miércoles, 6 de febrero de 2019

"1984" y "Un mundo feliz"

"1984" y "Un mundo feliz": denuncia o programa. Concordancias en la neoilgesia (Repost) - Augusto TorchSon


Nota de NCSJB: El artículo fue publicado originalmente en Marzo de 2016 pero consideramos que tal vez ahora a la luz de acontecimientos recientes, pueda entenderse mejor.
     “La eficacia de la propaganda política y religiosa depende esencialmente de los métodos empleados, y no de la doctrina en sí. Si el adoctrinamiento está bien conducido, prácticamente toda la gente puede ser convertida a lo que sea”
Aldoux Huxley (Octubre de 1949)
     Se niega frecuentemente la posibilidad de que la perversión del mundo actual pueda responder a un plan perfecta y pacientemente diseñado y ejecutado. Se considera que tales previsiones nunca hubieron podido llegar a ser tan precisas; sin embargo y para tratar de demostrar lo contrario, podemos recurrir a las obras de George Orwell, “1984” de 1949, y “Brave new world” (Un mundo feliz) de Aldous Huxley de 1932.
     Al primero nos referiremos brevemente ya que fue analizado en el artículo: “El gobierno mundial anticrístico proféticamente previsto por Orwell”

    Antes de empezar a esbozar un pequeño ensayo sobre la influencia de dichas obras en la actual situación mundial, es indispensable conocer algo sobre los autores de las mismas, sin atenernos más que a los detalles que nos incumben. En el caso de Orwell, éste escritor británico pasó por varias etapas  en su pensamiento político, sin embargo siempre manteniendo su aversión a lo que él consideraba gobiernos totalitarios, entre los que encuadraba a los de “derecha y a los de izquierda” (el entrecomillado tiene que ver con lo relativo del uso de dichos términos); así por ejemplo, luchó con los comunistas en la guerra civil española, pero se opuso al Stalinismo, manifestando en cambio su preferencia por el Trotskysmo. En su caso consideramos adecuado hablar de una denuncia, habiendo conseguido hacer un análisis bastante asertivo respecto a los métodos usados ya en la época de “1984” y proyectando otros con igual lucidez a situaciones actuales. Consideramos exagerado incluir la obra de Orwell en un programa de acción, a pesar de sus erróneas concepciones político-filosóficas.
 
     El caso Huxley en cambio, es bastante perturbador cuando uno analiza el entorno y las circunstancias de éste escritor. Huxley era nieto de uno de los promotores de la teoría evolutiva darwinista, Thomas Henry Huxley; y su hermano Julian Huxley, fue el primer director del masónico tentáculo de la ONU para la reingeniería social a través de la educación y la ciencia: UNESCO.  Julian, seguidor de las teorías evolutivas de su abuelo, fue uno de los principales promotores de la eugenesia. Así por ejemplo, en el “mundo feliz”, algunos podrían pensar que Aldous escribió en forma de advertencia al relatar una posible fabricación de bebés como se da en el libro; sin embargo, al ver una interesante entrevista que le realizaran en 1958 (aquí), esté perverso personaje denuncia el peligro de que en el futuro se llegue a una dictadura mundial comunista, que se haría “necesaria” a causa de la superpoblación; y afirma que la Iglesia Católica, “paradójicamente” con su oposición al control de natalidad, está llevando al comunismo que dice combatir. Vemos aquí un nexo que de ninguna manera puede ser casual en lo que hace al pensamiento familiar. Así el control poblacional propuesto, se entiende en consonancia con la postura eugenésica malthusiana de su hermano Julian. Y hoy es claro que con las diferentes técnicas de fertilizaciones artificiales, se busca en definitiva, la creación de humanos limitada y a medida, tal cual lo previó Huxley en su obra.
  



     Un dato que puede resultar llamativo en la obra de Huxley es que en la dictadura de los sentidos de ese mundo distópico, el referente cuasi divino es Henry Ford; y sabiendo de la influencia del judaico, masónico y globalista clan Rockefeller en la creación de la ONU, organización a la que tanto sirvieron los Huxleys; no resulta extraño que se haya pretendido desprestigiar al empresario que escribió y difundió con todos sus recursos el libro de denuncia de la conspiración judía mundial “El judío internacional” en 1920.


     En el “Mundo feliz” se realizaban actividades sexuales recreativas y “formativas” en los niños a los cuales se les enseñaba la obligatoriedad de la promiscuidad como forma de solidaridad, “todos pertenecen a todos”. Hoy vemos como el Fondo para las Naciones Unidas financia la “Educación Sexual” en las escuelas del mundo (nuestro país incluido)  pervirtiendo a nuestros niños con la promoción de la promiscuidad y la ideología de género bajo el eufemismo: “derechos sexuales de los niños”.

