ALEJANDRO SOSA LAPRIDA: LOS DISCURSOS MÁSONICOS DE BERGOGLIO
El 25 de noviembre Francisco realizó un
viaje relámpago a la ciudad francesa de Estrasburgo, durante el cual
pronunció dos discursos, uno en el Parlamento Europeo y otro en el Consejo de Europa,
dos de las principales instituciones laicas y masónicas que fabrican
las leyes contrarias a la ley de Dios y que difunden la ideología
derecho-humanista que anima todas las leyes, directivas, instituciones y
tratados europeos.
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El tenor de los mismos consistió en una peroración
típicamente bergogliana exponiendo una serie de lemas y de ideas fuerza
intrínsecamente subversivos y revolucionarios, en total consonancia con
los sofismas fundadores de la « civilización » moderna, masónica y
anticristiana : naturalismo, deísmo, laicismo, humanismo, pluralismo y
utopismo. No haré un análisis exhaustivo de todos los temas evocados en
sus discursos, dado que se prestarían a un amplio desarrollo que
excedería el marco de estas breves líneas : he seleccionado solamente
algunas de sus declaraciones en relación al papel que le atribuye a las
instituciones europeas, y que se sitúan en las antípodas de la visión
cristiana del ser humano y de la sociedad. Comienzo por el discurso en
el Parlamento Europeo:
El centro del « ambicioso proyecto político » de la comunidad europea se basa en « la confianza en el hombre, no tanto como ciudadano o sujeto económico » sino « en
el hombre como persona dotada de una dignidad trascendente (…) La
dignidad es una palabra clave que ha caracterizado el proceso de
recuperación » europea luego de la segunda guerra mundial. « La
percepción de la importancia de los derechos humanos (…) ha contribuido
a formar la conciencia del valor de cada persona humana, única e
irrepetible (…) La promoción de los derechos humanos desempeña un papel
central en el compromiso de la Unión Europea, con el fin de favorecer la
dignidad de la persona (…) Se trata de un compromiso importante y
admirable. »
El régimen revolucionario masónico,
liberal, laico y democrático, ha sido construído por la arrogancia del
hombre que desprecia a Jesucristo y a la Iglesia, que se pretende
autónomo y dispensado de observar la ley divina y que no reconoce otra
ley que no sea la que el « pueblo soberano » se prescribe a sí mismo.
Esa « civilización » anticrística, en el sentido escatológico del
término, es aprobada, elogiada y promocionada por Francisco, quien
recuerda a los eurodiputados « la exigencia de hacerse cargo de mantener viva la democracia, la democracia de los pueblos de Europa », para explicarles a continuación que « mantener viva la realidad de las democracias es un reto de este momento histórico. », para asegurarles luego que la esperanza para Europa reside en « reconocer la centralidad de la persona humana », en el « compromiso en favor de la ecología », en « favorecer las políticas de empleo » y en realizar la construcción europea en torno a « la sacralidad de la persona humana. »
En el segundo discurso, pronunciado en el Consejo de Europa, agradece a sus miembros por su « promoción de la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho »,
con lo que legitima el régimen democratico, revolucionario y liberal,
basado en la « soberanía popular » y en la exclusión de Dios y de la
Iglesia de la vida pública. Quedan así excluídos del « estado de
derecho », por principio, las monarquías cristianas o los régimenes
políticos católicos refractarios a los sofismas liberales y a los
utopismos « progresistas », asimilados por el sistema derecho-humanista a
« tiranías » y a « dictaduras » intrínsecamente reprobables. Les dice
que para obtener la paz tan ansiada « es necesario ante todo educar
para ella, abandonando una cultura del conflicto, que tiende al miedo
del otro, a la marginación de quien piensa y vive de manera diferente »,
fórmula totalmente naturalista que prescinde del orden sobrenatural, de
la misión civilizadora de la Iglesia y de la redención operada por
Nuestro Señor Jesucristo.
