La patria periodística salió a defender a Santoro y encubrir al agente de la DEA D’Alessio
La
patria periodística con Clarín y La Nación a la cabeza, publicó una
solicitada en el diario Clarín, tratando de defender al indefendible
Daniel Santoro, en la cual el 89 % de las firmas corresponden a sus
periodistas empleados.
Afirmando en ella que tener fuentes de
información es un derecho del periodista. No obstante haberse comportado
Santoro como agente de prensa de un servicio de inteligencia, y ser
fuente de información para estos respecto sus colegas. Desinformando a
la par dichos medios respecto la situación del agente de la DEA Marcelo
D’Alessio, que publicaba notas en Clarín, era citado como fuente
altamente confiable en La Nación, y reportado por Infobae. Culmina así
una labor de intoxicación de la opinión pública, que lamentablemente
viene de varias décadas atrás, y explica en parte la debacle de
Argentina.
Por Javier Llorens – 14/3/2019
El 7 de marzo pasado el diario Clarín publicó en su edición impresa una solicitada a página completa, con el título “Las razones por las que descalifican al periodista Daniel Santoro”. Sosteniendo al final de ella que la descalificación es para “afectar
el curso de la investigación sobre los Cuadernos de las coimas y
limitar la libertad de expresión para evitar que la ciudadanía se
informe”.
La misma cuenta con 148 firmas, que se
detallan al final de esta nota, ordenadas alfabéticamente por apellido, y
encolumnadas por el medio al que pertenecen. La cual lejos de ser la
lista de Schindler, se podría denominar la lista de periodistas
bizarros, que salieron en defensa de un colega indefendible. Que
manifiestamente ha violado normas básicas de la deontología de la
profesión, haciendo hasta de buchón de sus colegas, en el marco del
sucio periodismo de guerra que padece Argentina.
Tal como figura en el gráfico, 117, el 79 % de esas firmas,
corresponden a periodistas que laburan para el grupo Clarín, o lo
hicieron en el pasado. Las que adrede aparecen al final de la
solicitada, como para disimular esa preponderancia. Y a las que para
hacer bulto, se le han sumado las firmas de ilustradores, diagramadores y
otros laburantes del grupo, que no son precisamente periodistas. Medio
que a su vez tenía nada menos que a D’Alessio como columnista,
habiéndole publicado seis notas con su firma desde el año 2017,
relacionadas con el narcotráfico y las mafias internacionales,
presentándolo como un notable experto al respecto.
Otro 10 %, 15 firmas en
total, corresponde a periodistas de La Nación. Medio que citó nada
menos que en su editorial “tribuna de doctrina” a D’Alessio, como un
experto en narcotráfico, como se verá seguidamente. El que está
estrechamente hermanado con Clarín, incluso parentalmente, a través de
los Noble Mitre. Y trata de presentarse como el medio más serio de
Argentina, destinado a una audiencia VIP, no obstante tener una negra
historia reciente de lavado de dinero, homicidio no aclarado de uno de
sus accionistas, y contactos con la CIA.
A los nombrados le siguen Perfil y América, con 4 firmas o 3 % del total cada uno. Luego con 3 firmas y un 2 %,
viene FOPEA, que fue presidida por Santoro entre el 2002 y el 2007; y
Otros, en el que figura María Alveolite, la productora de Santoro. Y
finalmente aparece Infobae, con 2 firmas y un 1 %, medio que le hizo un
extensísimo reportaje a D’Alessio como se verá seguidamente,
presentándolo como un súper especialista en cuestiones de narcotráfico.
Esta exposición pública de D’Alessio,
concretada por esos grandes medios, Clarín, La Nación, e Infobae, es
típica de cuando se pretende proyectar a un personaje, en este caso
quién sería un agente encubierto de la DEA, a algún alto cargo de la
función pública. El cual no obstante terminó con prisión preventiva en
una celda, procesado por asociación ilícita y extorsión.
La solicitada de Clarín en defensa de Santoro
En la solicitada se destacaba el premio
recibido por Santoro por su investigación sobre la venta ilegal de armas
a Ecuador y Croacia, en cuya causa judicial el año pasado resultaron
finalmente absueltos sus responsables, con el presidente Carlos Menem a
la cabeza. Contrabando que en el caso de Croacia fue un servicio
prestado a los EEUU, para eludir el embargo que existía sobre los países
integrantes de la ex Yugoeslavia, el que no obstante parece haberse
quedado ofendido, por haberse perdido un vuelto en el camino. Razón por
lo que esa demorada causa judicial apestaba a servicios de inteligencia.
