
110. Desde 2009, Hizbulá tiene versiones sirias del Fateh 110, el M600,
con un alcance de unos 250 kilómetros y un sistema de guía aceptable.
El cacareo usual de «fuentes» anónimas de Washington insiste en que
el propio Ejército Sirio necesita esos misiles contra las tendencias
mercenarias armadas del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS). Por
lo tanto no tendría sentido enviarlos al Líbano.
Pero para Israel tiene sentido destruir un suministro de Fateh 110, o
incluso de M600. Por lo tanto Israel ayuda directamente al ELS
(Ejército Libre Sirio, es decir las bandas mercenarias-terroristas
financiada por Occidente; a propósito uno de sus voceros, verdadero o
falso, se presentó en la televisión israelí para elogiar a los
bombarderos. E Israel impide por lo menos por el momento que lleguen más
misiles a Hizbulá.
Cortando a través de la niebla existe el hecho de que Israel tiene
muchos motivos serios para volver a delinquir. Ansía una Siria débil,
caótica y privada de tecnología militar avanzada. Ansía ante todo una
somalización total de Siria, una distopía sectaria.
¿Qué mejor justificación para un Israel en armas siete días a la semana que el terrorismo wahabí de la línea dura al otro lado de sus fronteras (no delimitadas)?
Además, Israel quiere arrastrar a Siria, Hizbulá, y en última instancia a Irán a una guerra hecha y derecha. Lo quiere todo y mejor temprano que tarde.
¿Qué mejor justificación para un Israel en armas siete días a la semana que el terrorismo wahabí de la línea dura al otro lado de sus fronteras (no delimitadas)?
Además, Israel quiere arrastrar a Siria, Hizbulá, y en última instancia a Irán a una guerra hecha y derecha. Lo quiere todo y mejor temprano que tarde.
Damasco por su parte puede jugar ajedrez y no reaccionar. Por lo
menos de momento. O dejar que Hizbulá responda en el futuro cercano.
No es por accidente que el bombardeo haya tenido lugar después de:
1) El tour del jefe del Pentágono, Chuck Hagel, por Israel y las petromonarquías del Golfo;
2) Los progresos del Ejército Sirio durante las últimas semanas en el corredor de Homs contra los mercenarios/yihadistas patrocinados por el extranjero;
3) el viaje «secreto» a Teherán del Jeque Nasralá de Hizbulá.
1) El tour del jefe del Pentágono, Chuck Hagel, por Israel y las petromonarquías del Golfo;
2) Los progresos del Ejército Sirio durante las últimas semanas en el corredor de Homs contra los mercenarios/yihadistas patrocinados por el extranjero;
3) el viaje «secreto» a Teherán del Jeque Nasralá de Hizbulá.
Posteriormente Nasralá, una refinada mente política, subrayó que lo
que «ellos» quieren en realidad es la destrucción de la infraestructura,
la economía y el tejido social de Siria para «destruir Siria como
pueblo, como ejército, como toda una nación» [2]
Si hay más ataques –y es muy posible que los haya– para vaciar los
arsenales del ejército sirio, serán un regalo providencial para los
mercenarios/yihadistas. Nasralá tiene toda la razón cuando dice que el
objetivo clave de la coalición de los dispuestos de OTAN-CCG–Israel
es arrastrar a Siria a una guerra total. Después de una eventual
reacción siria, la «solución» sería someterla a bombardeos masivos como
sucedió en Irak.
Las opiniones de «Obama el muyahidín»
Queda por ver si la estrategia estadounidense/israelí tendrá éxito.
Lo que logró fue postergar la coronación de Obama el muyahidín.
Los inframundos del EE.UU. de los think-tanks [3]
estaban tremendamente excitados ante la perspectiva de que Obama
soslayara al Consejo de Seguridad de la ONU (a Rusia y China) al estilo
de Bush e impusiera unilateralmente una zona de exclusión aérea en Siria
para que EE.UU. pueda involucrarse en la requerida «supresión de la
campaña de defensa aérea del enemigo».
