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LOS ORÍGENES
BRITÁNICOS DE LA
CONTRACULTURA
LA CONSPIRACIÓN DE ACUARIO
Las fuerzas ocultas
Los enemigos ocultos
Aprincipios de 1980 salió un libro de Marilyn
Ferguson titulado The Aquarian Conspiracy
(La conspiración de Acuario), una especie de manifiesto de la contracultura. La conspiración de Acuario, que define
la contracultura como la acogida
conciente de lo irracional –desde el rocanrol y las drogas hasta la
retroalimentación, la meditación, le “elevación de la conciencia”, el yoga, el
montañismo, la terapia de grupo y el sicodrama-, declara que ha llegado el
momento de de que los 15 millones de estadounidenses que toman parte en la
contracultura se unan para provocar un
“cambio radical en los Estados Unidos”.
Escribe la Ferguson: “El esbozar
este libro, aún sin título, sobre las alternativas sociales nacientes me hizo
reflexionar en la forma peculiar de este movimiento; sus atípicos líderes, la
paciente vehemencia de sus adherentes, sus éxitos poco probables. De repente se
me ocurrió que en su compartir de estrategias, sus enlaces y el reconocimiento
mutuo por señas sutiles, los participantes no colaboran simplemente unos con
otros. Están confabulados. Esto –este movimiento- ¡Es una conspiración!”.
Ferguson utilizó una verdad a
medias para
decir una mentira. La contracultura es una conspiración, pero no de la
forma
semiconsciente que pretende Ferguson, y ella lo sabe muy bien. Ferguson
escribió su manifiesto bajo la dirección de Willis Harman, director de
política
social del Instituto Stanford, para vulgarizar un estudio político de
mayo de 1974 sobre como transformar a los Estados Unidos en el Mundo feliz de Aldous Huxley. La
contracultura es una conspiración del más alto rango, ideada para manipulear sociedades
y socavar la adhesión de los Estados Unidos al progreso científico y
técnico.
La conspiración data de los treinta,
cuando el Servicio de Inteligencia Secreta de Gran Bretaña envió a Aldous
Huxley a los Estados Unidos como oficial a cargo de una operación para preparar
al país para la vasta difusión de las drogas que vendría después. En este libro
desmontaremos esta operación paso a paso, desde sus modestos comienzos con
Huxley en California hasta el daño de que son víctimas hoy día 15 millones de
estadounidenses. Con la Conspiración de
Acuario queda al descubierto la Nueva Guerra
del Opio.
EL MODELO.
Los británicos tenían un modelo del cual
copìar la contracultura que le impusieron a los Estados Unidos: las ceremonias
paganas de las sectas de los decadentes imperios egipcio y romano. La siguiente
descripción de las ceremonias paganas del sacerdocio egipcio de Isis del tercer
milenio a.JC, igualmente pudiera ser la crónica periodística de una reunión de
jipis por el año 1969 d.JC.
Los actos o gestos que acompañan al
encantamiento constituyen el rito [de Isis]. En estas danzas, el batir de los
tambores y el ritmo de la música y los movimientos repetitivos se
complementaban con sustancias alucinantes como el jachís o el mescal: estos se
consumía para ayudar a crear el trance y la alucinación que se tenía por visita
de la diosa. Las drogas eran sagradas, y su conocimiento se limitaba a los
iniciados….
La contracultura que se fomentó entre la
juventud estadounidense en los sesenta
no es simplemente análoga al antiguo culto de Isis. Se trata de una
resurrección literal del culto, al grado de que la cruz de Isis se ha
popularizado como el símbolo más frecuente en la contracultura.
LOS SUMOS SACERDOTES.
El sumo sacerdote de la Guerra del Opio de Gran Bretaña
fue Aldous Huxley, miembro fundador
de la Mesa
redonda de Rhodes y colaborador de toda la vida de Arnold Toynbee. El propio
Toynbee fue miembro del Consejo del Real
Instituto de Asuntos Internacionales (RIIA) por casi cincuenta años, encabezó la División de
Investigaciones de la
Inteligencia británica a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, y
sirvió durante la guerra como oficial de información del primer Ministro
Winston Churchill.
La “teoría” de la historia de Toynbee,
expuesta en sus veinte volúmenes de historia de la civilización occidental,
planteaba que el rasgo característico de ésta ha sido siempre el auge y la
decadencia de las grandes dinastías imperiales. En el momento mismo en que estas dinastías –el “Reich de
mil años” de los faraones egipcios, el Imperio Romano y el Imperio Británico- logran imponer su
dominio sobre la faz de la
Tierra, tienden a declinar. Toynbee arguyó que semejante
tendencia se venciera si la oligarquía imperante (como la Mesa Redonda británica) se
dedicara a reclutar y forjar un sacerdocio simple siempre creciente, consagrado
a los principios del dominio imperial. [A.Toynbee, A Study of History].
Aldous Huxley, educado en la universidad de Oxford de
Toynbee, fue uno de los iniciados de los “Hijos del Sol”, secta dionisíaca compuesta por los hijos de la élite de la Mesa Redonda
británica. [M.Green, Children of the Sun]. Entre los otros iniciados estaban
T.S.Eliot, W.H.Auden, sir Oswald Mosley y D. H. Lawrence, amante homosexual de
Huxley. Fue Huxley, además, quien lanzaría la batalla legal en los
cincuenta para que se permitiera en los
Estado Unidos la novela pornográfica [R.
