LA REPÚBLICA FRANCESA COMO REHÉN
por
Thierry Meyssan
La guerra que se extiende a París resulta incomprensible para los
franceses, que nada saben de todas las actividades secretas de
su gobierno en el mundo árabe, de sus alianzas contra natura con
las dictaduras del Golfo y de su activa participación en el terrorismo
internacional. El Parlamento francés nunca ha abordado esas políticas y
los grandes medios de prensa raramente se atreven a mencionarlas.
Hace
5 años que los franceses oyen hablar de guerras lejanas, sin entender
de qué se trata. La prensa los informó ampliamente sobre la implicación
de sus fuerzas armadas en Libia, pero nunca ha hablado de la presencia
de soldados franceses en el Levante. Muchos leen mis artículos sobre ese
tema pero los ven como extraños cuentos orientales. A pesar de mi
historia personal, es de buen tono calificarme de «extremista» o de «conspiracionista»
y resaltar que sitios web de todas las tendencias, incluyendo los
auténticamente extremistas o complotistas, reproducen mis artículos.
Pero nadie encuentra cómo responder a lo que escribo. Como tampoco nadie
escucha mis alertas sobre las alianzas en las que Francia se ha
implicado.
Y la verdad ignorada emerge bruscamente.
En la noche del viernes 13 de noviembre de 2015, Francia fue atacada
por varios comandos que asesinaron al menos 130 personas en 5 lugares
diferentes de París. Se ha decretado el estado de urgencia por 12 días
en todo el territorio nacional y el Parlamento podría prolongarlo.
No existe vínculo directo con
el caso de Charlie Hebdo
La prensa francesa interpreta este acto de guerra vinculándolo al atentado perpetrado en las oficinas de Charlie Hebdo, a pesar de que los modus operandi
son totalmente diferentes. En enero, el objetivo era matar a personas
bien identificadas mientras que el viernes 13 se vio un ataque
coordinado e indiscriminado contra un gran número de personas.
Hoy se sabe que el redactor jefe de Charlie Hebdo acababa de recibir una «donación» de 200 000 euros para que continuara su campaña antimusulmana [1]. También se sabe ahora que los asesinos de Charlie Hebdo estaban vinculados a los servicios de inteligencia franceses [2] y que el origen del armamento que utilizaron está clasificado como Secreto Militar [3]. Ya demostré en un trabajo anterior que este atentado no fue una operación islamista [4]. También demostré que fue objeto de una inmediata recuperación mediática [5] y que esa recuperación encontró eco en la población hostil a la República [6] –idea brillantemente desarrollada unos meses después por el demógrafo Emmanuel Todd [7].
Si volvemos a concentrarnos en la guerra que acaba de extenderse a
París, veremos que es una novedad en Europa occidental. No es comparable
a los atentados perpetrados en Madrid en 2004. En España nadie disparó
sobre la gente, tampoco hubo kamikazes sino 10 bombas distribuidas en
4 lugares diferentes [8]. Lo que se vio el viernes en Francia es lo que viven cada día numerosas poblaciones del «Medio Oriente ampliado»
desde 2001. Y también encontramos hechos comparables fuera de esa
región, como los 3 días de ataques diferenciados en Bombay –en 2008 [9].
Aunque los atacantes de París fuesen realmente musulmanes e incluso a pesar de que algunos de ellos hayan gritado «¡Allah Akbar!» mientras disparaban sobre los transeúntes, no existe ningún vínculo entre esos ataques, el islam y una eventual «guerra de civilizaciones». O sea, esos comandos tenían órdenes de matar gente al azar, sin preocuparse por la religión de sus víctimas.
De la misma manera, es absurdo tomar al pie de la letra el móvil que
el Emirato Islámico invoca contra Francia –aunque no quepa duda de la
implicación de ese grupo en este ataque. Si el Emirato Islámico
realmente quisiese «vengarse», sería en Moscú donde habría realizado esos ataques.
Francia es un Estado terrorista,
al menos desde 2011
La lectura de esos hechos se hace más complicada porque detrás de los
grupos no estatales siempre se esconden Estados que los financian.