     La promiscuidad en este libro, lleva a los habitantes al constante cambio de parejas sexuales a fin de no establecer lazos que se consideran primitivos, egoístas y hasta posesivos con respecto a las personas. Hoy, estos argumentos son habitualmente usados para justificar desviadas conductas y la psicología moderna suele promoverlas, como necesarias experiencias para llegar al “punto de equilibrio”; y el negar la posibilidad de dichas “libertades” es también considerado, primitivo, o al decir moderno, anticuado. Y se pueden observar a diario en los medios de comunicación estas conductas y su consecuente influencia práctica en la vida cotidiana.
     Uno de los puntos esenciales de la “felicidad inducida” en ésta obra tiene que ver con el suministro de una droga que alivia tensiones y proporciona felicidad: el soma. Hoy no sólo es alarmante el consumo de drogas ilegales, sino que es igualmente preocupante el consumo de las legales, consumiendo las personas enormes cantidades de tranquilizantes. Este consumo lleva a la gente a evadir sus problemas, por lo que los mismos no llegan a solucionarse además de poner a sus consumidores en un terrible estado de indefensión. Esto es muy útil a quienes promueven la reingeniería social, ya que al tener a la humanidad evadida (artificialmente) de realidades incómodas, eliminan cualquier posible intento de resistencia, con una humanidad debilitada por propia voluntad. En éste aspecto, para evitar pensar que ésta previsión de Huxley pueda haber tenido intenciones preventivas, se puede recurrir a su obra “The Doors of Perception” de 1954, donde relata su experiencia con drogas como la mescalina y el LSD, a las que consideraba como vehículos para “percibir la realidad en su verdadera infinitud”. Entonces, la preocupación de Aldous en el “mundo feliz” era (según un análisis superficial y sesgado) que las drogas sirvieran para el control estatal de los individuos, y no para lo que él consideraba que deberían servir; y esto sería, liberar al hombre de todos sus miedos. Así en el “mundo feliz” las drogas al generar una felicidad inmanente, los conducía a evitar pensar en una trascendente; mientras que en su apología de estos alucinógenos, Huxley consideraba que el consumo de las drogas adecuadas, podían conducir a verdaderas experiencias religiosas, como lo es la percepción del infinito. La influencia de las obras de Huxley incidió definitivamente en el consumo masivo de estos alucinógenos en la década del ‘60 hasta el día de hoy. Cabe señalar que esa religiosidad de Huxley, coincide plenamente con el panteísmo promovido por la Nueva Era a través de la ONU. Para corroborar la coordinación de acciones, podemos mencionar que la biblioteca “Lucis Trust” (originalmente Lucifer Trust)  de la teósofa Alice Bailey es promovida por la ONU (aquí).

     Huxley imaginó que una forma de control mental, se daba en mensajes que los habitantes del “Brave new world” escuchaban mientras dormían (hipnopedia), lo que hoy perfectamente puede darse a través de la televisión, llenando a la gente de mensajes subliminales y supraliminales mientras están adormecidos en su sobreconsumo de este medio alienante.
     Así se puede concluir sin temor a incurrir en juicios temerarios, que la intencionalidad de la obra “Un mundo feliz” responde antes que a una denuncia profética, a un programa cuidadosamente diseñado y hoy aplicado y perfeccionado.


     Lo grave es que, hasta en la neoiglesia vemos la aplicación de dichas técnicas y el excelente resultado en la estupidización de las masas de neocatólicos absolutamente ignorante de la responsabilidad y el conocimiento que requieren para llamarse católicos. Así vemos como Jorge Bergoglio, impulsó el programa de “Red de Escuelas para el Encuentro: Scholas Ocurrentes” en donde el “obispo de Roma”, promueve el más absoluto indiferentismo religioso. Así, en perfecta consonancia con dicho programa, manifestó en su viaje por Brasil:  “Si la educación de un chico se la dan los católicos, los protestantes, los ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa. A mí me interesa que lo eduquen y que le quiten el hambre”; y en este “educar y quitar el hambre”, Bergoglio sostuvo que “se ha congratulado por los resultados de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en términos de educación y disminución de la pobreza extrema”. Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que, cómo denunciáramos oportunamente (aquí); promueven la “salud sexual reproductiva”, que es control de natalidad especialmente a través de métodos abortivos. También incluye este programa la promoción de la promiscuidad infantil en la ideología de género. 


