Revisionismo y Malvinas
En
su prólogo Del Corro aclara: "Cada uno de los coautores fuimos
apuntando a temas específicos pero en un marco de mostrar, además, que
la política colonial sufrida por la Argentina fue más allá de la
usurpación de las Islas Malvinas como los ataques de 1806 y 1807 a la
capital del entonces Virreinato del Río de la Plata y de la posterior
colonización económica y cultural que tuvo sus paradigmas en el 'modelo
agro-exportador' consolidado por la Generación del ’80 (1880) y su
correlato ideológico del cual es vital la 'novela histórica'
desarrollada por Bartolomé Mitre".
Edgardo Arrivillaga hace un notable trabajo de investigacion en
fuentes británicas y muestra lo grave que fueron los daños sufridos por
el enemigo durante la desigual confrontación, un ocultamiento que data
de 30 años. Las cifras oficiales dadas desde Londres hasta el momento
son fundadamente cuestionadas.
Por su parte Marcelo Gullo propone profundizar el hostigamiento
económico, al que adhiere el compilador, para lo cual hay que lograr la
solidaridad del resto de los países de la región, para desalentar el
ilegítimo nivel de ingresos por turismo, pesca, lana y otros, a los que
habrá que añadir en breve el petróleo, que hace que los kelpers, como lo
revela también Del Corro en otro capítulo, tengan el séptimo producto
per cápita del planeta.
El libro aporta también testimonios latinoamericanos como el del
venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein, del cubano Jose Luis Méndez
Méndez y del paraguayo Martín Almada. Este último señala un dato
curioso: muchos de los chicos argentinos que murieron en Malvinas eran
correntinos y formoseños, hijos de paraguayos, que hablaban guaraní. Por
ello fueron destacados a los servicios de comunicaciones, para que los
invasores no entendieran lo que decían.
En tanto Méndez hace otro aporte poco conocido que pone sobre el
tapete los manejos sin tiempo de la política internacional de las
grandes potencias, en el marco de los cambios de mano en Malvinas
recuerda la previa ocupación de los Estados Unidos, también que los
"marines" desembarcaron en Buenos Aires, supuestamente para defender su
embajada, el día de la batalla de Caseros. "Coincidencia" notable que
hayan venido desde tan lejos para estar presentes en el Río de la Plata
aquel 3 de febrero. La misma casualidad que llevó al "Conflict"
británico a estar con la planchada baja para llevarse al ilustre
derrocado.
No faltan en este libro recomendable los aportes de nuestros pueblos
originarios desde la etapa en la que las islas eran parte del territorio
nacional, luego en la gesta del Gaucho Rivero y hasta en la guerra de
1982.
El excelente prólogo de Julián Domínguez aporta el dato fundamental
de la solidaridad de la Patria Grande, cuando celebra "la matriz de
sustento geopolítico regional que la cuestión Malvinas tiene en la
actualidad, a partir del pronunciamiento de apoyo de los países de la
región, materializadas en las resoluciones de los bloques Mercosur
(Mercado Común del Sur), Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y
CELAC (Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas), hecho que
evidencia la madurez política del proceso de integración regional, cuya
evolución ha ido avanzando hacia modalidades más profundas y de mayor
cobertura que las fórmulas más 'comercialistas' de las décadas de los
ochenta y noventa. Existe una mayor convergencia y sintonía entre los
países de la región respecto de numerosas políticas públicas, de las
cuales el tema de soberanía de nuestros territorios genera sin duda un
sentido de patrimonio común."
Otro aporte interesante es que la solidaridad internacional no debe
esperarse únicamente de los latinoamericanos, sino que, como escribe
Estela Caldarone, los norirlandeses simpatizan con nuestra
reivindicación, incluso tienen una canción cuyo estribillo es "las
Malvinas son argentinas".
Termino exaltando los méritos de Ana Jaramillo al trazar el vínculo
entre educación y Malvinas, y los de Pablo Vázquez al plantear algo
asícomo una letal partida de ajedrez comenzada antes del
desencadenamiento beligerante entre los avezados Reino Unido y Estados
Unidos y por el otro la torpe y etílica dictadura del Proceso.
Estos dos últimos autores, también Del Corro, Gullo y Manson, son
miembros del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego
y este libro puede ser considerado una visión revisionista del tema
Malvinas. Desminitiendo a quienes nos reprochan ocuparnos del pasado
remoto. Como si en historia hubiese pasado, presente y futuro…
Por Pacho O´Donnell para Infonews