miércoles, 25 de junio de 2014

Sombras. Porque hay asombros que no me cierran… LAS SOMBRAS DEL ASOMBRO ¿FALSA o FALAZ?

OSKO: LAS SOMBRAS DEL ASOMBRO

Sombras. Porque hay asombros que no me cierran…

LAS SOMBRAS DEL ASOMBRO
¿FALSA o FALAZ?
Si bien es cierto que nos gustan los juegos de palabras, lo cual queda evidenciado en el título mismo de este artículo, no se trata de juegos vanos o faltos de fundamento; ni tampoco porque en razón de una falta de sustanciales argumentos apelemos a presentar lo que escribimos bajo una suerte de “marquesina” efectista. En verdad, podríamos también decir que nos asombra el asombro de algunos, o la sorpresa, o las disidencias, cuando lo que denunciamos es harto evidente.
Hay quienes se han escandalizado del particular sentido que le hemos dado a las palabras de Monseñor Williamson cuando dice que si recibiera un llamado amistoso de Roma se iría en avión, dicen ellos que las palabras del Obispo fueron dichas con fina ironía, y que el problema es que nosotros, o no sabemos entender el humor inglés, o por falta de noticias a publicar en el blog nos inventamos un sentido escandaloso en esos dichos del Obispo.
¡EUREKA!, ¡por fin comprendimos!, Ahora vemos claro: Debe ser esa justamente la fina ironía que lo llevó a insertar en su Blasón Episcopal un signo rosacruz.
Es más ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Entonces, su derrotero, confuso y ambiguo, su falta de precisiones, sus cuestiones no aclaradas, sus gustos personales por revelaciones privadas (incongruentes con las Sagradas Escrituras y con la Fe, no serían más que otro producto de su maravilloso sentido del humor y de su fina ironía.
Estuvimos tentados de recordar nuevamente el episodio de caperucita roja del que ya hemos hablado en artículo anterior, pero pensamos que eso sería ofensivo para nuestra caperucita roja, quien aventaja lejos en suspicacia a los comentaristas en cuestión. Es que nuestros “asombrosos asombrados” ni siquiera ven la enormidad de las orejas, los ojos y la boca de la “abuela”. Parecen salidos de las catacumbas en estos precisos momentos y como habiéndose perdido toda la trayectoria que Monseñor Williamson ha llevado, previa a su “repentina” (dicho irónicamente, claro; no se nos vayan a ofender) vocación por subirse al primer avión que lo deposite en Roma.
Esa trayectoria nos lleva a decir que Monseñor Williamson no solo no es confiable, no solo nos preguntamos para quien trabaja, sino que además, afirmamos, que lo que encarna Mons. Williamson es simplemente un intento de evitar que muchos fieles terminen concluyendo que Roma COMPLETA está en la APOSTASIA, y que obren en consecuencia, apartándose de la prostituida ciudad eterna.
En tal sentido, decimos que Mons. Williamson trabaja para el enemigo, se dé cuenta de esto o no, y que por lo tanto la suya es una FALSA RESISTENCIA. Puede ser FALAZ o no serlo, pero es FALSA.
Los que se asombran del sentido que nosotros hemos visto en las palabras de Monseñor Williamson están “meando” fuera del contexto.
Perder de vista los contextos que propiamente le corresponden a los asuntos de que nos ocupamos, es lo que hace posible que existan las sorpresas y los asombros de algunos. Lo decimos porque llevamos años, o décadas metidos en este brete que sin solución de continuidad sigue hipertrofiándose ante nuestros ojos; crece como un potus puesto en tierra sobreabundante de abono, que más que abono parece una cosa distinta y malsana.
Algo así como si se tratase de pollos engordados con hormonas, los affaires relacionados con esta infernal carrera que se lleva a cabo en el autódromo de la apostasía, no hacen más que aumentar en número, profusión de detalles e instancias marcadas de escándalos. Crecen, crecen y crecen, y lo hacen también en la velocidad con que se precipitan.
¿Por qué razón entonces existen todavía algunos que se asombran de estas cosas?, ¿o en realidad hacen que se asombran?
Nos parece que puede ser porque no terminan de asumir que desde hace ya bastante tiempo, absolutamente TODO puede ocurrir.
Hay quienes se asombran de las cosas que hace y dice Bergoglio o los jerarcas de la Iglesia Conciliar. Esos son un poco más sinceros, me parece, porque nunca aceptaron considerar siquiera la posibilidad de la apostasía total y completa de Roma, y entonces, están todavía en una especie de retraso de décadas, y les falta aún mucho tiempo para asumir la realidad. (Debieran apurarse porque la realidad, de características apocalípticas, los esta por pasar por arriba).
Otros se asombran de que Mons. Fellay haya traicionado su misión, para la cual fue consagrado obispo; lo mismo puede decirse de los otros tres que lo acompañaron hace ya más de 25 años, desde ese día en que Mons. Lefebvre puso en marcha la Operación Supervivencia de la Tradición, juntamente con Mons. De Castro Mayer.
Retengamos los siguientes términos y el significado que hemos tomado de cada uno de ellos:

Falso: Contrario a la verdad por error o malicia.

Falaz: Que halaga y atrae con falsas apariencias.

