El pecado estúpido - Fray Rabieta
Si había algo que impacientaba a Fray Rabieta
era cierta clase de monjas y más si se veía obligado a confesarlas—cosa que le
ocurría a menudo, como el otro día. Esta sería de unos treinta y pico, monja
típica del país, del paisaje católico de nuestros días.
-Ave María purísima…
¿cuánto hace que no se confiesa?
-Diez días.
-Ajá, ¿y qué se le ofrece
confesar hoy?
-No lo sé. No estoy
segura…
-Bueno, pero escúcheme si
no tiene pecados para confesar, aquí no tiene nada que hacer… esto no es un
consultorio psicoanalítico ni cosa que se le parezca… Si no se quiere acusar de
ningún pecado en particular, hágame el favor y deje que lo haga el que sigue en
la fila ¿eh?
-Se trata del Papa… me doy
cuenta de que no lo amo como debería… y a veces me sorprendo pensando cosas
feas de él…
-No es la única, pero
¿cuál es su pecado?
-Bueno… ya le dije… eso
mismo… es más fuerte que yo, pero hay cosas de este Papa que no me gustan nada…
-Bueno, hermana, no veo yo
dónde está su pecado…
-A veces incluso hablo más
de él, delante de las otras hermanas…
-A mí me pasa lo mismo que
usted, pero eso no es ningún pecado. Es más: a veces es obligación.
-¡Obligación! Pero si al
Papa lo eligió el Espíritu Santo… ¿quién soy yo para juzgarlo?
-Ahora sí que se ha
acusado de un pecado. Porque decir que a este pelafustán lo eligió el Espíritu
Santo es una estupidez, y la estupidez es pecado, dice Santo Tomás. Pero aquí
hay algo peor, usted lo está acusando al Espíritu Santo de haber elegido a este
cachivache, como si la Tercera Persona de la Santísima Trinidad fuera, ¡oh, la
blasfemia, que Dios me perdone!, estúpido.
-No, no… no Padre, no diga
cosas así.
-Pero Ud. me está
obligando, si continúa sosteniendo estupideces como esa… Y además insisto: la
estupidez es pecado y decir que el Espíritu Santo eligió a este Papa—o a
cualquier otro, para el caso—es suma estupidez y blasfemia contra el Espíritu
Santo (lo que, según Cristo, no tiene perdón ni en este vida ni en la otra,
fíjese lo grave que resulta ser todo esto).
-Pero… pero… a mí me
enseñaron eso…
-Ya lo sé, y eso disminuye
un tanto su responsabilidad… hasta hoy. Porque a partir de hoy, a partir del
día en que se le hace saber que todo eso es una estupidez, que son patrañas
clericales y mentiras agendadas, Ud. tiene la res-pon-sa-bi-li-dad de estudiar
bien el asunto y verá entonces que es imposible que al Papa lo elija el
Espíritu Santo ¿me entiende? Y si así fuera, la historia de la Iglesia se
transformaría en un aquelarre sin sentido… con los Papas que hemos tenido,
¡Dios mío! (aunque estoy de acuerdo con Ud.: este es particularmente malo,
además de argentino, mama mía). Y si así fuera, San Pablo pecó gravemente al
“resistirle en la cara” a San Pedro, cuando el Concilio de Antioquía… Lo cual
sería otro disparate, fíjese si quiere…
-Pero entonces, ¿quién
gobierna la Iglesia ahora?
-Este cachivache que no
voy a nombrar siquiera… porque no se me antoja… Este palurdo que es el Papa. Y
es el único Papa, no empecemos con las necedades de que ahora hay dos, uno
emérito, y el otro contante y sonante, etc. etc… ¡Dios mío, fuera así y los
sedevacantistas la tendrán realmente difícil! ¡Porque resultaría ser que no
sólo la Sede no está vacante sino que par dessus le marché hay dos Papas, ja,
ja!
-Pero Benedicto abdicó por
inspiración del Espíritu Santo…
-¡Ay hermana, cuántas
estupideces les enseñan a repetir! A ver, ¿de dónde sacó esta nueva estupidez?
¿Quién le dije tamaña sandez?
-No me acuerdo, pero lo
leí en algún lado…
-Bueno, leyó una verdadera
tontería. La abdicación de Benedicto fue otra estupidez (y por eso mismo, un
flor de pecado), y la elección de Francisco fue una estupidez mayor, cometida
por la mayoría del colegio de cardenales que se destacan por ser príncipes… de
la estulticia y que constituyen una verdadera maldición para la Iglesia
Católica Romana que pasa por uno de los trances más oscuros de sus dos mil años
de existencia por culpa de toda esta manga de… ¿qué diré yo?… de pelmazos.
Porque la mayoría de todo estos ni siquiera son herejes, o apóstatas, o
endemoniados (aunque algunos hay, no vaya a creer). Más bien se acomodan como
Sánchez Sorongo, y no quieren renunciar a sus pequeños privilegios, sus
burgueses costumbres, un derpa en la Vía de la Conciliazione y un auto con
chofer… Pero son verdaderos estúpidos, y la estupidez es pecado, y pecado grave
en el caso de quienes tienen responsabilidades muy de notar como esta gente… no
querría yo estar en sus zapatos cuando el Juicio…
-Bueno, Padre, creo haber
entendido algo. ¿Me absuelve Ud.?
-Sólo si se arrepiente y
promete tratar de no repetir estupideces nunca más, de estudiar seriamente las
cosas antes de pronunciarse y de intentar no ser otra monjita tontuela que
abundan tanto en nuestro días y que constituyen la desesperación de sus
atribulados confesores…
-Lo prometo Padre, se lo
prometo.
-Pues ya la absuelvo de
sus pecados. Vaya en paz ahora, y la próxima vez, tráigame pecados más
tradicionales, pecados como los de antes…
Visto
en: Fray Rabieta
Nacionalismo Católico San Juan Bautista