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¿Qué
papel juegan hoy las Policías, cuando al llamárselas dicen no poder actuar, en
la mayoría de los casos …?. Hay peligrosos delincuentes sueltos, según la
propia e insólita manifestación del principal responsable de la Seguridad en el país, quien
ahora actúa como si fuera un Cronista periodístico y no el Funcionario a quien
se le paga para que solucione los problemas en ese ámbito. Además, SERGIO
BERNI, a quien se alude en este comentario, da cifras precisas de los criminales
sueltos, de modo que para contar con ese dato los ha de conocer … saber que
existen y en donde están …
No se
trata esta nota, de un llamado a la rebelión cívica o fiscal, sino de un
intento de conseguir que la ciudadanía reflexione acerca de que está
depositando sus esfuerzos en cuanto a temas dinerarios se refiere, en un balde
sin fondo, porque cada vez el sistema reclama mayores recursos, bajo cualquier
vana excusa, como lo es la foto de nuevos móviles patrulleros, que luego de ser
adquiridos, suelen terminar estacionados en las inmediaciones de las
Comisarías, por no contar con combustible o con personal para ser utilizados.
Mucho más visibles son estas presentaciones ahora, en plena campaña electoral.
La calle,
el país todo, ha sido tomado por los vándalos, y las personas pacíficas
prefieren recluirse en sus hogares, retroalimentando un fenómeno tan negativo.
Es difícil no sentirse vulnerable en plena calle con un comportamiento tan
agresivo, de parte de muchos sujetos que disfrutan de la permisividad que les
brinda el actual Gobierno, por una cuestión demagógica y supuestamente
ideológica, aunque muchos ya hablan de cierta perversidad que forma parte del
estilo vengativo de los integrantes del Gobierno, basado en un resentimiento
que es fácil advertir.
La
agresividad y la desvergüenza se notan en cualquier lugar y posición personal
que se tenga, en la calle, en los locales comerciales, o en cualquier lugar
público. Es fácil de apreciar entre el mismo pasaje de los transportes, o
manifestado hasta por los peatones. Nadie queda exento de la agresividad en la
vía pública hoy, como causante original de la misma, o por responder a ella.
La
situación, además, se manifiesta a nivel nacional, aunque con mayor fuerza, en
los grandes centros poblados. Es decir, que el caso no respeta jurisdicciones
ni distritos, ni Gobiernos.
Lo que se
puede percibir es un descontrol absoluto acerca de un comportamiento del
público que debería ser civilizado, para conseguir una vida armónica y
disfrutable, y que sirva para crear un
marco adecuado para el trabajo y la educación, cosa difícil de poner hoy en
práctica porque si de trabajo se trata, los problemas emergen por todas partes,
y en cuanto a la educación, los Maestros y Profesores hoy enfrentan el nuevo
desafío de esquivar los golpes que les propinan los padres de los alumnos que
merecen aplazos. Es evidente que detrás de todo este escenario emerge la responsabilidad
del Gobierno, con sus actitudes autoritarias, confrontativas e injustas; sus
mentiras y los desafíos y provocaciones que le hacen constantemente a la
población.
La que se
encuentra con las manos atadas, porque el Estado no la defiende ni la deja
defenderse, ya que las armas las pueden utilizar sólo los amigos del Gobierno,
para lo cual este ha puesto directivos militantes, en sus órganos de control, a
nivel federal y locales.
Por su
parte, la Policía
debe permanecer ajena a todo, ya que puede ser castigada si comete el enorme
error de apresar a un delincuente kirchnerista, o con contactos con alguien del
Gobierno.
De allí
que con sólo mirar la expresión de cualquier integrante de alguna Fuerza de
Seguridad a quien se apela para denunciar un hecho, uno puede advertir el miedo
que este demuestra, por no cometer ese fatal error de responder de algún modo
que se oponga a la actual tendencia de no confrontar con nadie, ni siquiera con
los criminales más peligrosos, y recibir una sanción, sencillamente por cumplir
con su deber.
¿Quiénes
llevaron a esta situación, y cómo se consiguió llegar a la misma?. Por lo
pronto hay que asumir que se trata de un resultado que sólo puede ser promovido
por un claro y definido enemigo de la Nación. Alguien que quiere
destruir al país, desde sus bases.
Es
ciertamente asombrosa la inseguridad “ganada” en la década. Un Médico puesto a
manejar el tema a nivel de todo el país, y un Gastronómico a cargo de la
seguridad en la principal y más compleja provincia del mismo. Además, este
último disfrazado de “Sheriff duro”. Cuantas ridiculeces están soportando los
argentinos. Y las han de merecer, porque no hay reacción visible desde sus
lugares de alta exposición ante un fenómeno cada vez más grave y peligroso.
Finalmente,
a partir de ahora, cuando desde el Gobierno hablen sobre la década ganada,
habría que preguntarles ahí nomás, sin siquiera entrar en otros graves
problemas que han generado en el país, en qué porcentaje creció el narcotráfico
en la Argentina,
desde 2003, y qué políticas se han creado y aplicado, y en especial cómo se ha
conducido la cuestión de la prevención para disminuir el consumo de
estupefacientes en la población.
No
resistirían ni un round, ante estos elementales cuestionamientos.
Fuente: Enfoques Positivos |