O
En cuanto a los que se asombran de los dichos y hechos de Monseñor Williamson hay que hacer una distinción: Hay una Resistencia FALSA, porque no lleva a buen puerto pero que NO LO SABE y actúa por error y no por malicia, (es gente que resiste de verdad dentro de las filas de la Resistencia que encabeza el obispo ingles); y hay una Resistencia FALAZ, que sabe perfectamente por donde intenta evitar que vayan los fieles y que intenta llevaros finalmente a la desazón, al desaliento y… al mismo lugar que quiere ir M. Fellay.
Se trata de quienes saben perfectamente de que se trata; saben que no existe ninguna posibilidad de restauraciones ni de reconquistas pero sin embargo se empecinan en proseguir enseñando y predicando tales cosas.
Saben y ocultan.
¿Por qué lo hacen?
Ya hemos dicho que pensamos que tal vez sea por no perder “clientela”; después de todo algunos ya venían medio acostumbrados a pensar primero que nada en la cama caliente, la sopa caliente, el auto, la seguridad frente al futuro, el no estar solos, etc. etc. Todas cosas entendibles pero no tanto si se piensa en lo que está en juego.
Uuuuuhg… hemos metido el dedo en alguna llaga, seguramente.
Pssst… deberán entonces, pensarlo mejor si es que quieren continuar o no, leyendo este artículo.
En la jerga del “timbero”, hay un dicho: “Jugado y sin fichas”.
Ese dicho designa una situación en la cual un jugador esta “frito”… se jugó todo, no le queda ni un plástico para tirar en el verde tapiz de rojos, negros y blancos números y debe emprender su regreso a casa con los bolsillos pelados “por culpa” de esa maldita ruleta.
Pues… así han quedado algunos buenos sacerdotes (nada afectos a los juegos de azar; aclaro por las dudas). Jugados y sin fichas, porque dieron un portazo cuando se comenzaron a ver los atisbos de la traición de Mezingen, o cuando se dieron cuenta por vez primera, dependiendo de sus respectivas circunstancias personales.
Entonces se fueron. Pero no lo hicieron en silencio (como lo hace el jugador, en su retirada vergonzosa); GRITARON, escribieron, hablaron. Eso sí, no se fueron desesperanzados porque su esperanza está bien fundada. Nos movemos en un plano en el cual, según nuestras esperanzas, estamos al aguardo de la Venida del Mesías en Gloria y Majestad, es decir, el Retorno del Señor Jesucristo con toda la Magnificencia de su Gloria y que, precisamente por ello, ocurra la destrucción de todos los enemigos de la Verdad, por Su sola Presencia…
En ese marco de espera y esperanza… ¿Qué cosas son las que tanto asombran? Parece absurdo, salvo que, la esperanza de algunos no sea tal o tan firme, y que no pase de una mera y superficial creencia más o menos hipotética o potencialmente realizable.
Puesto que desde el momento en que admitimos la seriedad y realidad de tan sublimes eventos, no se sabe bien qué cosa pudiera ser tan asombrosa que los opacara; que además, están predichas escriturísticamente hablando, digo… traiciones, abominaciones desoladoras, prevaricaciones del clero que llegan a lo inimaginable, etc.
Por eso creemos que, muchos de los Resistentes Falsos, y claro que TODOS los Resistentes FALACES, sabían perfectamente que era lo que aquellos sacerdotes “jugados y sin fichas” estaban diciendo. Supieron siempre que era lo que estaban advirtiendo en aquellos momentos, pero, por conveniencias miraron para otro lado, e inclusive tomaron partido por Menzingen y agredieron a los primeros resistentes; después se sumaron a la “resistencia” williamsoniana, pero jamás aclararon nada del cambio, ni el porqué de su posición anterior.
Es asombroso que haya quienes se asombren de nuestra desconfianza para con esos.
Nadie puede hacerse el distraído y por lo menos, MINIMAMANTE, los fieles tenemos el DERECHO, que no nos excusa del DEBER (que también lo tenemos, porque se trata de la FE), de EXIGIR que los que se fueron (supuestamente) dándose cuenta más tarde, expliquen ciertas cosas. EL DEBER, reitero, y no tan solo un derecho que se puede ejercer o no.
Por eso, podría decir aquí que “ME ASOMBRA VUESTRO ASOMBRO”… porque yo creo que se trata en muchos casos de un asombro afectado y poco sincero.
No quiero dar nombres, no deseo hacer de esto un motivo más de divisiones y rencillas.
Al que le quepa este poncho, que se lo ponga…. al que no, que se lo deje a otro que pudiera andar más “desnudo”.
Por ahora dejémoslo ahí…
Bah, no tanto. Porque les regalo los desprolijos versos que siguen.
O
Que naides levante el muerto
si cree que el muerto es de otro.
Y que no se suba al potro
ni se largue a galopiar.
Naides se deja estaquiar
si la culpa fue de otro,
naides se deja golpiar
si es que debajo del poncho
sabe llevar escondido,
pa` defenderse, un puñal.
O
Y naides se llama a silencio
cuando se lo anda acusando
de ser traidor o ser amigo
del que manda traicionar.
Naides se queda callado
naides dice, “no me importa”
naides se hace el distraído
ni mira para otro lado,
porque es fiero que lo falso
se confunda con lo vero
y es muy malo que lo oscuro
se confunda con la luz…
O
Es peor si sale pus…
y un peón, un rey, un obispo
no se defiende si alguno
lo acusa de rosacruz.
O
Y que escriba ambigüedades
y enseñe cosas confusas
Y que diga d` ir volando
por no correr hasta Roma.
O
El otro corriendo iba,
ya sabemos bien la historia
d`este, (¿quién se asombraría?),
más que volando iría…
lo sabemos de memoria.