ESTÀ
MUY INTERESANTE , MUY COMPLETA, PERO, SIGUE SIENDO INTEGRANTE DE LA
SCJN...ES PARA DES-HONRARLA!!!! Y FUÉ ELEGIDO POR NCK...
Para quienes no lo saben, el Dr
Zaffaroni conoció a su actual novio (Mauricio Grosman) siendo su abogado
defensor en una causa por múltiples secuestros. Más aun, luego de
excarcelado se lo llevó a vivir a su casa en Flores y lo hizo estudiar
derecho.
Hoy, el novio es el Dr Grosman....funcionario K del Ministerio de Justicia.
¡¡¡Verdaderamente sin desperdicio!!!
Juan Manuel Otero
Publicado por Pacificación Nacional Definitiva en 09:55 , 13 de Junio de 2013.
DR. ZAFFARONI ¿UD DUERME EN PAZ CON SU CONCIENCIA?
Tal vez Ud. Dr. Zaffaroni, ocupado como seguramente debe estar, cumpliendo tan importantes funciones en el máximo Tribunal de Justicia de la Nación, no se habrá enterado de lo que últimamente sucede en nuestra Patria fuera de los muros del Palacio de Justicia.
Pero le pediría que se tome la molestia de informarse y luego, si su conciencia se lo permite, medite al respecto.
Claro que
no coincidiríamos en la visión, dado que formamos parte de mundos
absolutamente opuestos. Yo soy un anónimo ciudadano que a los 70 años
lleva medio siglo trabajando y que ha formado una familia como Dios y la
naturaleza mandan, este año cumpliré 45 años de matrimonio, tengo dos
hijas, el varón que hoy cumpliría 43 años está en el cielo, y tres
nietos que alegran nuestros días y completan la familia.
Tampoco
cultivo marihuana en mi balcón, ni lo haré cuando Ud. logre despenalizar
su ingesta, otro rasgo que nos diferencia, y ni hablar de niveles
intelectuales. No podría ni intentar hacer comparación alguna; sus
pergaminos son abrumadores y yo apenas se leer y escribir.
Pero hay
muchas otras diferencias que nos separan, yo por ejemplo no tengo novio,
menos aún departamentos para alquilar como prostíbulos permitiendo así
la trata, rufianería, proxenetismo y prostitución. Y mire Ud., en mi
ignorancia, suponía yo que un Juez en lo Criminal debería combatir estas
actividades y no alentarlas mirando para otro lado y mintiendo, al
borde del llanto, un inexistente desconocimiento de los lenocinios
vigentes en sus propiedades.
Y son muchas más mis ignorancias e incomprensiones.
En mi paso por la Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador, tuve el honor de ser alumno del Dr. Don Carlos Fontán Balestra, él y sus dignos adjuntos como el Dr. Jaime L. Smart
– hoy encarcelado por haber sido, al igual que Ud., funcionario del
proceso – por citar alguno, nos enseñaron las teorías del Derecho Penal
y las distintas escuelas criminalísticas en magistrales e inolvidables
clases.
Y le puedo
asegurar que ninguno de ellos nos insinuó siquiera que un delincuente
era, en realidad, una víctima de la sociedad. Por el contrario, ellos
sostenían que los delincuentes debían ser llevados a juicio respetando
sus derechos, pero que ante la comprobación fehaciente del hecho
imputado, debían purgar su crimen y aceptar su condena. Menos aún
suponer, como Ud. hizo siendo Juez del crimen, que un psicópata que
obliga a una criatura a practicarle sexo oral no cometía el delito de
violación y que por haber tenido la “delicadeza” de apagar la luz
mientras sometía a su indefensa víctima merecía una reducción de la
pena. Con tales fundamentos, supongo que si el perverso le hubiera
regalado un chupetín luego de su felonía, Ud. lo habria sobreseido. Nada de eso nos enseñaron.
¿Se habrán olvidado?
