Nacionales
La fragata misilística A.R.A. “Santísima Trinidad” ya había sido
mandada a pique por buzos tácticos de la banda marxista aviesamente llamada Montoneros,
los cuales le atracaron y detonaron una poderosa carga explosiva en su casco
cuando estaba próxima a su botadura en los Astilleros Río Santiago. Fue el luctuoso
22 de agosto de 1975, como parte de una cañada (ola de bombas) en todo el país
(destruyendo así vidas y bienes) para conmemorar el tercer aniversario de la “masacre”
de Trelew. Sólo a una gavilla de cipayos de Moscú y de La Habana se le podía
ocurrir un ataque a un buque de guerra argentino en trance de tener que afrontar
conflictos armados nada hipotéticos con la geofagia chilena y la secular ocupación
británica de territorios nuestros. El hecho histórico indiscutible e irremisiblemente
infamante de hundir un navío de nuestra Armada se ha repetido en nuestros días,
en este bochornoso enero de 2013 (“Nunca Pasa Nada en Verano”, solía
decir el autor). La causa ha sido el odio, la incuria e inopia de un gobierno
montonero que ha dejado inactivo largos años a un buque Veterano de Malvinas
hasta que la corrosión (consecuencia de la corrupción y otras virtudes K) lo ha
despenado tras lenta agonía.
Podemos decir que los ya viejos traidores a la Patria de 1975 se
han dado finalmente el gusto con treinta y ocho años de retardo (la venganza es
un manjar que debe servirse frío), gracias al incumplimiento de los deberes de
funcionarios públicos como la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, su anterior
Ministra de Desarme, la o el actual titular de la cartera (con cara caída de
vergüenza, según dijo), los sucesivamente purgados mandos navales (de algún modo
hay que llamarlos) y los de quienes vieron entrar el agua sin atinar a poner
una sopapa y dar la novedad a tiempo.
Por supuesto que las sanciones anunciadas por el caricaído ministro
se limitarán al personal militar —excluyendo, eso sí, a la Comandanta Suprema
negligenta e ineficaza— como ya sucedió con el escandaloso tema de Tema (en la
hermana República de Ghana) pudiendo perder su carrera algún oficial superior o
Cabo 2º descuidado, que lo tendrán bien merecido por heredo-represores…
En el muy imborrable año 1975, la cipayísima banda de delincuentes
terroristas marxistas “Montoneros”, tan elogiada y recompensada por ambos presidentes
KK, se dio el lujo de atacar ese año Unidades de cada una de las tres Fuerzas
Armadas argentinas como parte de su proclamada decisión de “tomar el poder por la fuerza”
derrocando al gobierno constitucional del FreJuLi elegido por el 67% de los votantes.
Eso, aquí o en la mismísima y modélica Cuba o fraternal Ecuador, se considera
golpe de Estado pero ningún probo juez de la democracia procesó nunca a los confesos
conspiradores. En ese silenciado año ´75, a los pocos días de hundir un buque
de la Armada, el 29 de agosto en el Aeropuerto “Benjamín Matienzo” de San Miguel
de Tucumán, la misma banda terrorista derribó e incendió un avión Hércules
C-130 de la Fuerza Aérea Argentina que despegaba rumbo a San Juan transportando
al Escuadrón 22 de Gendarmería Nacional que regresaba de combatir en el monte a
la otra banda castroguevarista “PRT-ERP”.
Creía matar así a dos pájaros de un tiro: aviadores y gendarmes argentinos.
El domingo 5 de octubre en Formosa, después de perpetrar piratería
aérea contra Aerolíneas Argentinas (como ahora hace “La Cámpora” con toda “SU
Compañía”), atacó el Regimiento 29 de Infantería merced a un conscripto entregador,
asesinando a mansalva a compañeros de “colimba” del traidor que estaban duchándose
o durmiendo la siesta en esa tarde de un tórrido día franco.
Hundida nuevamente y por imitadores suyos la A.R.A. “Santísima
Trinidad”, a los neomontoneros sólo les falta reincidir también en derribar
aviones (“La Cámpora” lo intentó con un choquecito en el Aeropuerto de
Miami), reeditar otra incursión como la de La Tablada (aunque ya cerraron cuarteles
cortándoles el presupuesto), matar de hambre a gendarmes y prefecturianos o asesinar
con una bomba en su Comedor a más policías cuando almuerzan en familia (2 de julio
de 1976). Mientras la Guerra Revolucionaria o Social prosigue in crescendo, la
Comandante Suprema de las Debilidades Desarmadas Antes Argentinas emerge de un
tunelcito saigonés dejado por otra banda marxista terrorista como el benemérito
Viet-Cong y proclama sanmartiniano al cabecilla Ho Chi Minh, verdadero egresado
de la Sorbona y no de La Plata como la “abogada exitosa” aduce ser.
A. M. Molina