La revolución de la ignorancia
De
nada vale fundar Universidades, si se las somete en su plan curricular a
una visión sesgada e ideologizada de la realidad, y la egolatría de
ídolos populistas
Alexei E. Guerra Sotillo
Busco
un matiz, un atisbo de argumento para no calificar de barbarie lo que
hoy define el resultado de la actual gestión de gobierno, y la tarea es
además de infructuosa, una soberana pérdida de tiempo.
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Lo único claro,
en relación al gobierno militar con pantomima careta civil que detenta
el poder, es que no puede ver que alguna institución, alguna iniciativa o
empresa funciona, porque en seguida su voracidad estatizadora la toma,
expropia, regula, controla, para exitosamente destruirla, quebrarla y
hacerla o inviable, o ineficiente.
El
turno le tocó ahora, en esta caravana de desvaríos y demoliciones que
avanzan a paso de vencedores, al Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas, (IVIC). La prosapia oficialista en la Asamblea Nacional,
específicamente la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, ha
tenido la iluminada idea de presentar un proyecto de Ley para “cambiar”
el nombre del Instituto, eliminar beneficios socioeconómicos de sus
trabajadores, y en el ínterin, derrumbar una de nuestras instituciones
científicas más emblemáticas e importantes, cantera de investigadores,
creadora de conocimiento que ha servido durante casi 60 años al país.
Esta
monumental estupidez (no cabe otro adjetivo) y la aprobación en primera
discusión del referido “proyecto”, parece no dejar duda de la
inexorable consumación de un costoso y lamentable error, que se suma a
la larga lista de desatinos que, en materia de políticas, fomento y
promoción de la actividad científica e investigativa, en la práctica
contra la pared en las Universidades Públicas y Autónomas, gracias a
presupuestos miserables que el gobierno critica como “elevados”, ha
generado el actual gobierno.
Al
eliminar el IVIC, como es la pretensión oficial, el Ejecutivo denota su
abismal ignorancia sobre los factores que deben conjugarse para la
actividad científica y de investigación, y para su progresiva concreción
a través de redes de conocimiento, innovación y aplicación social,
cuales son la libertad, el apoyo sostenido y estratégico con inversión,
infraestructura y presupuestos adecuados, el estímulo a la carrera
docente e investigativa, un apoyo decidido al emprendimiento en todas
sus expresiones, y sobre todo, el respeto a la autoridad del saber, a la
solvencia de los méritos, credenciales de quienes se dedican a crear
conocimiento y buscar, a través de la ciencia, soluciones y nuevos
caminos hacia la verdad de nuestro entorno.
De
nada vale fundar Universidades, si se las somete en su plan curricular a
una visión sesgada e ideologizada de la realidad, y la egolatría de
ídolos populistas. De nada vale regalar computadoras portátiles a niños,
si los textos escolares que se les impone presentan serias
deficiencias, y de nuevo, exhiben una visión politizada, partidista e
ideologizada de la realidad, mientras las escuelas se caen a pedazos, o
son desvalijadas por el hampa, o los maestros y docentes ganan salarios
de hambre.
Abran paso. Hay va, la revolución de la ignorancia.
Abran paso. Hay va, la revolución de la ignorancia.
@alexeiguerra