W. Clark, The Huxleys]., de Lawrence, arguyendo que se trataba de una “obra de arte” incomprendida.
Aldous Huxley, en compañía de su hermano
Julian, fue tutoreado en Oxford por H.G.Wells, jefe de Inteligencia británica
en el extranjero durante la
Primera Guerra Mundial y abuelo espiritual de la conspiración
de Acuario. Con toda razón Ferguson considera que la contracultura es lo que Wells
llamó La conspiración abierta: programa de acción para una revolución
mundial.
La “conspiración abierta”, escribió Wells,
“aparecerá primero, creo yo, como una organización conciente, de gente
inteligente y muy probablemente, en algunos casos, adinerada; como un
movimiento con claros fines sociales y políticos, que despreciará abiertamente
la mayor parte del aparato de control político existente, o se valdrá de él
sólo como elemento incidental en ciertas etapas; un simple movimiento en una
cierta dirección de un cierto número de personas, quienes descubrirán con
cierta sorpresa el objetivo común hacia el que se dirigen… De los modos más
diversos influirán y orientarán el aparato del gobierno visible”
Lo que Ferguson omite, por supuesto, es que
Wells denominó a su conspiración “un
cerebro unimundialista”, que funcionaría como policía de la mente”.
Libros tales como La
conspiración abierta se escribieron para la propia casta sacerdotal. Pero los escritos populares de Wells (La máquina del tiempo, La isla del Dr.
Moreau, etc.) y los de sus discípulos Aldous Huxley (Mundo Feliz) y George Orwell
(1984 y La granja de los animales), reescribieron como manifiestos de masas
para organizar el orden unimundialista de Gran Bretaña. Sólo en los Estados
Unidos se enseña en la escuela primaria
que estos “clásicos de ciencia ficción” son ataques contra el fascismo.
Con el padrinazgo de Wells, Huxley le fue
presentado a Aleister Crowley. Este era producto de cultos ocultistas que
surgieron en Gran Bretaña a partir de la década de 1860 bajo la guía de Edward
Bulwer-Lytton. Se recordará que Bulwer-Lytton era ministro colonial en el
gabinete de Lord Palmerston durante la Segunda
Guerra del Opio. En 1886 Crowley, William Butler Yeats y
otros cuantos discípulos de Bulwer-Lytton formaron el templo de Isis-Urania de
los Estudiantes Herméticos del Amanecer Dorado. Este culto a Isis se organizó
en torno a un escrito de madama Helena Blavatsky (Isis sin velo, 1887) en el
que la ocultista rusa insta a la aristocracia británica a organizarse como
casta sacerdotal del culto de Isis.
En 1937 mandaron a Huxley a los Estados
Unidos, donde permaneció por todo el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Por
medio de un conocido, Jacob Zeitlin, Huxley y el pederasta Christopher
Isherwood obtuvieron empleo de guionistas en la Metro Goldwyn Mayer, la Warner Brothers y los Walt
Disney Studios. Como hemos visto, Hollywood estaba ya en manos de elementos del
hampa, abastecidos de capital bancario y dirigidos desde Londres. Joshep
Kennedy era el testaferro del consorcio Británico que creó los estudios RKO, y
“Bugs” Siegel, cacique de la costa occidental del sindicato de Lansky, tenía
mucho que ver con la Warner Brothers
y la MGM.
Huxley fundó un nido de sectas adoradoras
de Isis en el sur de California y en San Francisco que no eran otra cosa que
cientos de trastornados adoradores de Isis y otros dioses paganos. Isherwood,
en la época de California, tradujo y difundió una cantidad de antiguos
documentos del budismo Zen, en tanto alentaba la formación de sectas místicas
Zen. [Francis King, Sexuality, Magic and
Perversion].
En efecto, Huxley e Isherwood (a quienes
se sumaron poco después Thomas Mann y su hija Elisabeth Mann Borghese), echaron
los cimientos, a fines de los treintas, y a lo largo de los cuarenta, de la
posterior cultura del LSD, reclutando un núcleo de “iniciados” a las sectas de
Isis que habían constituido durante su estadía en la India los mentores de
Huxley; Bulwer-Lytton, Blavatsky y Crowlrey. [M. Ferguson].
EL LSD:
“VISITACIÓN DE LOS DIOSES”
“Irónicamente, escribe Ferguson, “la introducción de sicodélicos
fuertes, como el LSD, puede atribuirse en gran parte a la investigación de la Agencia Central de
Inteligencia de sustancias con posibles aplicaciones militares. El LSD se
popularizó accidentalmente con experimentos que se realizaron en más de ochenta universidades,
bajo diferentes nombres en clave de la CIA. Sirvieron como conejillos
de Indias miles de estudiantes de posgrado. Pronto comenzaron a fabricar su
propio ´”ácido”.
La operación de la CIA llevó el nombre clave de
MK-Ultra, sus resultados no fueron accidentales y comenzó en 1952, el año en
que Aldous Huxley regresó a los Estados Unidos.