Y lo mismo sucede con el libro publicado por Santoro “Operación Condor II”. Que
era un misil argentino para tratar de balancear la superioridad bélica
británica, con motivo del conflicto de Malvinas. Al que Santoro se
encargó de desprestigiar, diciendo que era un desarrollo militar en
conjunto con el Irak de Saddan Hussein. Por su parte el otro libro “El Hacedor”
editado en 1994, fue a todas luces un panegírico dedicado a promover la
candidatura presidencial de Domigo Cavallo. El artífice de la
convertibilidad “por mil años” que solo duro diez años, y terminó en la
catástrofe terminal del 2001.
El último de sus libros “Nisman debe morir”,
que apareció oportunamente en vísperas de las elecciones presidenciales
del 2015, estuvo destinado a sostener la hipótesis de un magnicidio,
del que no existe prueba fehaciente alguna. Pero cuya convicción por
parte de la opinión pública, fue un factor decisivo para el triunfo del
presidente Mauricio Macri en el balotaje de ese año. Quien
inmediatamente después de asumir anunció la existencia de una alianza
estratégica con EEUU e Israel, los dos países involucrados en el affaire
de D’Alessio.
En esencia la solicitada publicada por Clarín afirma que se pretende “involucrar
a Santoro en la trama delictiva protagonizada por el falso abogado
Marcelo D’Alessio, quién ha sido una de las múltiples fuentes de
información que ha consultado. Y ese, el de tener fuentes de
información, es un derecho de todos los periodistas.”
Lo cual es incuestionable. Pero además
resulta evidente que Santoro operaba como lo que en los servicios de
inteligencia se conoce como “agente de prensa”, en este caso del agente
encubierto D’Alessio y quienes están detrás de él. Presionando con la
oportuna publicación de sus notas contra los blancos que este le
establecía, a los efectos de conseguir sus propósitos extorsivos y
políticos.
Pero adicionalmente, invirtiendo los
roles, Santoro había pasado a ser una fuente de información de
D´Alessio, en relación al perfil e ideología de sus pares. Tal como lo
puso de manifiesto su colega insospechada de kirchnerismo, Romina
Manguel, en el reportaje que concedió tras su declaración ante el juez
federal Alejo Ramos Padilla.
El lawfare y la patria periodística
El affaire D’Alessio aparece así como la
punta de un iceberg, de lo que actualmente se conoce como “lawfare”, o
guerra judicial. Emprendida por EEUU contra los partidos de izquierda
que gobernaron en la región, y eran refractarios a su influencia.
Aprovechando la corrupción, que era el flanco débil abierto por estos,
para concretar a través de la justicia, una notable injerencia en los
distintos países donde gobiernan o habían gobernado.
Igual que antes lo hacía con los
dictadores militares, reemplazados ahora con jueces de ocasión, con
ostensibles lazos con las embajadas de EEUU. Con el objetivo geopolítico
superior de recuperar nuevamente su patio trasero, del que había sido
desplazado, para enfrentar a la amenaza que le reporta para su hegemonía
la República Popular China.
Igual que en las dictaduras militares,
un soporte esencial para esa injerencia son los grandes medios de
comunicación. Que antes apoyaban y naturalizaban las dictaduras, por
sangrientas que fueran. Y hoy son parte esencial de la campaña mediatica
judicial destinada a impactar en la opinión pública, e incidir en los
resultados electorales.
Estos grandes medios, con Clarín y La
Nación a la cabeza, además de la defensa de Santoro, han desplegado una
notable desinformación tratando de encubrir los vastísimos alcances del
affaire D’Alessio. A quien presentan solo como un “falso abogado”, y en
lugar de informar sobre sus andanzas como agente de un gobierno
extranjero, tal como e´l se jactaba, se dedican a informar sobre las
supuestas irregularidades que comete el juez federal Alejo Ramos
Padilla, a cargo de la causa.
Este elenco de grandes medios, que
objetivamente está al servicio de planes e intereses extranjeros, bien
podría denominarse la “patria periodística”. Que junto con la “patria
financiera”, y la “patria contratista”, han perpetrado gravísimos daños a
los intereses del país, desde medio siglo atrás. A la par que Argentina
se hundía en una interminable debacle, al punto de estar actualmente al
borde de ser un “estado fallido”. Mientras que esas “patrias
prosperaban como nunca, partiendo desde muy modestos orígenes.