Por otra
parte, aunque lo hubieran explicado, no habríamos comprendido ni
aceptado semejante mamarracho. Un criminal es alguien a quien la
sociedad, a través del representante de la “vindicta pública” lo
debe poner a disposición de la justicia y si su acción es típica,
culpable y probada debe recaer sobre él la condena y por supuesto que la
debe cumplir.
Ya sé que
Ud. piensa todo lo contrario, pero ¿Sabe qué? Hace años que vemos que
los delincuentes en general y los violadores en particular, gracias a su
progresista pensamiento, quedan libres de inmediato por su “buena conducta”
y por haber pedido perdón por su falta jurando eterno arrepentimiento. Y
esto pese a estar probado que un violador no se regenera sin una
estricta terapia y aislamiento absoluto y aún así no es seguro el
resultado. Y ¿Sabe qué? A las 48 horas cometen otro crimen sea
violación, sea homicidio… y en realidad son sujetos que tendrían que
haber estado encarcelados hasta pagar su deuda con la sociedad.
Y ahora
viene Ud. a decirme que, por el contrario, somos nosotros, los
ciudadanos honestos, los que le debemos pedir perdón a los criminales,
que somos quienes los victimizamos y obligamos a elegir el camino del
crimen como única opción. ¿Ud. está seguro de lo que dice?
Porque,
aunque es sabido que el estado de crisis social y cultural que atraviesa
penosamente nuestra patria se genera en una amplia variedad de
factores, su filosofía criminal es uno de ellos y muy importante. Claro
que también influye negativamente el hecho de tener millones de
desocupados que no necesitan trabajar porque son mantenidos mediante
subsidios pagados con los dineros públicos generados por quienes
trabajamos y pagamos impuestos. Y esa colonia de “vagos mal entretenidos” cae en lo que nuestros abuelos calificaban como la “madre de todos los vicios” que es el ocio.
Y el
gobierno nacional que colabora entusiastamente liberando las fronteras
donde ya no hay radares ni gendarmes, facilitando ex profeso que la
droga se instale en esa juventud que no estudia ni trabaja y cuya única
obligación consiste en ir a aplaudir discursos que no comprende. Y la
consecuencia está a la vista Dr. Zaffaroni, los asesinatos,
secuestros, violaciones ya no son noticia, pero no porque no sucedan
estos crímenes, sino porque ya saturan y dejaron de ser novedad.
A esa
triste realidad hemos llegado, y Ud. con su Teoría Negativa o Agnóstica
de la Pena me quiere hacer creer que los criminales son víctimas de la
sociedad. Y no lo creo, pese a que su amañado lenguaje así lo pretenda
probar: “todos los inconvenientes de las teorías positivas se eluden
si se adopta un criterio de construcción Teleológica que tenga por meta
la protección de los bienes Jurídicos (Seguridad Jurídica) pero en lugar
de caer en la ilusión que protege a la victima de las demás, asume el
compromiso real de proteger los que son efectivamente amenazados por el
crecimiento incontrolado del poder punitivo”. ZAFFARONI EUGENIO RAUL - ALAGIA ALEJANDRO - SLOKAR ALEJANDRO “Derecho Penal Parte General” Editorial Ediar Buenos Aires 2000 pág. 35
Por respeto
a los lectores no incluiré lo que pienso de una persona como Ud. pero
deduzco que lo imagina perfectamente. Ud. no merece el menor respeto de
los ciudadanos honestos. Seguramente los criminales lo adoran y lo
veneran por haberlos elevado a la categoría de víctimas y condenarnos al
resto de la sociedad como sus victimarios. Pero Ud. y yo bien sabemos
que se trata de una falacia que en algún rincón pútrido de su espíritu
se ha generado por alguna misteriosa y perversa malformación.
Finalmente, Dr. Zaffaroni:
¿Duerme Ud. plácidamente cada noche? ¿No le perturba su conciencia cada
mañana enterarse de un nuevo crimen que se podría haber evitado
simplemente haciendo cumplir las condenas en vez de liberar peligrosos
delincuentes?
¿Nada de eso le preocupa?
Ud. me causa pena y espanto.
Juan Manuel Otero