     Podemos mencionar en cuanto a la propuesta espiritual panteística y sincrética o sin Dios de Huxley, el paralelo en la de Bergoglio de “evangelizar sin evangelio, y sin convertir a nadie”. También el ideologizado interés por la ecología, con la no probada teoría del “calentamiento global”, coinciden con las propuestas del masónico escritor en algunos aspectos, por ejemplo, recordemos que en su “eco-encíclica” Bergoglio referencia la panteísta y abortista “Carta de la Tierra” así como el herético Teilhard de Chardín en igual sentido. Sumando datos, es dable recordar que para la presentación oficial de la “Laudato si”, se invitó al ateo y eco-abortista Prof. John Schellnhuber (aquí). Como frutilla de la torta traemos a colación la torpeza de Bergoglio de acusar a los que se creen “…que para ser bueno y católico tenemos que ser como conejos”, donde según señalamos (aquí), lo grave no consistió tanto en la desafortunada analogía, sino en su comentario posterior al “explicar” que los técnicos aconsejan que la media sea de 3 hijos por familia para mantener la población, cerrando con una declamación:“Paternidad responsable”. Se encomienda entonces el neocatólico en los “técnicos” a la hora de mesurar esa “paternidad responsable”Resulta claro entonces que las políticas eugenésicas de los Huxley hoy no sólo son promovidas por la ONU, sino que también tienen su correlato Vaticano en las acciones bergoglianas.

     Para completar la agenda programática del “Brave New World” de Huxley aplicada al ámbito religioso, cabe recordar el “El decálogo de Francisco para ser feliz, donde se sostenía que, cual soma bergogliano, la “pócima que parece inalcanzable, pero que Francisco convida”, consiste en: “vive y deja vivir”, “darse a los demás”, “respetar al que piensa distinto”, “cuidar la naturaleza” y otras cuestiones igualmente superfluas cuando no ateas, teniendo en cuenta que provienen de un “pontífice” que propone la felicidad omitiendo a Dios en perfecta sintonía con la propuesta de Huxley en su “mundo feliz”.

     Como acotación final a la cuestión, resulta curioso que la supuesta paradoja que mencionamos anteriormente planteada por  Aldous en 1958, hoy podría ser planteada pero en sentido inverso, ya que el Vaticano hace rato que no combate al comunismo sino que lo festeja, y hoy está de acuerdo con el control de natalidad (aquí)


     Adelantándonos al reproche sobre que nuestras denuncias no sirven porque dicen que según nosotros, nada puede hacerse, tenemos que decir que este denunciar, este informar, este estudiar para transmitir el conocimiento implica en sí un hacer, y de hecho una acción que requiere no poco esfuerzo, y también conlleva riesgo y consecuencias, a veces presentes, a veces futuras, aunque sean potenciales. Sin embargo ante el embate de los “optimistas” que nos acusan de “profetas de desgracia”, la respuesta nos la da el Cardenal Pie al decir: “¿Por qué prohibimos llorar en esta época? ¿Acaso hemos conquistado el derecho de presentarnos ante Dios, con presuntuosa confianza y audaz suficiencia, para reclamar la recompensa debida a los méritos de nuestra generación? Ello mostraría en nosotros la más espantosa de todas las disposiciones “puesto que implicaría el olvido de la noción misma del mal, el olvido del pecado, el olvido del deber, más aún, de la necesidad casi ilimitada de expiación””. El silencio cómodo y la colaboración con el sistema, no pueden ser usados como pretexto de actitud prudencial o de única posibilidad.

     Y para los que sostienen que nuestra postura es inmovilista al negarnos a entrar en el sistema para conseguir “concesiones al mismo” o combatirlo desde dentro, viene nuestra pregunta ¿qué consiguieron hasta ahora?, porque nosotros también tenemos derecho a preguntar. El sistema siempre propone dos pasos para avanzar uno, y así por ejemplo, se propone el aborto desde los 14 años y reducir la edad del estupro; cuando los “gladiadores católicos dentro del sistema” logran hacer que sólo se apruebe lo del aborto pero desde los 16, postergando lo del estupro; se festeja como una gran victoria fundándose en la tesis del mal menor, mientras la revolución sigue avanzando firmemente, ya que la próxima propuesta no sólo incluirá el estupro sino el incesto, y sin aprobar el incesto, se terminará por legalizar la pedofilia. Y así en la neoiglesia nos dicen que no se va a avanzar más de lo que ya se está haciendo, pero siempre la masonería eclesiástica deja la posibilidad de “agarrarse” de alguna pequeña posibilidad mal menorista para justificar que “podría haber sido peor”.

     La continua búsqueda de los males menores en vez del bien y del mejor entre estos, nos está conduciendo a la degradación vertiginosa de nuestras sociedades. 

     Entonces, por más que se nos quiera imponer estar “feliz con la felicidad del mundo”, preferimos y elegimos sufrir con nuestra Iglesia. Es tiempo de penitencia, de oración, pero también tiempo de denuncia y mucho más lo es, de tener confianza en que Dios nos dio las herramientas para enfrentar la situación y confianza en sus designios para estos tiempos y para nuestra actuación en ellos. Sin embargo, para quienes sigan aduciendo que nuestra postura “antientrista”(en el sistema) es pueril y utópica, les decimos que dudamos que las excusas sean suficientes a la hora de presentarse ante el Tribunal de Dios.

Augusto


Nacionalismo Católico San Juan Bautista