Durante los años 1970, el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, más conocido
como «Carlos», se había puesto, por convicción, al servicio de
la causa palestina y de la Revolución, con discreto respaldo de la URSS.
En los años 1980, el ejemplo de Carlos fue invocado por mercenarios que
en realidad trabajaban para quién mejor pagara, como Sabri al-Banna,
más conocido como «Abu Nidal», quien efectuó atentados por cuenta
de Libia y Siria, pero también por encargo de Israel. Hoy en día existe
una nebulosa del terrorismo y de la acción secreta en la que están
implicados numerosos Estados.
Aunque los Estados siempre niegan su participación en grupos
terroristas, el ministro francés de Exteriores Laurent Fabius declaró en
diciembre de 2012, durante la conferencia de los «Amigos de Siria» en Marrakech, que al-Nusra –la rama de al-Qaeda en Siria– estaba haciendo «un buen trabajo» [10].
Teniendo en cuenta su condición de ministro francés, el señor Fabius
sabía perfectamente que su respaldo a una organización que el Consejo de
Seguridad clasifica como terrorista no le valdría acabar ante un
tribunal. Pero sí asumía un grave riesgo para su país, hundiéndolo así
en la caldera del terrorismo.
En realidad, Francia ya estaba implicada del lado de al-Qaeda
–al menos desde inicios de 2011. En aquel momento, el Reino Unido y
Francia se habían unido al proyecto estadounidense de «primavera árabe».
El objetivo era derrocar a todos los regímenes árabes laicos y
reemplazarlos por dictaduras de la Hermandad Musulmana. Londres y París
descubrieron esa operación cuando ya estaba en marcha en Túnez y en
Egipto, pero es muy probable que la participación de ambos gobiernos
haya sido solicitada de antemano contra Libia y Siria [11].
En Libia, los gobiernos de Francia y del Reino Unido organizaron –con
ayuda de las fuerzas especiales de Italia– las matanzas de Bengazi y,
posteriormente –con ayuda de al-Qaeda– la toma de varios arsenales del
ejército libio. Yo mismo soy testigo de ello ya que, en agosto de 2011,
hallándome bajo la protección de Khamis el-Kadhafi, en momentos en que
la OTAN tomaba por asalto la capital libia, el hotel Rixos –donde
nos encontrábamos– fue asediado por la “Brigada de Trípoli”, una unidad
de al-Qaeda bajo el mando de Mahdi al-Harati, cuyos hombres, al grito de
«¡Allah Akbar!», estaban directamente dirigidos por oficiales
franceses en misión. Posteriormente, el propio Mahdi al-Harati fue,
junto con su jefe Abdelhakim Belhadj, fundador del Ejército Libre Sirio,
en realidad un grupo de al-Qaeda que se identifica con la bandera de
la colonización francesa.
En Siria, está ampliamente demostrada la presencia de oficiales
franceses a la cabeza de los grupos armados en momentos en que
perpetraban crímenes contra la humanidad.
Francia ha estado jugando, desde entonces, un juego extremadamente
complejo y peligroso. En enero de 2013, un mes después de la declaración
pública de Laurent Fabius en apoyo a al-Qaeda en Siria, Francia
emprendía en Mali una operación contra ese mismo grupo terrorista,
provocando así acciones de represalia contra sus agentes infiltrados
en Siria.
De todo eso, los franceses nunca han oído hablar. Y nunca se les
ha hablado de ello porque, aunque Francia dispone de organizaciones
democráticas, la política actual del gobierno francés en el mundo árabe
nunca se ha debatido públicamente. Lo único que se ha hecho
–en violación del Artículo 35 de la Constitución de la República
Francesa– ha sido entrar en guerra contra Libia y contra Siria después
de unas pocas horas de debates parlamentarios, superficiales y sin voto
final. Los parlamentarios franceses han renunciado a ejercer su mandato,
que consiste en controlar las acciones del Ejecutivo en materia de
política exterior, pensando que se trata de un sector reservado al
presidente de la República, supuestamente sin consecuencias para la vida
cotidiana de los franceses. Hoy todos pueden comprobar, por el
contrario, que la paz y la seguridad –uno de los 4 «Derechos del Hombre y del Ciudadano» proclamados en 1789 (Artículo 2), dependen directamente de la política exterior. Lo peor está por llegar.