Una breve semblanza retrospectiva de las
andanzas de la “patria periodística”, las encuentra cómplices de las
dictaduras militares, aun las más sangrientas, como sucedió con la de
Videla, obteniendo a cambio grandes prebendas. También apoyaron
notablemente en sus comienzos la aventura militar de Malvinas, para
luego de la derrota bélica, dedicarse a una desmalvinización intensa,
ocultando además los ingentes recursos naturales que hay de por medio en
ese conflicto.
También fue la sostenedora hasta el
último minuto de la demencial convertibilidad de Cavallo, que convirtió a
Argentina en una fábrica de pobres. A la par que con sus negocios a
costa del estado, se expandían hasta pasar a ser multimedios. Y luego
también fueron artífices del encumbramiento del kirchnerismo, a cambio
de nuevas prebendas gubernamentales. Y por su parte el grupo Clarín en
los primeros tramos de ese gobierno, se convirtió en un obsecuente medio
ultraoficialista, a cambio de nuevas prebendas gubernamentales.
Luego la ruptura sobrevino, por la
aparición de nuevos horizontes de negocios. Que el grupo Clarín recién
logró concretarlos, con el “periodismo de guerra” que desató contra el
mismo gobierno del que había sido ultraoficialista. Y el ostensible y
desvergonzado apoyo que hizo y hace, para lograr la instalación y
continuidad del actual Gobierno. Que no cumplió ninguna de sus promesas
más elementales, como la de bajar la inflación, pobreza cero, y “podés
estar mejor”.
Siendo la patria periodística cómplice
en la credibilidad de estas falsas promesas, y responsable de las
sucesivas decepciones previas, y sus lacerantes derivaciones sociales.
Resultando en consecuencia inaceptable en una democracia genuina, la
existencia de ella.
El agente de la DEA Alessio citado por La Nación y reportado por Infobae
Además de las notas publicadas en Clarín
por D’Alessio, el mismo día en que estalló el escándalo, el 8 de
febrero pasado, la editorial “tribuna de doctrina” de LA NACION,
refritando una nota publicada recientemente por dicho agente en Clarín
referida a las drogas sintéticas, lo presentaba a D’Alessio como un “experto en narcotráfico”.
Por su parte Infobae medio año atrás, el
21 de julio de 2018, le había brindado un notable espacio al súper
espía, en un reportaje que le efectuó Juan Ignacio Cánepa con título, “Marcelo D’Alessio: “Hace falta un masterplan contra el narco”. El que en su copete decía: “El
especialista en políticas y análisis de narcotráfico alerta sobre el
explosivo aumento del consumo de drogas en la Argentina durante la
última década y cuestiona la forma en que se ha abordado el tema desde
hace muchos años.”
Su imagen aparecía en la portada de la
nota, ostentando un costoso reloj, viniendo a continuación un
grandielocuente y falso panegírico: “En Marcelo D’Alessio
conviven multitudes. Es abogado y economista, tiene un máster en
Psicología Forense y Criminal, y una especialización en Química
Orgánica. Eso, sin contar sus aptitudes de piloto de avión, instructor
de tiro y músico. Pero lo que aglutina a todos estos saberes e intereses
es su pasión por investigar. Su expertise es el narcotráfico. D’Alessio
y su equipo colaboran con diferentes organismos del estado en el
intento de dar fin a uno de los problemas más grandes de la Argentina y
de la Región.”
Más adelante decía, como si se tratara del súper agente 007: “A
lo largo de los años, Marcelo D’Alessio se fue especializando en el
tema y llevando al detalle el día a día del negocio del narco. A tal
punto, que creó un “índice Big Mac” de la droga. A
semejanza del famoso indicador creado por la revista The Economist, que
mide y compara los distintos precios de la hamburguesa en el mundo,
D’Alessio mantiene actualizado al día el precio de los diferentes
estupefacientes (precio mayorista y minorista) para todos los países del
globo.”
“Esta pasión te va a llevando a
asumir cada vez más riesgos, he tenido ataques de todo tipo”, asegura
D’Alessio, al tiempo que destaca la importancia de hacer “trabajo de
investigación en el campo, no en Google… Hoy, justamente, por su
experiencia de campo y por su dedicación total al tema, se
convirtió en uno de los referentes obligados para conocer al detalle el
estado actual del narcotráfico en el país y en la Región, y para pensar alternativas para erradicarlo de nuestra realidad cotidiana”, asegura el cronista.
Después de otra destacada imagen del súper espía, el reportado agente 007 D’Alessio afirmaba: “hay que ir a“a foja cero” en materia de narcotráfico”, y “repensar absolutamente todo… Cuestionar cada paradigma. Porque
en las últimas tres décadas no hubo ni un mínimo punto de inflexión en
cuanto al avance de los estupefacientes en la Argentina.”
