3.14. Centro de los derechos reproductivos: una organización antivida
En años recientes ha surgido una nueva organización que amenaza con
llegar a ser, si es que no lo es ya, uno de los principales integrantes
de la "cultura" de la muerte. Su nombre mismo ya dice bastante acerca de
su naturaleza y objetivos: "Center for Reproductive Rights" (en
español: "Centro de los Derechos Reproductivos"). Y es que "derechos
reproductivos" ha llegado a convertirse en otro cacareado eufemismo de
la larga lista de términos ambiguos y engañosos que la "cultura" de la
muerte utiliza para encubrir el aborto y los anticonceptivos, incluyendo
los que son abortivos (1).
En la edición del 24 de febrero del 2000 de nuestro Boletín Electrónico, publicamos por primera vez una noticia acerca de esta organización, que en aquel entonces se llamaba "Center for Reproductive Law and Policy" ("Centro para la Ley y la Política Reproductiva"). Resumiendo la información suministrada en esa noticia, podemos decir que este grupo, que tiene su sede en Nueva York, utiliza a la ONU, ante la cual tiene "estatus consultivo" y por tanto mucha influencia, para promover la legalización o la despenalización del aborto y extender más aún, sobre todo entre adolescentes y jóvenes, el acceso a los anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos (2). Cabe destacar, entonces, que el Centro de Derechos Reproductivos, que sigue utilizando las siglas "CRLP" de su antiguo nombre en inglés, es una organización que se ocupa del aspecto legal de la promoción de la "cultura" de la muerte en el mundo.
En la edición del 24 de febrero del 2000 de nuestro Boletín Electrónico, publicamos por primera vez una noticia acerca de esta organización, que en aquel entonces se llamaba "Center for Reproductive Law and Policy" ("Centro para la Ley y la Política Reproductiva"). Resumiendo la información suministrada en esa noticia, podemos decir que este grupo, que tiene su sede en Nueva York, utiliza a la ONU, ante la cual tiene "estatus consultivo" y por tanto mucha influencia, para promover la legalización o la despenalización del aborto y extender más aún, sobre todo entre adolescentes y jóvenes, el acceso a los anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos (2). Cabe destacar, entonces, que el Centro de Derechos Reproductivos, que sigue utilizando las siglas "CRLP" de su antiguo nombre en inglés, es una organización que se ocupa del aspecto legal de la promoción de la "cultura" de la muerte en el mundo.
Desde entonces, el CRLP ha
continuando extendiendo su macabra influencia. Actualmente ha lanzado
sus tentáculos hacia América Latina. Los países hispanos que aparecen,
hasta ahora, como el blanco de sus actividades son: Argentina, Bolivia,
Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, México y Perú (3). El CRLP ha
recurrido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a
litigar casos a favor del aborto. Por ejemplo, como reportamos
oportunamente en el número del 11 de septiembre del 2003 de nuestro
Boletín Electrónico, el CRLP, junto con otras 59 organizaciones antivida
de México y del resto de América Latina, ha llevado el manipulado caso
de la joven Paulina ante la CIDH, para instar al gobierno mexicano y a
los del resto de los países del mundo hispano, a que garanticen el
acceso al aborto en caso de violación (4). Aparte de que el aborto está
mal en caso de violación, por ser la matanza de un ser humano inocente,
lo que en realidad el CRLP está intentando lograr con casos como estos,
es una creciente despenalización del aborto en todos los países donde
este todavía es ilegal, como es el caso de la mayoría de los países
hispanos. Este ulterior objetivo del CRLP se desprende de lo que
informamos a continuación.
La mejor manera de captar la esencia de esta organización en un artículo introductorio como este, es citar la definición que este lobo disfrazado de oveja da de sí mismo, para luego explicar, tan siquiera brevemente, sus aspectos esenciales. En su portal de internet en español, el CRLP dice lo siguiente: "El Centro de Derechos Reproductivos es una ONG [organización no gubernamental] dedicada a [1-] promover la igualdad de las mujeres en todo el mundo, garantizando sus derechos reproductivos como derechos humanos. [2-] Los derechos reproductivos, base de la autodeterminación de las mujeres sobre sus cuerpos y su vida sexual, son decisivos para que éstas alcancen su máximo potencial. [3-] Creemos que es esencial contar con leyes y políticas que hagan progresar y protejan estos derechos. [3a-] La ley debe dar a las mujeres la libertad de decidir si quieren tener hijos y en qué forma. [3b-] Debe respetar la capacidad de las mujeres de ejercer sus opciones reproductivas sin coacción. [3c-] También debe asegurar el acceso de todas las mujeres a los servicios básicos de salud, incluyendo la anticoncepción y el aborto seguro y legal, la educación y los cuidados durante el embarazo. [4-] En última instancia, los derechos reproductivos son imprescindibles para asegurar la justicia para todos los miembros de la sociedad --mujeres, niños y sus familias".
Para facilitar el breve análisis que haremos de esta autodefinición del CRLP, hemos introducido, al comienzo de cada afirmación un número entre corchetes []:
1- Aquí se incluyen los "derechos reproductivos" (aborto) en los derechos humanos. De esa manera, el CRLP y otras organizaciones antivida intentan obligar a todos los países a legalizar el aborto, ya que, si el aborto es un "derecho humano" y si los derechos humanos son moral y legalmente vinculantes, entonces todos los países del mundo quedan obligados a respetar el mal llamado "derecho" al aborto, al igual que todos los demás derechos humanos.