A inicios de 2014, cuando los halcones liberales estadounidenses daban los últimos toques a su plan de transformación del «Emirato Islámico en Irak y el Levante» (EIIL) en lo que sería Daesh [12],
Francia y Turquía se encargaron de hacer llegar municiones a al-Qaeda
para que combatiera el Emirato Islámico –esto está debidamente
comprobado gracias a un documento presentado al Consejo de Seguridad de
la ONU el 14 de julio de 2014 [13].
Sin embargo, Francia se unió después a la operación secreta de los
halcones liberales de Washington y participó en la coalición
internacional contra el Emirato Islámico, de la que hoy sabemos todos
que, contrariamente a lo que anunciaba su nombre, no bombardeó al
Emirato Islámico sino que le lanzó en paracaídas cargamentos de armas
durante todo un año [14].
La situación siguió evolucionando aún después de la firma del Acuerdo
5+1 con Irán. En el terreno, Estados Unidos se volvió súbitamente contra
el Emirato Islámico y lo empujó hacia Hassaké (en Siria) [15].
Pero no fue hasta mediados de octubre de 2015 –hace sólo un mes– que
Francia reinició los ataques contra el Emirato Islámico. Pero no fue
para detener las masacres de sus yihadistas sino para conquistar parte
del territorio que estos ocupan en Siria y en Irak e instalar en ellos
un nuevo Estado colonial que sería designado como «Kurdistán», a pesar de que los kurdos serán allí extremadamente minoritarios [16].
Con esa perspectiva, Francia envió su portaviones –que todavía
no está en la zona– para apoyar a los marxista-leninistas kurdos del YPG
–pero, ¿qué significa esta referencia política cuando el proyecto es la
creación de un Estado colonial?– contra el Emirato Islámico… el
ex aliado de París.
Ahora estamos viendo un segundo efecto de boomerang. Pero no de parte
de al-Qaeda en Siria. Ahora el golpe viene del Emirato Islámico
en Francia, que sigue instrucciones de los inconfesables aliados de la
propia Francia.
¿Quién dirige el Emirato Islámico?
El Emirato Islámico, llamado Daesh en el mundo árabe, es una creación
artificial. Es solamente el instrumento de la política de un grupo de
Estados y multinacionales.
Sus principales recursos son el petróleo, las drogas afganas
–los franceses siguen sin entender las consecuencias que tienen estas
últimas en su propio suelo– y las antigüedades provenientes del Levante.
Todo el mundo está de acuerdo en que el petróleo robado transita
libremente a través de Turquía antes de ser vendido en Europa
occidental. A la vista de los volúmenes de petróleo robado, trasladado y
vendido no cabe duda del apoyo que el Estado turco aporta al Emirato
Islámico [17].
Hace 3 semanas, el vocero del Ejército Árabe Sirio revelaba que
3 aviones –fletados uno por Turquía, otro por Arabia Saudita y el
tercero por los Emiratos Árabes Unidos– acababan de sacar de Siria
grupos de combatientes del Emirato Islámico, transportándolos a Yemen.
En este caso, tampoco hay duda posible sobre los vínculos de esos
3 países con el Emirato Islámico, en violación de las resoluciones
pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde la primera conferencia de Ginebra, en junio de 2012, he venido
explicando que en el seno del aparato estatal de Estados Unidos existía
una facción que estaba haciendo su propia política, en contra de la
política de la Casa Blanca. Al principio, quien encabezaba esa facción
era el general David Petraeus, el entonces director de la CIA y
cofundador del Emirato Islámico en 2007 («The Surge») [18],
hasta que fue arrestado, al día siguiente de la reelección de Barack
Obama. Vino después el turno de la secretaria de Estado Hillary Clinton,
a quien un «accidente» le impidió mantenerse en el cargo durante la llamada «transición presidencial».
Esa facción prosiguió entonces la lucha a través del embajador Jeffrey
Feltman, secretario general adjunto de Naciones Unidas, desde sus
oficinas en la sede de la ONU, y del general John Allen, a la cabeza de
la coalición que supuestamente luchaba contra el Emirato Islámico.