El ácido lisérgico dietilamina, o LSD, lo
creó 1943 Albert Hoffman, químico de la Sandoz
A.G., una casa farmacéutica
suiza propiedad de S.G.Warburg. Aunque no se dispone de documentación
precisa de quien patrocinó la investigación del LSD, se puede suponer sin temor
de equivocarse que estuvieron
involucradas la inteligencia británica y su subsidiaria estadounidense, la Oficina de Servicios
Estratégicos (OSS). Allen Dulles, director de la CIA cuando esta entidad inició MK-Ultra, era jefe
de despacho de la OSS
en Berna, Suiza, cuando la
Sandoz hacía sus investigaciones. Uno de sus asistentes en la OSS era James Warburg, de la
misma familia, quien ayudó a crear en 1963 el Instituto de Estudios Políticos y
trabajó tanto con Huxley como con Robert Hutchins. [Institute for Policy
Studies].
Aldous Huxley volvió de Gran Bretaña a los
Estados Unidos acompañado por el doctor Humphrey Osmond, médico privado de los
Huxley. Osmond había formado parte de un grupo de discusión que organizó Huxley
en el Hospital Nacional de Queen´s Square, Londres. Junto con J.R. Smythies,
otro participante en el seminario, Osmond escribió: Esquizofrenia, nuevo enfoque, en el cual aseveró que la mescalina
–derivada del peyote que se utilizó en antiguos ritos paganos, indios y
egipcios- produce un estado sicótico idéntico en todos los aspectos a la
esquizofrenia. Sobre esa base, Osmond y
Smythies abogaron por la experimentación con drogas alucinógenas a fin de
encontrar “cura” a los trastornos mentales.
Allen Dulles puso a Osmond a jugar un
papel destacado en MK-Ultra. Al mismo
tiempo, Osmond, Huxley y Robert Hutchins, de la Universidad de
Chicago, celebraron una serie de sesiones secretas de planificación entre 1952
y 1953, para armar un segundo programa de experimentación con mescalina y LSD,
éste privado y con fondos de la Fundación
Ford. Se recordará que en esa época Hutchins era director de
programas de la Fundación Ford.
Su proposición de experimentar con LSD
le provocó tal ira a Henry Ford II que al año siguiente lo despidieron de la Fundación.
Fue
también en 1953 cuando Osmond le suministró a Huxley una provisión de mescalina
para su propio consumo. Al año siguiente Huxley escribió The Doors of Perception (Las puertas de la percepción), el primer
manifiesto del culto a las drogas sicodélicas, el cual sostenía que los
alucinógenos “expanden la conciencia”.
Aunque la Fundación Ford
rechazó la idea de Hutchins y Huxley de que esa entidad privada patrocinara el
LSD, el proyecto no fue abandonado. La Corporación Rand
, de Santa Mónica, California, inició en 1962 un experimento de cuatro años con
LSD, peyote y marihuana. La Corporación Rand
se fundó en 1949, al mismo tiempo que se reorganizaba la Fundación Ford.
Rand surgió como escuela de Estudio Bombardeo Estratégico, un “análisis de
costos” de los efectos sicológicos de los bombardeos al azar en centros de
población alemanes.
Según un informe de 1962 de la Rand, W.H.McGlothlin realizó
in estudio preliminar denominado “Efectos alargo plazo del LSD en ciertas
actitudes de individuos normales. Propuesta experimental”. Al año siguiente
McGlothlin efectuó, con treinta “conejillos de indias” humanos, un experimento
de un año de duración denominado “Efecto a corto plazo del LSD en la ansiedad,
la actitud y el desempleo”. El estudio, cosa increíble, concluía que el LSD
mejora las actitudes emocionales y resuelve los problemas de ansiedad.
Huxley amplió sus trabajos con LSD y mescalina
en California reclutando a varios individuos que se habían acercado a los
círculos ocultistas que él había ayudado a fundar en su estadía anterior. Los
dos más destacados eran Alan Watts y el hoy difunto Dr. Gregory Bateson (ex marido de la dama Margaret Mead).
Watts se autonombró gurú de una secta
budista Zen que se extendió por toda la nación a raíz de sus libros, difundidos
con bombo y platillo. Bateson, antropólogo de la OSS, llegó a director de la clínica experimental
de drogas alucinógenas del hospital de veteranos de guerra de Palo Alto. Bajo
los auspicios de Bateson, se programó a los primeros cuadros” de la secta del
LSD: los jipis. [G. Bateson, Steps to the
Ecology of the Mind].
Mientras tanto, Watts fundaba la Pacífica Foundation,
la cual patrocinó dos estaciones de
radio: la WKBW
en San Francisco, y la WBAI-FM
en Nueva York. Las emisoras de la
Pacífica fueron de las primeras en promover el “sonido de
Liverpool”; el estridente rocanrol de los Rolling Stones, los Beatles y los
Animals, importado de Gran Bretaña. Las mismas radiodifusoras lanzarían luego
el “rock ácido” y el “punk rock”, reconocidamente sicótico.
A finales de 1960, Huxley fue nombrado
profesor conferencista del Instituto Tecnológico de Massachussetts, en Boston.
Estando en esa ciudad, Huxley organizó en Harvard un círculo paralelo a su
equipo de la costa oeste. En el grupo de Harvard estaban Huxley, Osmond y Watts
(traídos de California), más Timothy Leary y Richard Alpert.
