Mirando pasar los hechos
LAPSO
Como es sabido el golpe del 76 contra el terrorismo, se encarnó
en el “Proceso” para la consolidación de la democracia. Bregando así por el
mismo aparato que engendró la guerrilla terrorista. De modo que la caída en
manos marxistas resultó ineludible y tan natural, que agotado el “Proceso” se
entregó al alto directivo de la Internacional Socialista, identificada en lo
sustancial con la Masonería. Quien, ungido por las urnas, los condujo al
cadalso.
Transcurren ya 30 años de democracia y sus frutos. Con la
república transformada en el caos de mafias, perversiones, intrigas, venganzas
y latrocinios inauditos. Bajo un régimen heredero de tesoros escondidos en
bóvedas repletas de monedas vivas y fuertes, pesadas como la hacienda al kilo
vivo. Todo parejo a los grandes embates urdidos en los foros tenebrosos. Contra
las costumbres: abiertas a la droga, la pornografía, la inversión sexual,
el “matrimonio igualitario”, la procreación artificial y el aborto. La
historia: acomodada a la farsa sobre la guerra subversiva. El sentido
común: enajenado de la realidad y la trascendencia. Más largos etcéteras al
rojo vivo.
ARMA-MITO
Ahora la subversión dominante se reasegura con el arma secreta
jamás imaginada. Capaz de aniquilar hasta los vestigios de antiguas
resistencias y las vidas mismas de los agentes supérstites, sus allegados y
simpatizantes de cualquier condición. Se trata del Arma-mito, maquinada
en oscuros conciliábulos para arrasar cualquier obstáculo a sus designios;
incluidas primeramente las mentes. Imponiendo el dogma del Terrorismo de
Estado, como ejecutor del holocausto de jóvenes idealistas. Suprema
concentración de la maldad militar derechista; genocida culpable -sin prueba en
contrario- de todo crimen de “lesa humanidad”. Empezando por el secuestro de
pequeñas criaturas en Centros Clandestinos de exterminio…
PIROTECNIA
La muerte del general Jorge Rafael Videla -en el calabozo,
conforme a su condena- ha servido para actualizar el repudio a la antigua
República Argentina. Transfiriéndole a través del ensañamiento sobre el
ausente, nubes de maldiciones e insultos contra la reacción antiterrorista,
colaboradores o simpatizantes. Proferidos por asesinos insaciables, junto a
módicos sirvientes o plumíferos ambivalentes… Más la rabia contrahecha de
alguna Abuela imposible, aunque enriquecida. Todos acusando asesinatos,
torturas y desapariciones de miles y miles de inocentes, rumbo a los millones
de rigor. Por supuesto no han faltado los acompañamientos eclécticos,
políticamente correctos.
Se explica así, desde el principio, la razón del escarnio.
Casimiro Conasco
Mayo de 2013