Ese grupo, que forma parte del «Estado profundo»
estadounidense, que sigue oponiéndose al Acuerdo 5+1 firmado con Irán y
lucha contra la República Árabe Siria, sigue teniendo gente dentro de la
administración Obama. Lo más importante es que puede contar con la
ayuda de grandes transnacionales, que disponen de presupuestos más
importantes que los de los Estados, lo cual les permite financiar sus
operaciones secretas. En ese caso se hallan, por ejemplo, el gigante
petrolero Exxon-Mobil (el verdadero dueño de Qatar), el fondo de
inversiones KKR y el ejército privado Academi (antes conocido como
Blackwater).
Actuando por cuenta de esos Estados y de esas transnacionales, Francia se ha convertido en un país mercenario.
El chantaje a Francia
El 11 de noviembre de 2015, el primer ministro de Francia, Manuel
Valls, aseguraba que Francia tenía un compromiso en contra del
terrorismo [19].
El 12 de noviembre, el Observatorio Nacional sobre la Delincuencia y las Respuestas Penales
–vinculado al ministerio francés del Interior– publicaba un informe que
señala que el terrorismo se ha convertido en la segunda preocupación de
los franceses, inmediatamente después del desempleo [20].
En la mañana del viernes 13 de noviembre, el ministro francés del
Interior, Bernard Cazeneuve, presentaba en la localidad parisina de
Nanterre un plan de 20 medidas para luchar contra el tráfico de armas [21].
Es evidente que el gobierno esperaba lo peor, lo cual quiere decir
que estaba negociando con quienes realizaron los ataques. Francia aceptó
un compromiso que no cumplió y ahora es víctima de un chantaje de parte
de los amos a quienes acaba de traicionar.
En la mañana del mismo viernes 13 de noviembre, día de los atentados,
los servicios de urgencia de los hospitales habían realizado un
ejercicio que simulaba varios atentados [22].
Esta coincidencia ya se había visto durante los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York y en Washington, al igual en los del
11 de marzo de 2004 en Madrid, en los atentados del 7 de julio de 2005
en Londres.
Conclusión provisional
Los sucesivos gobiernos franceses han establecido alianzas
con Estados cuyos valores son contrarios a los valores de la República
Francesa. Los gobiernos franceses sucesivos han ido comprometiéndose
progresivamente a librar guerras secretas por cuenta de esos Estados,
antes de renunciar a esos compromisos. El presidente Hollande; su jefe
de estado mayor particular, el general Benoit Puga; su ministro de
Exteriores Laurent Fabius y su predecesor Alain Juppé, ministro bajo
el mandato del ex presidente Sarkozy, son actualmente objeto de
un chantaje del que sólo podrán liberarse revelando en qué implicaron
indebidamente al país, aunque eso los ponga en peligro de tener que
comparecer ante la Alta Corte de Justicia.
El 28 de septiembre, desde la tribuna de la Asamblea General de la
ONU, dirigiéndose a Estados Unidos y a Francia, el presidente Putin
exclamaba:
«Me gustaría preguntar a los responsables de esta situación:
“¿Están ustedes al menos conscientes de lo que ustedes mismos han hecho?”
Pero mucho me temo que esta pregunta quede sin respuesta, porque estos personajes no han renunciado a su política, basada en una exagerada confianza en sí mismos y en la convicción de su propia excepcionalidad y de su propia impunidad.» [23].
Y no lo han escuchado. No lo han escuchado los estadounidenses, ni tampoco los franceses. Ahora es demasiado tarde.
Elementos fundamentales:Fte : RED VOLTAIRE
El gobierno francés ha ido alejándose progresivamente de la legalidad internacional. Está perpetrando asesinatos políticos y dirigiendo acciones terroristas al menos desde 2011.
El gobierno francés ha establecido alianzas contra natura con las dictaduras petroleras del Golfo Pérsico. Está trabajando con un grupo de personalidades estadounidenses y de compañías transnacionales para sabotear la política de apaciguamiento que tratan de aplicar los presidentes Obama y Putin.
El gobierno francés ha entrado en conflicto con esos aliados poco recomendables. Uno de ellos orquestó los atentados perpetrados en París.