El tema aparente del seminario de Harvard
era “La religión y su significado en la edad moderna”. Se trataba en realidad
de planear la contracultura del “rock ácido”. En la época de Harvard, Huxley
estableció contacto con el presidente de la Sandoz, que por esa época trabajaba en un
contrato con la CIA
para producir grandes cantidades de LSD y psilocibina (otro alucinógeno
sintético) para la operación MK-Ultra, el experimento oficial de guerra química
de la CIA. Según
documentos que la CIA
ha hecho público recientemente, Allen Dulles compró más de 100 millones de
dosis de LSD, casi todo el cual fue a inundarlas calles de los Estados Unidos a
finales de los sesentas. En esa misma época, también Leary comenzó a comprar
por su cuenta grandes cantidades de LSD de la Sandoz [R. Mertzner, The Ecstatic Advenrure].
De las discusiones del seminario de Harvard,
Leary armó el libro The Psychedelic Experiennce (La experiencia psicodélica),
basado en el antiguo Libro de los muertos tibetano. Con este
libro se popularizó el término que había acuñado Osmond: “expansión sicodélica
de la mente”.
EL NACIMIENTO DEL
MOVIMIENTO JIPI.
De vuelta en California, Gregory Bateson
siguió con los trabajos de Huxley en el hospital de veteranos de Palo Alto. Por
medio de experimentos con LSD en pacientes ya hospitalizados por problemas
sicológicos, Bateson formó un núcleo de “iniciados” en el culto “sicodélico” de
Isis.
El
principal de los reclutas en Palo Alto fue Ken Kesey; Bateson le administró la primera
dosis de LSD a Kesey en 1959. Para 1962 Kesey había terminado su novela One Flew Over the Cuckoo`s Nest, la cual
popularizó la noción de que la sociedad es una prisión y que los únicos
realmente “libres” son los locos. Posteriormente Kesey organizó un círculo de
iniciados en el LSD denominado los “Alegres Truhaneses”, que recorrían el país
repartiendo LSD (muchas veces sin
advertírselo a los recipientes) montando redes de distribución local y
sentando la base de una gran campaña de propaganda a la “contracultura”, aún
minúscula.
Para 1967 la secta de Kelsey había
repartido tales cantidades de LSD que había surgido una considerable cantidad
de drogadictos, buena parte de ella en el distrito Haight-Asbury de San
Francisco. Ahí Bateson, el colaborador de Huxley, montó una “Clínica libre”
suyo personal se componía de:
*el
doctor David Smith, ahora “consejero médico” de la Organización Nacional
para la Reforma
de las Leyes sobre Marihuana (NORML).
*el
doctor Ernest Derrnberg, oficial militar en servicio activo, posiblemente
asignado por MK-Ultra.
*Roger
Smith, organizador de pandillas callejeras, entrenado por Saul Alinsky. En la época de la
“Clínica Libre”, Roger Smith era el oficial
a cargo de la libertad bajo palabra (y posiblemente el amo) del
multiasesino ocultista Charles Manson.
*el
doctor Peter Bourne, tiempo después asistente especial del presidente Carter en
asuntos de drogadicción. Bourne hizo su residencia siquiátrica en la clínica.
Antes había realizado un estudio sobre
la personalidad de los soldados heroinómanos en Vietnam.
La Clínica Libre seguía
el modelo de un experimento del Instituto Tavistock, división de guerra
sicológica del Servicio de Inteligencia Británico. Tavistock, originariamente
una clínica fundada en Londres en los veintes, se convirtió durante la Segunda Guerra
Mundial, bajo la dirección del doctor John Rawling Rees, en la división de
siquiatría del ejército británico.
En los sesentas, la ClínicaTavistock
fomentó la idea de que no existe criterio alguno para definir la cordura y que
las drogas sicodélicas que
“expanden la mente” son
instrumentos valiosos para el sicoanálisis. El 1967, Tavistock patrocinó una conferencia
sobre la “Dialéctica de la
Liberación”, presidida por el doctor R.D.Laing, siquiatra de
Tavistock y popular autor de escritos en pro del uso de drogas. La conferencia atrajo una variedad de
personas que pronto jugaría un papel
destacado en el fomento del terrorismo; dos destacados delegados
estadounidenses fueron Stokely Carmichael y Ángela Davis.
Así, pues, para 1963 Huxley había reclutado un núcleo de
“iniciados”. Como lo sabe bien el común de la gente, todos ellos –Leary,
Osmond, Watts, Kesey, Alpert- fueron los primeros promotores, rodeados de gran
publicidad, de la contracultura del LSD. Para 1967, con la secta de los “niños
flor” en Haight-Asbury y el surgimiento del movimiento contra la guerra, los Estados Unidos quedaron listos para la
inundación de LSD, hachís y marihuana, que sufrieron las universidades
estadounidenses a finales de los sesentas.
“EL
BATIR DE TAMBORES”.
En 1963 llegaron los Beatles a los
Estados Unidos, y con su decisiva participación en el programa de televisión de
Ed Sullivan, despegó el “sonido británico” en los Estados Unidos. Por sus
logros, Su Majestad la Reina Isabel
le otorgó a los cuatro rocanroleros la
Cruz de la
Orden del Imperio Británico, [por sus servicios prestados al
imperialismo] Por supuesto, los Beatles,
los Animals, los Rolling Stones y los maniáticos homicidas del “punk rock”, que
vinieron después, brotaron tan “espontáneamente “ como la cultura ácida de la
que forman parte.
