jueves, 17 de octubre de 2013

EL PADRE PÍO Y GARABANDAL

  – Por Karl Wagner

  Entre los años 1961 y 1965, la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Monte Carmelo y San Miguel Arcángel, supuestamente se aparecieron a cuatro niñas en una remota población del Norte de España llamada San Sebastián de Garabandal. A pesar de que estas apariciones han recibido amplia publicidad, la Iglesia hasta ahora no ha hecho ningún pronunciamiento en relación con su autenticidad….
En 1962, fue voluntad de Dios que su siervo, el Padre Pio de Pietrelcina, se involucrara en los acontecimientos de Garabandal. He aquí cómo.
LLEGA UNA CARTA
  El 3 de marzo de 1962 las cuatro jóvenes videntes, Conchita, Mari Loli, Jacinta y Mari Cruz recibieron una carta anónima en San Sebastián de Garabandal. Este incidente fue reportado por el Dr. Celestino Ortiz, un incuestionable testigo, y sobre él hace un recuento el Padre Eusebio García de Pesquera en su libro “Ella fue Afanosamente a la Montaña”; de aquí tomamos el siguiente aparte:
  Félix López, un antiguo alumno del Seminario Mayor de Derio (Bilbai) quién es hoy día el profesor de escuela de Garabandal, estaba reunido con algunas personas en la cocina de Conchita. La niña recibió una carta que no entendió, así que le solicitó a Félix que se la tradujera. Estaba escrita en italiano y Félix, después de leerla dijo: “Por su estilo bien podría ser del Padre Pío”. Conchita le preguntó si conocía la dirección del Padre Pío y al recibir una contestación afirmativa le pidió que le ayudara a escribirle una carta para dar respuesta a la suya y manifestarle su agradecimiento.
  Habiendo terminado la carta la dejaron sobre la mesa de la cocina, sin doblarla. Después de un rato, Conchita entró en éxtasis y rezó el Rosario. Al regresar a su estado normal Félix le preguntó: “¿Preguntaste a la Virgen si la carta era del Padre Pío?” “¿Sí y me dio una respuesta secreta para enviarle”. La niña subió a su habitación, regresando poco más tarde con un papel escrito a mano. Delante de todos metió el papel en el sobre, que había ya sido dirigido al Padre Pío por el profesor, sellándolo luego.
  La carta que había dirigido había llegado a Conchita, sin firma y sin dirección de regreso pero con una estampita italiana, decía lo siguiente:
Mis queridas niñas:
  A las nueve de la mañana, la Santísima Virgen me encomendó que les dijera lo siguiente: “¡Oh benditas niñas de San Sebastián de Garabandal! Yo les prometo que estaré con ustedes hasta el fin de los siglos y que ustedes estarán conmigo en la gloria del Paraíso”.
  Estoy enviándoles una copia del Santo Rosario de Fátima, que la Virgen me pidió que les enviara. El Rosario fue compuesto por la Virgen y debe ser propagado para la salvación de los pecadores y para la preservación de la humanidad de los terribles castigos que el buen Dios la amenza.
  Les doy un consejo: Recen y hagan que los demás recen porque el mundo está a comienzos de la perdición. No creen en ustedes ni en sus conversaciones con la Dama de Blanco, lo harán cuando sea demasiado tarde.
  En febrero 9 de 1975, el personal de la revista NEEDLES (ahora Garabandal) condujo una entrevista grabada con Conchita, durante la cual le preguntaron sobre esta sorprendente carta que se decía había sido dictada por el Padre Pío:
P: - Conchita, ¿recuerdas algo sobre esa carta?
Conchita: - Recuerdo haber recibido en el correo una carta dirigida a mí y a las otras tres niñas, Jacinta, Loli y Mari Cruz. Me preguntaba que contenía y como no estaba firmada, la metí en el bolsillo hasta que ví a la Santísima Virgen ese día. Cuando se apareció le mostré la carta y le pregunté quién nos la había enviado. La Virgen dijo que era del Padre Pío. Como no sabía quien era el Padre Pío, no pregunté nada más. Después de la aparición le conté a la gente sobre la carta; un seminarista que estaba presente me explicó acerca del Padre Pío y de donde era él. Entonces le escribí diciéndole que me gustaría verle cuando visitase mi país. Él entonces me envió una pequeña carta diciendo “¿Crees que puedo subir por la chimenea?” Yo solo tenía 12 años en esa época y no sabía nada de los claustros.
LA VISITA DE CONCHITA AL PADRE PÍO
