lunes, 9 de junio de 2014

La “barbarie medieval”

La “barbarie medieval”

La Edad Media, como más de una vez lo hemos dicho en este blog, es en el mundo propagandístico en el que vivimos, sinónimo de barbarie, brutalidad e ignorancia. ¿Fue tan así?
Imaginemos que un turista llega a París y decide ver todo lo que se pueda. Solo tiene tres días ya que la exigencia de su “tour” no le permite más.
Decide no seguir con el grupo para tener más independencia (y hace bien); abre rápidamente su guía y comienza a ver qué visitará en esa jornada; es tanto lo que tiene para ver que decide cortar por lo sano; se acerca a un parisino que encuentra por la calle y en un aceptable inglés, le pregunta:
-          “Buenos días; disculpe por favor… Soy turista y es mi primera vez aquí. Dígame: debo ver París en solo tres días: ¿qué me recomienda Ud.?”
El parisino, un joven de apenas 25 años, con barba, boina y un bolso estilo hippie, le dice mientras pita un cigarrillo:
-          “No deje de ver ‘La Sainte-Chapelle’, ‘Notre Dame’, el ‘Quartier Latin’, el Museo del Louvre, el de Cluny y la Basílica real de Saint-Denis. ¡Ah…! –agrega– si puede vaya a ver la Tour Eiffel, al menos por afuera”.
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Catedral de Notre Dame, Paris
Y el hippie no se equivoca… sabe que todas aquellas “construcciones medievales” no pueden dejarse de visitar. Es que la “Edad Media” construyó cosas tan horripilantes que incluso hasta el día de hoy existe gente que desea despilfarrar sus ahorros y masacrar sus sentidos con las catedrales góticas y románicas, los manuscritos iluminados, los frescos en las paredes de los claustros o iglesias, la poesía medieval, los cantares de gesta, los vitrales, las esculturas que adornan el interior y el exterior de las casas y edificios, los instrumentos, el canto y la polifonía, etc. Es todo esto lo que un turista que viaje a Europa se obstinará una y otra vez por visitar. ¡Qué masoquistas que somos! Ir a visitar la obra de unos brutos “bárbaros”…
Pero… “¿bárbara la Edad Media, que ha construido Sainte-Foy-de-Conques, Cluny y el Thoronet?¿Bárbaros, los tímpanos románicos de Moissac o de Autun?¿Bárbaras las catedrales góticas de Amiens o de Beauvais?¿Bárbaro el Ángel de la sonrisa de Notre-Dame de Reims?¿Bárbaros los vitrales de Chartres o los de la Sainte-Chapelle?
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Vitral de la Catedral de Chartres, Francia
¿Bárbaros los manuscritos iluminados, los relicarios, los ostensorios y los vasos litúrgicos, piezas de arte sacro que conmueven todavía hoy a los incrédulos?¿Bárbaros el canto llano gregoriano, la polifonía de Guillermo de Machaut o de Josquin des Prés?¿Bárbaros esos monjes que, concibiendo la gama, el ritmo y la armonía, pusieron las bases de la música occidental? ¿Bárbaros esos clérigos que, en el siglo XIII, fundaron las grandes universidades europeas? ¿Bárbaros esos astrónomos y esos médicos que, a pesar de una técnica limitada, profundizaron el aporte de los griegos y de los árabes, preparando el inicio científico del mundo moderno?”[1].
¡Qué genios estos bárbaros! –diría Chesterton.
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Interior de la Sainte-Chapelle, París
Y el mundo sigue viajando a Europa a contemplar lo que quedó de aquella época en que la filosofía del Evangelio gobernaba los estados; porque el mundo, a pesar de estar adormecido, sigue reconociendo la belleza cuando la ve, aunque quieran contarle otra historia. A tener cuidado, para…
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, IVE
[1] Jean Sévillia, Historiquement correct. Pour en finir avec le passé unique, Perrin, Paris 2004, 21-22.