La teoría
social del rock la elaboró el musicólogo y agente británico Theodor
Adorno, quien fue a los Estados Unidos en 1939 para dirigir el proyecto de investigación radiofónica de la Universidad de
Princeton. Escribe Adorno:
En un ambiente imaginario, pero cargado
de emociones, el oyente que recuerda un éxito musical se convertirá en el
sujeto ideal de la canción, en la persona por quien habla idealmente esa
canción. Al mismo tiempo, en tanto uno
de muchos que se identifican con ese sujeto ficticio, con ese yo musical,
sentirá la mitigación de su aislamiento a medida que se integra a la comunidad
de los fanáticos. Al silvar la canción, se somete a un ritual de socialización,
aunque más allá de su momentáneo palpitar subjetivo e inarticulado, su
aislamiento continúa inalterado…
[Theodor Adorno fue uno de los profesores
más sobresalientes de la Escuela
de Investigación Social de Francfort, fundada por la Sociedad Fabiana
británica. Adorno, colaborador del
formalista dodecafónico y agente británico Arnold Schömberg, llegó a los Estados
Unidos en 1939 para encabezar el Proyecto de Investigación Radiofónica de
Princeton. El objetivo del proyecto, como lo expresó Adorno en su Introduction to the Sociology of Music
era programar una “cultura” musical de masas que pudiera degradar
paulatinamente a sus consumidores].
Es ineludible la comparación con la
adición. El comportamiento del adicto tiene generalmente un componente social:
es una reacción posible a la atomización que, como lo han observado los
sociólogos, acompaña a la compresión del entramado social. La adición a la
música por parte de un número de oyentes
podría ser un fenómeno similar.
El “desfiles de éxitos” se conforma
precisamente a los principios utilizados por los sacerdotes egipcios de Isis, y
tiene el mismo propósito: reclutar jóvenes a la contracultura dionisíaca.
En un informe preparado para el Instituto
de Investigación Social de la
Universidad de Michigan, Paul Hirsh describe los resultados
del proyecto reinvestigación radial de Adorno. Según Hirsh, la invención del “desfile
de éxitos” en la posguerra “transformó la radio en agencia de la programación
subcultural”. Las cadenas de radio se convirtieron en máquinas que repiten las
24 horas del día los “cuarentas éxitos de actualidad”. Hirsh documenta que toda
la cultura popular –las películas, la música, los libros, y la moda- sufre la
misma preselección. La cultura de masas de la época funciona igual que el
tráfico de opio: la oferta determina la demanda.
LA GUERRA DE VIETNAM
Y LA TRAMPA DEL PACIFISMO.
Pero
sin la guerra de Vietnam y el movimiento
“contra la guerra” del Servicio Secreto de Inteligencia británico, el
culto de Isis se hubiera limitado a un fenómeno marginal, no mayor que la secta
beatniks de los cincuenta, vástago de las primeras incursiones de Huxley en
California, La guerra de Vietnam creó el ambiente de desesperanza moral que
hizo de la elite bien educada de la juventud estadounidense –la primera
generación del siglo XX que se había criado sin guerra o depresión- pasto de
las drogas.
Ya
hemos indicado que el gobierno de Kennedy, instalado en la
Casa Blanca con las elecciones de 1960,
tenía el respaldo de la Mesa
Redonda británica. Con
Kennedy se inició a escala limitada la
intervención estadounidense en Vietnam,
vetada en el gobierno de Eisenhower. Con el presidente Lyndon Johnson comenzó en serio la presencia militar de los
Estados Unidos en Vietnam. El principal consejero de Johnson en la guerra de
Vietnam, ni siquiera era estadounidense. Era un oficial británico, sir Robert
Thompson, cuya carrera toda había transcurrido librando guerras de
contrainsurgencia en el sureste asiático.
Aprovechándose del anticomunismo ciego
del presidente, Thompson lo convenció de que había que detener a toda costa la
insurgencia comunista , y que para ello hacía falta una sólida presencia
militar de los Estados Unidos en Vietnam del Sur. Johnson era un incompetente
en política exterior y militar, y su segundo consejero principal en la guerra
de Vietnam, Walter Rostow, Jefe del Consejo de Seguridad Nacional, había
recibido la Cruz
de la Orden del
Imperio Británico. A Johnson los británicos lo arrastraron a Vietnam por las
narices.
Para decirlo escuetamente, los británicos
tenían dos motivos para incitar a los Estados Unidos a intervenir en Vietnam.
El primero era fomentar en el sureste asiático una “guerra limitada” entre los
Estados Unidos y la Unión Soviética
(representada por su sustituto norvietnamita), tanto para reavivar la guerra
fría como para socavar efectivamente la influencia de ambas superpotencias en
la región. El segundo motivo, igualmente importante era desmoralizar a la
población de los Estados Unidos que se desintegraran, en el sentido de orgullo nacional y la confianza
en el progreso futuro de la república.
De la misma manera en que Aldous Huxley
inició la subversión contracultural de los Estados Unidos treinta años antes de
que el público percibiera sus consecuencias, lord Bertrand Russell comenzó a
echar los cimientos del movimiento pacifista de los sesentas desde los
treintas. Lord Russell y Aldous Huxley fundaron conjuntamente la Peace Pledge Union
(Unión por la Promesa
de la Paz) en
1937, justo antes de que los dos fueran a los Estados Unidos por todo el
transcurso de la
Segunda Guerra Mundial.