  En febrero de 1967, Conchita llegó a Roma con su madre, un sacerdote español, el padre Luis Luna, el profesor Enrico Medi y la Princesa Cecilia de Borbón-Parma. Había sido llamada allí por el Cardenal Ottaviani, prefecto del Santo Oficio, llamado hoy la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Fue durante esta visita que Conchita tuvo una audiencia privada con el Papa Pablo VI, durante la cual solo cinco personas estuvieron presentes con el Pontífice. Tenemos sobre esto el confiable testimonio del Profesor Medi, entonces presidente de la Asociación Europea de Energía Atómica y amigo del Papa, y quien era uno de los cinco presentes.
  Como Conchita tuvo que esperar un día antes de su reunión con el Cardenal Ottaviani, el Profesor Medi sugirió que ya que tenían algo de tiempo libre fueran a San Giovanni Rotondo a ver al Padre Pío.
  A continuación el recuento de la propia Conchita acerca de la visita, tomado de la revista NEEDLES de 1975:
  .. Todos estuvimos de acuerdo, así que salimos para el Monasterio en el auto alquilado del Profesor Medi. Llegamos como a las nueve de la noche y nos dijeron que no podríamos ver al Padre Pío hasta la mañana siguiente en su Misa de cinco.
    Antes de la Misa, el Padre Luna y el Profesor fueron a la sacristía. El Profesor me contó más tarde lo que ocurrió allí. Dijo que el Padre Luna había dicho al Padre Pio que la Princesa de España estaba allí para verle. El Padre Pío dijo entonces al Padre Luna: “No me siento bien y no podré verle hasta más tarde hoy”. El Profesor Medi dijo entonces: “Hay otra persona que quiere verlo también. Conchita quiere hablar con usted”. Padre Pío dijo entonces: “¿Conchita de Garabandal? Vengan a las 8 de la mañana”.
  Al llegar, fuimos conducidos a un pequeños cuarto, una celda, que tenía una cama, una silla y una pequeña mesita. Le pregunté al Padre Pio si este era su cuarto y si él dormía ahí, a lo cual respondió; “Oh, no. No pueden ver mi cuarto Este es un cuarto rico”. En ese momento no sabía la clase de hombre santo que era el Padre Pío, como ahora sí lo sé. Entonces yo era muy joven; tenía solo 16 años.
La entrevista de NEEDLES continúa:
P: - ¿Quién estaba en el cuarto contigo?
Conchita: - Solo mi madre, el Padre Luna y un sacerdote del Monasterio que hablaba español y estaba tomando muchas fotos. No recuerdo que la Princesa y el Profesor hubieran estado allí.
P: - ¿Puedes decirnos que se dijo durante la visita al Padre Pío?
Conchita: - Solo recuerdo un poco. Sí recuerdo que el sacerdote que había estado tomando fotos pidió permiso para ello al Padre Pío, quien le respondió: “Has estado tomándolas desde que llegaste”.
    Recuerdo que tenía el crucifijo besado por Nuestra Señora, y que dije al Padre Pío: “Esta es la Cruz besada por la Santísima Virgen. ¿Quisiera besarla?” Padre Pío tomó entonces mi mano, que colocó sobre el crucifijo y lo colocó en la palma de su mano izquierda, sobre el estigma. Tomó entonces mi mano, que colocó sobre el crucifijo, cerrando los dedos de esa mano sobre mi mano; con su mano derecha bendijo mi mano y la cruz. Lo mismo hizo con mi madre cuando ella le dijo que por favor bendijera su Rosario, también besado por la Virgen. Yo estuve de rodillas durante todo el tiempo que estuve ante él. Me tomó de la mano, con la cruz, mientras que me hablaba.

  El sacerdote que tomó las fotos de Conchita con el Padre Pío vive aún en San Giovanni Rotondo. Estuvo en Estados Unidos hace varios años promoviendo la Causa de Beatificación del Padre Pío y visitando a Conchita en su casa. Debido a que la Causa se está adelantando, los frailes no están dispuestos a mostrar las fotos, aparentemente porque las apariciones de Garabandal no han sido reconocidas aún por la Iglesia. Las fotos fueron nuevamente mencionadas por otro de los frailes de San Giovanni Rotondo quien las vio, confirmando más tarde el hecho los funcionarios de la revista que estuvieron en la peregrinación de 1987, y que fue promovida por el Centro de Garabandal de Nueva York. Sobra decir que estas fotos son importantes documentos que confirman la entrevista de Conchita con el Padre Pío.

KARL WAGNER - "Informe sobre el Padre Pio" 1994

Nacionalismo Católico San Juan Bautista