Tras elogiar al presidente Macri que puso “el tema sobre el tapete” y decidió “dar batalla al narcotráfico”, relativizó los resultados de ella diciendo: “Las
cifras récord de incautación nos hablan de la parte policial y
judicial. También se duplicó la cantidad de gente que entra en la cárcel
fruto de la ley de drogas.”
“Pero la primera que tendríamos que ver es la de cómo estamos como sociedad. Estamos consumiendo el doble de estupefacientes que diez años atrás. En algunos casos se multiplicó por diez, porque no había estadísticas, como en el caso de las metanfetaminas, lo que se llama genéricamente “éxtasis”.
Y apuntó: “Noto una ausencia del Estado en cuanto a la población sana.
Hay un 20 % de adolescentes que fuman marihuana. Ok. ¿Qué vamos a
hacer, entonces, por el 80 % que no lo hace? Es fundamental saber qué
pasa con la población en riesgo, o sea, la población general menos los
adictos.”
Proponía en consecuencia hacer campañas comunicacionales y educativas para “que
un chico no entre en el flagelo de la droga. Es una batalla menos
espectacular que romper un búnker de paco. Es mucho más silenciosa,
profunda y se ven mucho menos los resultados. Es una misión tediosa e
invisible. Ningún chico se va a ir a internar porque no tiene otro
búnker que le venda el paco.”
Y respecto la lucha contra el narcomenudeo la relativizó diciendo: “A
los que trabajan en las cocinas de droga se les paga con pasta base.
Entonces, el concepto de dealer de paco no existe. Son miles de chicos
vendiéndoles a diezmiles de chicos la pasta base.”
En relación al déficit en lo comunicacional apuntó: “Si
contrastamos la publicidad antitabaco versus lo que se hace contra el
porro, la diferencia es abismal. ¿Dónde hay una campaña que explique que
el cannabis te destruye la dopamina natural? Es un mito social que la
marihuana no hace nada… la marihuana convierte a la persona en alguien
mucho más apático.”
En consecuencia asegura: “La
gente cree que la batalla contra el narcotráfico es agarrar
narcotraficantes. Hay que hacerlo, sí, pero es una instancia posterior.
Quedó tremendamente desbalanceado el rol del Ministerio de Seguridad de
la Nación, que conduce con mucha valentía Patricia Bullrich, respecto
del de Carolina Stanley (Desarrollo Social).”
Y como un planificador antinoarcóticos D’Alessio pregunta: “¿Hay
ambulancias que estén preparadas para abordar a un chico que está con
un delirio después de haber tomado paco? ¿Existen hospitales preparados
para recibir a ese chico? ¿Está preparado el policía para transportar a
un chico en esas condiciones? ¿Lleva un médico a bordo el patrullero que
entra a la villa? ¿La AFIP está pensando en algún incentivo para que
las empresas contraten a chicos recuperados de la marihuana, el paco o
la cocaína?”
Aseguró en consecuencia: “Lo que hace falta es un máster plan.
El resultado concreto de lo actuado hasta hoy es que el consumo
aumentó… Tal vez se esté ganando la batalla de las incautaciones, pero
se está perdiendo la guerra. Creer que por desabastecimiento o por
aumento del precio va a bajar la cantidad de consumo o que la gente va a
querer recuperarse es un concepto erróneo. Lo único que va a provocar
es el aumento de precio, o que los consumidores se descuelguen de una
droga de mayor calidad a una de menos… Cuando aumenta el precio, si no hay una contención social para sacar a los chicos de la droga, no va a funcionar.
Seguidamente en pos de la creación de una DEA argentina, el agente 007 D’Alessio propone: “Falta un especialista global en droga. Creo que se está perdiendo la oportunidad de armar una agencia federal vinculada al narcotráfico donde converjan fuerzas federales de detección y detención, fuerzas federales de investigación, y desde donde se coordinen todas las acciones de los diferentes órganos y organismos del Estado de acuerdo a un plan general.”
Tras recomendar que para ello se evite el “Congreso, porque es algo que si entra en debate, termina en un callejón sin salida”, D’Alessio como candidateándose para ser el general para librar esa guerra contra el narcotráfico, dice más adelante:
“El primer objetivo es la prevención. El segundo es
la recuperación de los actuales adictos. El tercero es la limitación a
la mínima expresión posible de cocinas, industrias químicas sin
trazabilidad, y todo tipo de fabricación de oxidantes o precursores
químicos. El cuarto objetivo es el cierre de frontera
en conjunción con herramientas tecnológicas predictivas y de rápida
requisa de pasajeros y carga en tránsito. Y el quinto, consensuar
de aquí en más con la UIF (Unidad de Información Financiera) los
parámetros de planes, blanqueos u otros incentivos fiscales, para
desincentivar el afincamiento de capitales del narco”.