Se debe hacer mención de que el fervor de
Russell en contra de la guerra era un fraude descarado. En la Segunda Guerra
Mundial, Russell se opuso a la intervención de los Estados Unidos y Gran
Bretaña en la guerra contra los nazis, porque él estaba asociado al “Cliveden
Set”, que era pro nazi. En 1947, cuando los Estados Unidos tenían la bomba
atómica y Rusia aún no, Russell abogaba a grandes voces porque los Estados Unidos desataran la guerra
nuclear preventiva… en contra de la Unión
Soviética. El giro de 180ª que dio con su movimiento
pacifista de los cincuenta, “Ban the Bomb” (prohíban la bomba), fue en lo fundamental un movimiento contra el
progreso técnico, enfilado contra la propuesta que le había hecho el presidente
Eisenhower a los soviéticos, Átomos por la Paz, y todas las posibilidades que representaba
ésta de lograr la paz mediante el desarrollo; la propuesta que Eisenhower le
presentó a las Naciones Unidas en 1954 se basaba en esforzarse por aprovechar
la energía de fusión termonuclear y construir ciudades por todo el sector en vías
de desarrollo.
A partir de mediados de los cincuenta, la
tarea principal de Russell fue construir un movimiento pacifista y antinorteamericano. A medida que
arreciaba, azuzada por Gran Bretaña, la
intervención de los Estados Unidos en Vietnam, Russell reorganizo la vieja
Peace Pledge Union (que en la época de posguerra en Alemania Federal se había
utilizado para promover un ala anticapitalista, estilo “Nueva Izquierda”, en el
Partido Social Demócrata, y reclutar de paso a varios futuros miembros de la
pandilla terrorista Raader-Meinhof) y formó la Fundación
Pro Paz Bertrand
Russell.
En los Estados Unidos, los
bancos de “Nuestra Gente” de Nueva York aportaron cientos de miles de dólares
para fundar el Instituto de Estudios Políticos (IPS), sucursal estadounidense
de hecho de la Fundación
Pro Paz Bertrand Russell. Entre los miembros fundadores de IPS recontó James
Warburg, en representación directa de los intereses de su familia.
El IPS atrajo a sus agentes más activos
de una variedad de instituciones dominadas por los británicos. El fundador y director del IPS, Marcus
Raskin, era miembro del Consejo Nacional de Seguridad del gobierno de Kennedy,
y también colaboraba con los Laboratorios Nacionales de Instrucción,
subsidiaria estadounidense del Instituto
Tavistock fundada por el doctor Kurt Lewin.
El IPS, a su vez, financió y dirigió a
los Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS) –el movimiento pacifista
estudiantil- desde el principio y aun después de su escisión en una serie de
pandillas terroristas y maoistas a fines de los sesentas. Si uno se toma el
trabajo de averiguar el linaje de todos los líderes del movimiento pacifista de
los Estados Unidos, lo que resulta es que casi todos los maneja o el IPS o directamente la Fundación Russell.
Con esto no se quiere decir que la mayoría
de los que protestaron en contra de la tierra fuesen agentes británicos pagados
y certificados. Al contrario, la gran mayoría
de los que protestaban en contra de la guerra entraron en los SDS debido
a su indignación por lo que sucedía en Vietnam, y luego quedaron atrapados. Una vez prisioneros del ambiente definido por
Russell y los peritos en guerra sicológica del Instituto Tavistock, su escala
de valores y su capacidad creadora se desvanecieron con el humo del hachís.
[El Institutos de Estudios Politicos
(IPS) fue fundado en 1963 por Marcus Raskin, ex empleado del Consejo de
Seguridad Nacional cuando lo dirigía McGeorge Bundy, y por Richard Barnet, ex
consejero del Departamento de Estado en materia de desarme y reducción de armamentos.
En la junta fiduciaria del IPS figuraban Thurmond Arnold, James Warburg, Philip
Stern y Hans Morgenthau. Contaba el IPS con fondos de la Fundación Ford (que
luego encabezaría McGeorge Bundy). El IPS ha funcionado como centro ideológico
de la “Nueva Izquierda” y como centro de mando
de organizaciones de control comunitario, centros comunitarios de salud
y organizaciones directamente terroristas. En su informe “The First Ten Years”,
el IPS enumera entre sus conferencistas y amigos a integrantes del grupo
terrorista de los Weathermen, conocidos allegados al Ejército Rojo japonés, las
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional /(FALN) de Puerto Rico, y el Ejército de
Liberación Negro].
IMÁGENES CAMBIANTES.
Ahora, quince años después, con casi toda
una generación de jóvenes hundida en la droga que inundaron las universidades,
le es posible escribir a Marylin Ferguson, la de la “conspiración de Acuario”:
Hay legiones de conspiradores (acuarianos). Los hay en corporaciones,
universidades y hospitales, entre los maestros de las escuelas públicas, en las
fábricas y los consultorios médicos, en las dependencias federales y estatales,
en los consejos municipales y en la Casa
Blanca, en las legislaturas estatales, en las organizaciones
de voluntarios, y en casi todos los medios políticos del país.
Al igual que la inundación del opio de la China del siglo 19, la
contracultura británica ha logrado quebrantar el andamiaje mismo de la nación estadounidense, y el daño
alcanza aún los más altos niveles del gobierno. Cada paso de la operación lo
programaron Huxley y sus colegas organizados por el Instituto Tavistock.
