Arreglo leonino con el Club de París aguado por la citación a Boudou

El cristinismo quiso vender el acuerdo con el Club de París con la
épica que sigue gobernando sin la auditoría del Fondo Monetario
Internacional y que por eso les va muy bien, porque creó 6 millones de
empleos, lo que es una burda mentira, así como que seguimos creciendo.
La realidad es que se crearon 1.200.000 empleos públicos y 2 millones
más pasaron de la informalidad al empleo blanco y que ahora la economía
está en recesión con alta inflación. En el mismo paquete quisieron
vender la invitación de Vladimir Putin a la reunión de los BRICS por el
apoyo que le dio CFK a la independencia de Crimea y su alianza con Rusia
contra la opinión de Estados Unidos y la Unión Europea. Ésta, si bien
aprobó la propuesta ante el Club de París, no sólo no le perdonó a la
Casa Rosada nada sino que tendremos que pagar 3.700 millones de dólares
de más en cinco años, dejándole esa pesada deuda al que gane las
elecciones en el 2015. Esto se suma al acuerdo leonino con Repsol, por
el cual hay que pagar 700 millones dólares por año más 2.000 del arreglo
del Club de París. Pero la cadena oficial la mostró a la presidente
desmejorada, lejos de ser feliz por ese supuesto éxito, e hizo
referencia a un proyecto de cloacas en Morón en la década del ‘90 entre
Franco Macri y el ex intendente Juan Carlos Rousselot, que parecía
sacado de contexto. Evidentemente ella estaba en conocimiento de que el
juez federal Ariel Lijo le iba a aguar la fiesta con el llamado a
indagatoria de Amado Boudou y bajó línea a los voceros oficialistas para
que dijeran que Mauricio Macri está procesado y sin embargo no renunció
ni pidió licencia. La diferencia es que el jefe de gobierno está
procesado por una causa armada por el kirchnerismo sobre escuchas
ilegales, justo estamos hablando de un gobierno que “pincha” los
teléfonos de todo el mundo y manda la “Gestafip” a todos los que lo
critican.
Bajo asedio judicial
Así fue que ayer a la mañana un coro de funcionarios salió a defender
a Boudou y decir que Macri también estaba procesado aunque el
vicepresidente no lo está todavía. Pero fue llamado a declaración
indagatoria, lo que de por sÍ es un escandalete político que tapó
totalmente el acuerdo con el Club de París. Además, la citación a Boudou
fue para el día 15 de julio, justo la fecha en que la presidente viaja a
Brasil como invitada de los BRICS, lo que no quiere decir que la
Argentina integre ese grupo tan poderoso, ya que sólo concurre como
observadora, aunque no le guste a CFK, a tomar café o té pero sin
masitas, como tuiteó agrandada el día en el que recibió la invitación
del canciller ruso. La operación del gobierno para que la Cámara Federal
aparte al juez Lijo de la causa Ciccone, porque había convertido a
Nicolás Ciccone y su yerno Guillermo Reynwick como testigos cuando
debían ser imputados, estaba en marcha. Pero Lijo, avisado de la
maniobra para apartarlo de la causa, resolvió pedir la indagatoria de
Boudou, Alejandro Vandenbroele, José Núñez Carmona, Nicolás Ciccone y
Guillermo Reinwick, lo que frustró la maniobra del estudio
Richarte-Pirota, que defienden al vicepresidente. Otro baldazo de agua
fría para el cristinismo, aún peor que el pedido de indagatoria de
Boudou, es la confirmación de la justicia suiza de que Lázaro Báez lavó
22 millones dólares en ese país probando que lo que se denunció en el
programa de Jorge Lanata era cierto y no tenía nada de ficción. Sin
embargo, en este caso la actuación del juez federal Sebastián Casanello
fue vergonzosa, ya que recién después de más de un año procesó a
Leonardo Fariña y Federico Elaskar y sugirió que los 55 millones euros
que se lavaron provenían del narcotráfico que manejaba Juan Suris,
procesado en Bahía Blanca por lavado de dinero. Según Casanello, no
tenía ningún elemento para vincular la sobrefacturación de obra pública
por parte de Lázaro Báez como delito previo. Pues ahora tiene los
elementos que publicó la justicia helvética y debería desechar la pista
Suris, salvo que se siga haciendo el distraído. Aunque de ese magistrado
se puede esperar cualquier cosa y decimos que esta causa es más grave
que la de Boudou, porque Báez es socio comercial de la presidente y sus
dos hijos.