[2] «Diario estadounidense vincula a los hermanos Kouachi con los servicios secretos franceses», Red Voltaire, 9 de enero de 2015.
[3] «Masacre de Charlie-Hebdo: Francia clasifica como “Secreto militar” la información sobre las armas de los terroristas», Red Voltaire, 18 de septiembre de 2015.
[4] «¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 8 de enero de 2015.
[5] «Charlie Hebdo como pretexto», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 13 de enero de 2015.
[6] «¿A qué le temen los políticos y los periodistas franceses?», por Red Voltaire, 29 de enero de 2015.
[7] Qui est Charlie ?: Sociologie d’une crise religieuse, Emmanuel Todd, Seuil, 5 de mayo de 2015, 252 p.
[8] «11 de marzo de 2004 en Madrid: ¿fue realmente un atentado islamista?» y «Atentados de Madrid: la pista atlantista», por Mathieu Miquel, Red Voltaire, 19 de octubre y 16 de diciembre de 2009.
[9] The Siege, Adrian Levy & Cathy Scott-Clark, Penguin, 2013.
[10] «Pression militaire et succès diplomatique pour les rebelles syriens», por Isabelle Mandraud, Le Monde, 13 de diciembre de 2012.
[11] Ver el testimonio del ex presidente del Consejo Constitucional de Francia, Roland Dumas.
[12]
Acrónimo árabe del actual Emirato Islámico, también designado por
la prensa occidental como Estado Islámico, EI, o por sus siglas en
inglés como ISIL o ISIS.
[13] Ver la intervención del representante de la República Árabe Siria «Resolución 2165 y debates (ayuda humanitaria en Siria)», Red Voltaire, 14 de julio de 2014.
[14]
La prensa occidental ha ignorado cuidadosamente este tema, ampliamente
abordado sin embargo por la prensa del mundo árabe y en lengua persa.
La verdad salió a la luz cuando 50 analistas del CentCom denunciaron
las mentiras de los informes sobre la coalición, lo cual provocó la
apertura de una investigación interna y, finalmente, el general
estadounidense John Allen fue obligado a dimitir. Ver, principalmente, «Partidarios del acuerdo con Irán denuncian manipulaciones de los datos de inteligencia en el Pentágono» y «Dimite el jefe de la coalición internacional contra el Emirato Islámico (Bloomberg)», Red Voltaire, 15 y 24 de septiembre de 2015.
[15] «Francia trata de obstaculizar el despliegue militar ruso en Siria», Red Voltaire, 7 de septiembre de 2015.
[16] «Estados Unidos e Israel inician la colonización del norte de Siria», Red Voltaire, 1º de noviembre de 2015.
[17] Ver más datos en «Vínculos de la familia Erdogan con el Emirato Islámico», Red Voltaire, 26 de julio de 2015.
[18]
El Emirato Islámico fue constituido inicialmente en Irak, en el marco
de un plan cuyo objetivo era acabar con la resistencia a la ocupación
estadounidense. Para lograr ese fin, Estados Unidos creó milicias
antichiitas –entre las que se hallaba el Emirato Islámico en Irak, el
futuro «Daesh»– y, posteriormente, milicias antisunnitas.
Conforme al plan, estos dos grupos de la población iraquí acabaron
luchando entre sí, y olvidándose así de la ocupación estadounidense.
[19] «Valls: la France engagée contre le terrorisme», AFP y Le Figaro, 11 de noviembre de 2015.
[20] «La grande peur du terrorisme», por Timothée Boutry, Le Parisien-Aujourd’hui en France, 13 de noviembre de 2015.
[21] «Bernard Cazeneuve présente un plan contre le trafic d’armes», AFP, 13 de noviembre de 2015.
[22] Cf. Intervención [en francés] del Dr. Patrice Pelloux, presidente de la Asociación de Médicos de Urgencia de Francia, en France Info a las 10h26 y en el noticiero de la noche de France2, 14 de noviembre de 2015.
[23] «Discours de Vladimir Poutine à la 70ème Assemblée générale de l’Onu», por Vladimir Putin, Réseau Voltaire, 28 de septiembre de 2015.