En 1962, Huxley ayudó a financiar el
Instituto Esalen en Big Sur, California, que se convirtió en la meca a las que
cientos de estadounidenses iban a pasar los fines de semana en grupos de
adiestramiento –similares a los grupos de terapia conductista- dedicados a la
meditación trascendental Zen, hindú y budista, y a experiencias
“extracorporales” mediante drogas alucinógenas, tanto de veras como en
simulacro.
Tal como lo decía el boletín del
Instituto Esalen, éste comenzó a finales de 1962, como un foro para reunir una
amplia variedad de técnicas de realce del potencial humano… incluyendo sesiones experimentales
con grupos de encuentro, el despertar de los sentidos, entrenamiento de
conciencia gestáltica y disciplinas relacionadas. Nuestro paso más reciente ha
sido extendernos a la comunidad en general, mediante programas que se realizan
en cooperación con las más variadas instituciones, iglesias, escuelas, hospitales y gobierno. [C. Zoakos, Stamp Out the Aquarian Conspiracy,
monografía de Citizens for La
Rouche].
Los supuestos fundadores de Esalen fueron
dos estudiantes de meditación trascendental, Michel Murphy y Richard Price,
ambos graduados de la
Universidad de Stanford. Prince también participó en los
experimentos de Bateson con pacientes
del hospital de veteranos de Palo Alto. Hoy en día el catálogo de Esalen
ofrece: “Grupos de adiestramiento, sicodráma maratónico; entrenamiento para
riñas de amantes y parejas; sectas religiosas; experiencias con LSD y las
grandes religiones del mundo; ¿estás cuerdo?, taller de fin de semana con Alan
Watts; creación de nuevas formas de culto, sicosis alucinógena; acceso sin
drogas a la experiencia sicodélica.
Decenas de miles de norteamericanos han
pasado por Esalen; millones han pasado por los programas que ha erngendrado
Esalen por todos los Estados Unidos.
El siguiente salto de la conspiración
acuariana británica contra los Estados Unidos fue el informe de mayo de 1974
que sirvió de base a la obra de Ferguson. El informe se titula: “Imágenes
cambiantes del hombre” (contrato Nª URH (489)-2150, informe de programación
programática número 4/4.74, preparado por el Centro de Estudios de Política
Social del Instituto de Investigaciones de Stanford; director, Willis Harman).
El informe -319 páginas impresas en
mimeógrafo- la preparó un equipo de 14 investigadores y la revisó un grupo de
23 directores, entre ellos la antropóloga Margaret Mead, el sicólogo
B.F.Skinner, Ervib Laszlo, de las Naciones Unidas, y sir Geoffrey Vickers, de
la inteligenia británica.
El propósito del estudio, en palabras de
sus autores, es cambiar la imagen del hombre; en vez de la imagen del progreso
industrial crear una imagen de “espiritualismo”. Asevera el estudio que en
nuestra sociedad actual “la imagen del hombre industrial y técnico” es obsoleta
y se debe “descartar”.
Muchas de nuestras imágenes actuales
parecen, sin embargo, haberse tornado peligrosamente obsoletas… La ciencia, la
tecnología y la economía han posibilitado avances realmente importantes
hacia la consecución de tan básicas
metas humanas como la protección y la seguridad físicas, la
comodidad material y una mejor salud. Pero muchos de estos logros han
traído consigo los problemas de ser
demasiado exitosos; problemas que pueden parecer insolubles en el terreno de
los valores sociales que los hicieron surgir… Nuestro sistema técnico altamente
desarrollado crea riesgos y descomposturas de mayor alcance. Efectivamente, la gama y las
consecuencias entrelazadas de los problemas sociales que surgen ahora le
plantean a nuestra civilización una
seria amenaza… Si resultan correctas nuestras proyecciones del futuro, podemos esperar que los problemas
que conlleva esta tendencia se vuelvan más serios, más universales y ocurran
más rápidamente.
Por consiguiente, concluye el estudio de
Stanford, debemos cambiar rápidamente la imagen
industrial-tecnológica del hombre: “El análisis de la naturaleza de los
problemas sociales contemporáneos conduce
a la conclusión de que … las imágenes del hombre que predominaron en los
últimos siglos serán inadecuadas para la época postindustrial”.
Desde que se escribió el informe de
Harman, el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, ha dicho haber visto
platillos voladores; su consejero de seguridad nacional Z. Brzezinski, dio
discursos para proclamar el advenimiento de la Nueva Era; el Estado
Mayor Conjunto empezó a leer todas las mañanas informes dizque de inteligencia
sobre los biorritmos y los horóscopos de
los miembros del Politburó soviético. La Cámara de Representantes ha creado una nueva
comisión del Congreso, a donde vienen personajes como Ferguson a darles conferencias hasta a cien congresistas a la
vez sobre como transformar el futuro.
Lo que comenzó como la creación de la
contracultura de los británicos para abrirle mercado a sus drogas ha llegado ya
muy lejos.
LA CONEXIÓN
LSD.
¿Quién suministró las drogas que
inundaron el movimiento pacifista y las universidades estadounidenses a fines
de los sesentas? La infraestructura del hampa – que había montado la conexión
pequinesa para el tráfico del opio en 1928- prestó en los sesentas y setentas
los mismos servicios que había prestado durante la Prohibición. Esa
fue la red con la que se puso en contacto Huxley en Hollywood en los treintas.
