Cabe a nosotros tornar efectivo el Reino de Cristo obedeciendo a sus leyes.
La
fiesta de la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo sobre todo lo creado
fue introducida en el calendario litúrgico por SS. Pio XI el 11 de
Diciembre de 1925 para reafirmar, ante la creciente laicización del
Estado y de la vida, el derecho que tiene Jesucristo a ser obedecido por
todos los hombres.
La doctrina en que se basa esta festividad fue magistralmente expuesta en la Encíclica “Quas Primas“.
El Papa recuerda que un: “cúmulo de
males había invadido la tierra, porque la mayoría de los hombres se
habían alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y
costumbres como en la familia.
Infelizmente desde entonces hasta nuestros días, ese cúmulo de males
no ha hecho sino aumentar de manera aflictiva. Y eso por que los hombres
no quieren obedecer a Dios.
Es un buen momento para que nos detengamos un poco y pensemos en el sentido de la fiesta de Cristo Rey.
Jesucristo que es Rey celestial antes de todo, es también Rey cuyo gobierno se ejerce ya en este mundo.
Rey es quien posee de derecho la autoridad suprema y plena. El Rey
legisla, dirige y juzga. Su realeza se hace efectiva cuando los súbditos
reconocen sus derechos y obedecen a sus leyes.
Ahora bien, Jesucristo posee sobre nosotros todos los derechos. El
promulga leyes, dirige el mundo y juzgará los hombres. Cabe a nosotros
tornar efectivo el Reino de Cristo obedeciendo a sus leyes.
Este reinado es un hecho individual, en cuanto considerado en la
obediencia que cada alma fiel presta a N. S. Jesucristo. En efecto, el
Reinado de Cristo se ejerce sobre las almas; y, pues, el alma de uno de
nosotros es una parte del campo de jurisdicción de Cristo Rey. El
Reinado de Cristo será un hecho social si las sociedades humanas le
prestaren obediencia.
Puede decirse, pues, que el Reino de Cristo se torna efectivo
en la tierra, en su sentido individual y social, cuando los hombres en
lo íntimo de sus almas como en sus acciones, y las sociedades en sus
instituciones, leyes, costumbres, manifestaciones culturales y
artísticas, se conforman con la Ley de Cristo.
Extraido y adaptado de “A Cruzada do século XX”