Esto es muy distinto de lo que nos enseña la Iglesia al respecto : « El día en que Estados y gobiernos estimen ser un deber sagrado el atenerse a las enseñanzas y a las prescripciones de Jesucristo en sus relaciones interiores y exteriores, sólo así
llegarán a gozar de una paz provechosa, mantendrán relaciones de
confianza recíproca y resolverán pacíficamente los conflictos que
pudiesen surgir (…) Síguese entonces que no podrá existir ninguna paz verdadera,
a saber, la tan deseada paz de Cristo, hasta tanto los hombres no sigan
en la vida pública y privada con fidelidad las enseñanzas, los
preceptos y los ejemplos de Cristo. Una vez así constituida
ordenadamente la sociedad, pueda por fin la Iglesia, desempeñando su
divina misión, hacer valer todos y cada uno de los derechos de Dios lo
mismo sobre los individuos como sobre las sociedades. En esto consiste
la breve fórmula : el reino de Cristo (…) De todo lo cual resulta claro
que no hay paz de Cristo sin el reino de Cristo. » (Encíclica Ubi Arcano, Pío XI, 1922)
Pero huelga decir que en la visión
naturalista de Francisco estas palabras de Pío XI carecen de todo
significado. Luego hace a su auditorio la siguiente pregunta retórica : « ¿Cómo lograr el objetivo ambicioso de la paz? », a la cual responde del siguiente modo : « El
camino elegido por el Consejo de Europa es ante todo el de la promoción
de los derechos humanos, que enlaza con el desarrollo de la democracia y
el estado de derecho. Es una tarea particularmente valiosa, con
significativas implicaciones éticas y sociales, puesto que de una
correcta comprensión de estos términos y una reflexión constante sobre
ellos, depende el desarrollo de nuestras sociedades, su convivencia
pacífica y su futuro. »
Concluyendo esta breve reseña : Todo el
mensaje de Francisco se funda en el reconocimiento y en la legitimación
de la ideología iluminista y revolucionaria de los « derechos humanos »,
sustituto del Evangelio y de los Mandamientos, y en la promoción de la
falaz « dignidad de la persona humana » que oculta la naturaleza caída
del hombre y la consiguiente necesidad en la que éste se encuentra de
ser rescatado del pecado y salvado de la condenación eterna por la
gracia divina comunicada por Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador, a
través de la Iglesia, su Cuerpo Místico y única Arca de Salvación.
Esta verdad teológica básica ha sido
evacuada de la constitución política moderna del Estado liberal y
revolucionario, que reposa en el libre « contrato social » contraído
entre individuos « autónomos » y « soberanos », quienes obedeciendo a la
« voluntad general » se imaginan emancipados de toda ley superior
distinta de aquella que ellos mismos decidan atribuirse : ley natural,
ley eclesiástica, ley divina. Es la actitud del hombre rebelde que,
renunciando a su condición de creatura, dependiente moral y
ontológicamente de su Creador, se constituye en el orígen del bien y del
mal, adorando su « dignidad trascendente e inalienable » como su fin
último y declarándose la razón de ser de la sociedad y del Estado.
La democracia moderna no es más que la concreción social de esta actitud de rebeldía. Ella encarna eminentemente el « seréis como dioses » del Edén, traducido en espuria teoría política por los « filo-sofistas »
de la « Ilustración » y del « Siglo de las Luces »… El régimen
democrático es el eco temporal del « non serviam » pronunciado por
Satanás en los orígenes de la Creación. La democracia moderna no es pues
sino la « Demoncracia », la « Bestia » del Apocalipsis, que
aguarda impaciente la llegada de su caudillo postrero, aquel cuya misión
será la de consumar la rebelión de la humanidad contra Dios. Pero
sabemos que la bestia política será secundada por una segunda bestia,
que corresponde a la religión adulterada, prostituida y prevaricadora,
la que también contará con un jefe emblemático, el cual hará que los
moradores de la tierra se sometan incondicionalmente a la primera,
adorándola. Y es necesario reconocer que Francisco, a través de sus
discursos de Estrasburgo, se sitúa inequívocamente en la línea del falso
profeta descripto por San Juan en su visión escatológica, presentándose
a los ojos del mundo como un cordero pero hablando como un dragón…
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-parlamento-europeo.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-consiglio-europa.html
http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.fr/2014/11/nota-de-ncsjb-ante-la-visita-del-obispo.html