La conexión LSD comienza con un tal William Mellon Hitchcock, alias
“Billy”. Hitchcock era graduado de la Universidad de Viena y vástago de la millonaria familia Mellon, de
Pittsburgh (Andrew Mellon, de la misma familia , había sido secretario de
Hacienda durante la
Prohibición). En 1963, cuando expulsaron a Leary de Harvard,
Hitchcock alquiló una mansión de
cincuenta habitaciones en Millbrook, Nueva York, donde estuvo hospedado
todo el clan de iniciados de Huxley, hasta que se trasladaron de nuevo a
California.
Hitchcock, además, era corredor del
sindicato criminal de Lansky y de la Fiduciary
Trust Company de Bahamas, que era propiedad y subsidiaria de
Investors Overseas Service (IOS). Tenía empleo formal con Inversiones Delafield y Delafield, donde
trabajaba comprando y vendiendo grandes cantidades de acciones de la
Mary Carter Paint Company, que pronto
habría de transformarse en Resorts International.
En 1967, el doctor Richard Alpert puso a
Hitchcock en contacto con Augustus Owsley Stanley III. Como agente de Owsley, Hitchcock contrató el
bufete de abogados de Rabinowitsz, Boudin y Standard para realizar un estudio
de factibilidad en varios países caribeños para determinar el mejor sitio
para producir y distribuir LSD y hachís.
Hitchcock se unió por entonces a Leary y
a su círculo en California. Leary había fundado una secta de consumidores de
LSD llamada la Hermandad
del Amor Eterno, así como varias compañías de fachada, entre ellas Mystics Art
World, Inc., de Laguna Beach, California, manejaban un lucrativo tráfico de
marihuana mexicana y LSD traída de Suiza y Gran Bretaña. Hitchcock estableció
así en forma directa la conexión británica. Hitchcock contrató la firma química
Charles Bruce para importar grandes cantidades de componentes químicos del LSD.
Con el financiamiento tanto de Hitchcock como de George Grant Hoag, heredero de
la fortuna de la firma mercante J:C:Penney, en 1968 la Hermandad del Amor
Eterno montó la producción y venta de LSD en Costa Rica.
Hacia fines de 1968, Hitchcock amplió la
producción de LSD y jachís en el Caribe con
fondos aportados por la Fiduciary Trust Co. (de la IOS). Hitchcock, junto con J.Vontobel
y Cia., de Zurich, fundó en Liechtenstein una firma llamada 4-Star Anstalt. Esta compañía, con “fondos de
inversión” de la Fiduciary Trust
(es decir, ingresos del narcotráfico), compró grandes extensiones de tierras en
las Bahamas y grandes cantidades de
tartrato de ergotamina, la sustancia básica que se utiliza en la
producción de LSD.
La participación personal de Hitchcock en
la conexión LSD terminó repentinamente pocos años después. Hitchcock había colaborado de cerca con Johann F.
Parravicini, del Banco Parravicini de Berna, Suiza. A partir de 1968 habían
financiado juntos una expansión aun mayor de las empresas de hachís y LSD en
California y las Bahamas. A principios de los setentas, como resultado de una
investigación de la Comisión
de Valores y Cambios, se procesó y declaró culpables tanto a Hitchcock como a
Parravicini de un fraude con acciones por valor de 40 millones de dólares.
Parravicini había informado de una venta de 40 millones de dólares a Hitchcock,
quien ni había presentado ni un centavo en efectivo o en prenda. Este fue uno
de los raros casos en que los investigadores gubernamentales lograron
interceptar algunos millones de dólares del narcotráfico mientras avanzaban por
la cañería de la banca extraterritorial.
Es importante registrar aquí otra vía que
existe para el lavado de dinero sucio del narcotráfico, una vía que aún están
por investigar las agencias investigadoras federales. Es el empleo de
organizaciones exentas de impuestos para financiar el terrorismo y el
ambientismo. Demos por ejemplo un caso de importancia actual.
En 1957 Robert M. Hitchins, de la Universidad de
Chicago, fundó en Santa Bárbara, California, el Centro de Estudio de las
Instituciones Democráticas (CSDI). El Caballero Comandante Hutchins atrajo a
este grupo de Aldous Huxley, Elizabeth Mann Borghese y ciertos recipientes de
la beca Rodhes que habían entrado a la Universidad de Chicago en los treintas y
cuarentas.
Entre 1957 y 1961, el CSDI sufragaba sus
gastos de un fondo de varios millones de dólares que consiguió crear Hutchins
antes de su inoportuna expulsión de la Fundación Ford.
De 1961 en adelante, los fondos provinieron principalmente del hampa. Los dos vitoques
fueron el Fondo de Fondos, una fachada libre de impuestos de la IOS de Bernir Cornfeld, y la Fundación
Parvin, una fachada parecida de la
Parvin-Dohrman Company, de Nevada. La IOS y Parvin-Dohrman tenían
interés mayoritario en los garitos Deseret Inn, Aladdin y Dunes, todos ubicados
en Las Vegas y vinculados a la organización de Meter Lansky. La IOS, como ya su documentó,
sirvió para distribuir LSD, jachís y marihuana a lo largo de los sesentas. Tan
sólo en 1967, la IOS
canalizó entre 3 y 4 millones de dólares al centro. Donde haya drogas, ahí está
Narcotráfico SA./