Pone para ello como ejemplo a “Canadá,
Suecia, Finlandia, Australia, países culturalmente diferentes entre sí.
En las películas se ve exclusivamente el tema de la persecución, la
parte policial. Pero el primer problema es que tenemos mucha gente
drogándose.”
“Se puede hablar de guerra contra el narcotráfico en el sentido de que las guerras son largas. Pero
en Argentina estamos confundiendo guerra con batalla. Las guerras
conllevan estrategia. Las batallas, táctica. Como no hay una estrategia
general, nos agotamos en las batallas particulares de las
incautaciones.”
Por lo tanto asegura: “Una
estrategia general comprendería, por ejemplo, que haya colegios
especiales para chicos quemados por el paco. La guerra contra el
narcotráfico requiere de un master plan con una estrategia que incluya
una correlación de muchas batallas o frentes que deben darse, unas, en
forma simultánea, y otras de manera correlativa.”
Tras una nueva foto suya, el estratega de la DEA D’Alessio continua diciendo en el reportaje de Infobae: “La
presencia de paco implica que se produce cocaína en Argentina. El paco
es el desecho de lo que se produce. Argentina es el cuarto país
productor de cocaína del mundo, y no tenemos hoja de coca. La pasta base
viene de Bolivia y de Perú, y algo de Colombia. Como tenemos una
industria química totalmente fuera de control, muchas están abiertas al
público y algunas hacen oxidantes vinculados a la industria del narco.”
“En Argentina los carteles trabajan
de una forma muy diferente de lo que la gente se imagina. Por ejemplo,
se arman fideicomisos para fabricar cristal o meta. Hay buenos padres de
familia, que nunca tocaron una droga, pero que ponen plata en fondos
que duplican o triplican el capital en tres meses. Imposible lograr esto
en otro tipo de inversión. Se diversifica el riesgo.”
En tal sentido, afirma que “el
mercado mundial tiende a la droga sintética. Tengo un estudio que mide
cómo aumenta el precio de cada alcaloide por el “riesgo país” compuesto
por tres factores: el riesgo policial, el riego judicial y la capacidad
de lavado. Son las tres patas que componen el precio de una droga, más
allá del costo de fabricarla. En Argentina, hacer 1 kg de cocaína vale
3,750 dólares y sale al mercado casi duplicado, a 6.500 dólares.”
Pero “solo se pueden hacer 1.100
toneladas de cocaína al año. La cantidad de hectáreas plantables con
hoja de coca (tierras entre los 700 msnm a 1500 msnm) es limitada. No se
puede hacer más de eso en el mundo. Entonces, mientras que tengo una
cantidad finita de cocaína, tengo una cantidad no infinita, pero sí que
va en aumento, de adictos. Ese desabastecimiento, como no se ajusta por
precio, se ajusta por alternativa de producto. Me voy a otra gama de
productos. Si se ajustara por precios, terminaría en una guerra total.”
Seguidamente el súper experto de la DEA detalla el rinde superior de las drogas sintéticas: “Con
un kilo de cristal se hacen 9.000 pastillas de éxtasis. La colada
típica de éxtasis son 54.000 pastillas, para la que hay que invertir
87.000 dólares, pero sale a la venta por 311.000 dólares. O sea, 3,7
veces más. Mientras la cocaína es 2 a 1. Además, en el caso del éxtasis,
no hay droga hasta el momento en que se terminan de combinar los
químicos. No hay sustancia ilegal hasta que se obtiene el producto
final. Esto da un riesgo menor desde el punto de vista judicial.”
Y para finalizar acorde con las políticas señeras de la DEA, el agente D’Alessio pontifica: “No estamos preparados como sociedad para despenalizar ningún tipo de droga.
De hecho, hoy, sin estar despenalizado, se vende abiertamente todo tipo
de producto para el consumo (pipas, picadores de marihuana,
invernaderos para cultivo, etc).”
“Pero pongo este ejemplo: supongamos
que la policía coimee a todos los que no usen cinturón de seguridad. ¿A
vos te parece no penar la falta de uso del cinturón para atacar el
negocio de esos policías? Se estaría desprotegiendo a la población y no
se me ocurre una función más importante para el Estado que la de cuidar a
su población.”