No tiene sentido, aunque los británicos y Francia no han cedido en la
Unión Europea y en la OTAN, incluso tratando de hecho de soslayar a la
OTAN imponiendo una zona de exclusión aérea.
La zona de exclusión aéresa se presentó en Washington como un medio
de controlar las armas químicas de Siria. El problema es que Washington
tiene una información pésima de donde se almacenan realmente esas armas
químicas. Y para colmo es probable que las armas químicas no hayan sido utilizadas por el gobierno sino por los «rebeldes» Contras– según la investigadora de la ONU Carla del Ponte.
El gobierno de Obama también estaba flirteando con la idea de «ayuda
letal directa» a los rebeldes con misiles guiados antitanques y misiles
tierra-aire, por ejemplo.
Washington cree su propio mito de que «indirectamente» está involucrado en examinar y armar grupos opositores en Siria. Desde 2011, el armamento de bandas mercenarias/yihadistas sirias se ha contratado a través de arsenales del mercado negro en Libia y en Croacia.
La CIA ha estado metida en el asunto hasta el cuello. Muchas de esas armas están ahora en manos de yihadistas de la línea dura del tipo de Jabhat al-Nusra.
La CIA ha estado metida en el asunto hasta el cuello. Muchas de esas armas están ahora en manos de yihadistas de la línea dura del tipo de Jabhat al-Nusra.
La idea de que la CIA es capaz de examinar y armar a esas bandas
mercenarias yihadistas en beneficio de Washington después del colapso
del gobierno de Bacher el-Asad es «el chiste» de principios del Siglo
XXI. Basta recordar el pasado en Afganistán.
O imaginad a esos McYihadistas sirios, o muyahidines de You Tube, equipados con algunos excelentes misiles portátiles guiados por calor, causando estragos en todo el Sudoeste Asiático.
Por lo tanto, después de muchos quejidos, Obama terminó con algo
mucho más confortable que una zona de exclusión aérea: ataques
selectivos, con jets y/o misiles, perpetrados por los israelíes. El
modelo podría ser la «Operación Zorro del Desierto» (el bombardeo de
Irak ordenado por Bill Clinton en 1998). El objetivo: «enviar un claro
mensaje» a Siria.
Los próximos bombardeos pueden ser contra aeródromos, concentraciones
de aviones, depósitos de armas, tanques y artillería. El daño
colateral, inevitablemente, aumentará en proporción al nivel de la
provocación.
El exembajador de EE.UU. en la ONU, Bill Richardson, muy cercano al
clan Clinton, ya ha declarado en ABC News que Obama «se orienta hacia
ataques aéreos». Sí, es solo el comienzo. Y después vendrán los «mini-Conmoción y Pavor».
Seguir la hoja de ruta
La pregunta es por qué tardó tanto. La destrucción de Siria -como
señaló el Jeque Nasralá– en la cual Occidente volverá colaborar con
bandas yihadistas, está prevista desde hace años. Ved cómo Seymour Hersh la previó en 2007. Y ved con qué ansias el establishment de Washington espera el cambio de régimen
Y Damasco, por cierto, es solo una parada antes de Teherán. Las proverbiales fuentes anónimas han filtrado al Sunday Times de Londres, propiedad de Rupert Murdoch, que una «Media Luna de la Defensa» se está convirtiendo en realidad.
Es el mismo elemento CCG-Israel en la coalición de los dispuestos en
Siria, en este caso confabulado para «contrarrestar las ambiciones
nucleares de Irán». Turquía, la Casa de Saud, los Emiratos Árabes
Unidos, Jordania e Israel celebrando alegremente en centros conjuntos de
comando y control para detectar malvados misiles balísticos iraníes.
No sé mucho de historia. Pero qué mundo tan maravilloso sería. Presidido por «Obama el muyahidín».