miércoles, 29 de mayo de 2013

VERDADEROS HOLOCAUSTOS – HOLODOMOR UCRANIANO 1932-1933

  Uno de los grandes genocidios de la historia y poco conocido, fue el perpetrado por el judío Iosif David Vissarionovich Dzhugashvili, más conocido como José Stalin. Esta atrocidad perpetrada por el estado comunista en contra de la población ucraniana se conoce como Holodomor, que en esa lengua significa “Gran Hambre”.
  La propaganda sionista se encargó de tapar este como otros hechos históricos provocados por sus agentes, y para esto usaron el subterfugio o engaño de victimizarse mintiendo y exagerando el que los tuvo por supuestas víctimas, para minimizar u ocultar los otros que los tuvo como victimarios.
  Después de establecerse el gobierno bolchevique en Rusia en 1917, Ucrania declaró su independencia de este país en enero de 1918, siendo reconocida esta por muchos países del mundo inclusive por el gobierno de Lenin pero después este judío traidor, recuperó gran parte del territorio ucraniano, siendo ocupada en el occidente por Checoeslovaquia, Polonia y Rumania. En sus prácticas habituales de sometimiento, el Ejército Rojo hizo padecer al pueblo ucraniano grandes humillaciones, entre las que nunca faltan las violaciones masivas de mujeres, que también padecieron las mujeres alemanas en la segunda guerra mundial. El accionar de estas bestias comunistas generó gran resentimiento e incentivó el sentimiento nacionalista de la gente.
  La revolución bolchevique planeada y financiada por la judería internacional, tenía como enemigos naturales de sus planes de sometimiento absoluto a los nacionalismos de cualquier tipo, ya que los planes de dominación judeo-masónicos, siempre tienen como uno de sus objetivos principales la abolición de los estados-naciones.
  Un dato al margen para graficar la sumisión comunista rusa a la plutocracia capitalista judía, es que los Rockefeller tenían explotaciones petroleras en ese país desde 1920.
  Con la llegada al poder del carnicero judío Stalin, este consideró que los granjeros con más de 10 hectáreas eran contrarevolucionarios y empezó su persecución, confiscando sus tierras para el estado en su plan de “colectivización”. Ante esto los granjeros incendiaban sus cultivos antes de entregárselos al gobierno comunista e iniciaron milicias para contrarrestar al ejército. Por temor a que este sentimiento nacionalista pueda extenderse a toda Rusia en 1932 Stalin ordenó la completa confiscación de la producción de agrícola y ganadera de Ucrania. Esta producción se exportó a fin de financiar el gobierno bolchevique y se cerraron las fronteras para de encerrar al pueblo sin alimentos y dejarlos morir de hambre. 
  Primero empezaron a comerse los perros, gatos y aves; cuando estos se hubieron acabado, comieron todo el pasto que había en el campo. Carentes absolutamente de alimentos, empezaron a morir de tifus, agotamiento, suicidios masivos, y finalmente de hambre. Se vieron inclusive actos de canibalismo.
  Los padres llevaban a sus hijos a las fronteras y trataban de hacerlos pasar por los alambrados de puas para que en los pueblos cercanos pudieran hacerse cargo de ellos, pero cuando los soldados comunistas los descubrían los recogían en camiones y los tiraban en el campo a 50 kilómetros de cualquier población para que mueran de hambre y frío.
  Estas atrocidades cometidas por el asesino más grande que hubo en la historia, fueron tapadas por toda la prensa mundial, especialmente la de Gran Bretaña, Francia y EEUU. Tampoco tomó cartas en el asunto la antecesora de la ONU, la globalista "League of Nations" (Sociedad de las Naciones). 

  El número final de muertos por esta acción fue de 10 millones de personas, como denunció en 2006, Viktor Yuschenko, presidente de Ucrania, ante la Asamblea General de la ONU, haciendo un llamado al reconocimiento mundial de dicho genocidio, y denunciando a la indiferencia de la mayoría de los países al respecto.
  Desconocer la verdad histórica nos hace vulnerables a la propaganda sionista, que se victimiza para poder oprimirnos contando con nuestra complicidad. Complicidad dada por nuestra pereza intelectual al aceptar sin más reparos, las mentiras transmitidas por los medios masivos de comunicación en calve sentimentalista. De esta manera hacemos causa común con nuestros enemigos, al compadecernos de sus lamentos, sin investigar la veracidad de sus propuestas.
  Hoy la opresión del sionismo masónico internacional es casi absoluta, por lo que el combate se presenta en su forma más difícil, que es, en el plano puramente espiritual. Para formarnos para enfrentar este terrible combate al que estamos llamados como soldados de Cristo, debemos primero informarnos.
  Sin pretender conseguir victorias en estas batallas, ya que las mismas solo le corresponden a Dios; preparémonos para resistir la avanzada del mal, sin hacer nunca concesiones con la mentira, el error.
Trabajando para que Cristo Reine y vuelva pronto.
Augusto TorchSon

Nacionalismo Católico San Juan Bautista