2- Obsérvese cómo aquí el CRLP hace de los "derechos reproductivos" la base de la libertad femenina en material corporal y sexual. Se trata del mismo falso argumento que los abortistas usan en todos lados: "la mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiere". Ya sabemos que esto es falso, porque no se trata del cuerpo de la mujer, sino de otro cuerpo dentro de ella (la criatura no nacida). Ya sabemos que este planteamiento es una estrategia abortista en sí misma: contraponer los derechos de la mujer al "producto de la concepción", cuando el planteamiento correcto es contraponer a la madre junto con su criatura no nacida al egoísmo sin límites del negocio del aborto. Pero lo significativo aquí es que el CRLP hace de la opción abortista el fundamento de la libertad de la mujer. Ello no es otra cosa que el relativismo moral llevado a sus últimas consecuencias. La voluntad se convierte en el amo y señor de lo que está bien y de lo que está mal, incluso hasta matar si es necesario.
3- Una vez establecido su falso fundamento antropológico, el CRLP saca la conclusión legal que se sigue lógicamente de dicho fundamento: las leyes tienen que garantizar el aborto. Aquí es donde nos damos cuenta del pertubador alcance de los presupuestos de esta malvada organización. En efecto, si el aborto es un "derecho humano" y si es base de la libertad femenina, entonces se sigue que todo aborto tiene que contar con la protección de la ley. Más claro ni el agua.
Las tres afirmaciones que siguen son colorarios de esta última, por ello las hemos identificado con los incisos a, b y c. Obsérvese cómo la 3a dice que la mujer tiene plena libertad de decidir si quiere tener hijos (si no los quiere tener los puede evitar o matar) y "en qué forma". Esta última frase pudiera referirse a la fecundación in vitro o a tener hijos fuera del matrimonio, etc. La afirmación 3b pudiera parecer inofensiva, pero en este contexto es posible que se refiera a que nada ni nadie puede influir en la mujer para que no se practique el aborto o utilice anticonceptivos (incluyendo los que son abortivos). Más aún, esta afirmación del CRLP pudiera servir de base para la estrategia antivida que manipula la noble causa de la lucha contra la violencia doméstica para promover el aborto, ya que considera un acto de "violencia contra la mujer" el impedirle abortar un "embarazo no deseado" (5). Obsérvese en la afirmación 3c, cómo el CRLP mezcla el crimen del aborto con servicios buenos de salud. Se trata de la estrategia antivida de la inclusión o de la "integración", para así poder engañar a la gente. A propósito, en esta afirmación se ve clarísimamente que los "derechos reproductivos" incluyen el aborto legal. Obsérvese también el binomio "aborto seguro y legal". Este cacareado slogan --que también se conoce como "maternidad sin riesgos"-- resume la estrategia más antigua del movimiento abortista, utilizada para legalizar el aborto a petición en EEUU en 1973 y que desde entonces ha estado omnipresente en la "cultura" de la muerte. Consiste en decir que por culpa del aborto clandestino mueren muchísimas mujeres (las cifras son super infladas) y que por tanto hay que legalizar el aborto para que este sea seguro para la mujer (¿y que pasa con el niño no nacido?). La realidad es que el aborto, legal o ilegal, es perjudicial (psicológica y físicamente) y hasta mortal para la mujer. Es cierto que el aborto clandestino es peor. Pero una vez que un país legaliza el aborto, este aumenta tanto en número, que la cifra total de lesiones graves y muertes maternas por aborto aumenta también. La triste experiencia de aborto legal en EEUU y otros países "desarrollados" así lo demuestra (6).
4- En esta última afirmación se puede observar el carácter totalizante que el CRLP le da al aborto, al punto de considerarlo imprescindible para lograr la "justicia" para "todos": (por supuesto, la criatura no nacida no cuenta en la "justicia" del CRLP). Obsérvese también como, al referirse a la familia menciona a todos los miembros menos al hombre (esposo y padre). Al igual que el resto de las organizaciones antivida, el CRLP separa a la mujer del hombre y sutilmente coloca a los dos en contraposición, como si en vez de estar llamados a la unión, estuviesen destinados a la competencia y a la lucha por el poder.
No cabe la menor duda, el CRLP se está convirtiendo cada vez más en otro monstruo del enorme arsenal de la "cultura" de la muerte y su penetración en el mundo hispano debe constituirse en preocupación para todos los que defendemos la cultura de la vida en la región.
Magaly Llaguno es Directora Ejecutiva de Vida Humana Internacional. Adolfo J. Castañeda es Director de Programas Educativos.
La mejor manera de captar la esencia de esta organización en un artículo introductorio como este, es citar la definición que este lobo disfrazado de oveja da de sí mismo, para luego explicar, tan siquiera brevemente, sus aspectos esenciales. En su portal de internet en español, el CRLP dice lo siguiente: "El Centro de Derechos Reproductivos es una ONG [organización no gubernamental] dedicada a [1-] promover la igualdad de las mujeres en todo el mundo, garantizando sus derechos reproductivos como derechos humanos. [2-] Los derechos reproductivos, base de la autodeterminación de las mujeres sobre sus cuerpos y su vida sexual, son decisivos para que éstas alcancen su máximo potencial. [3-] Creemos que es esencial contar con leyes y políticas que hagan progresar y protejan estos derechos. [3a-] La ley debe dar a las mujeres la libertad de decidir si quieren tener hijos y en qué forma. [3b-] Debe respetar la capacidad de las mujeres de ejercer sus opciones reproductivas sin coacción. [3c-] También debe asegurar el acceso de todas las mujeres a los servicios básicos de salud, incluyendo la anticoncepción y el aborto seguro y legal, la educación y los cuidados durante el embarazo. [4-] En última instancia, los derechos reproductivos son imprescindibles para asegurar la justicia para todos los miembros de la sociedad --mujeres, niños y sus familias".
Para facilitar el breve análisis que haremos de esta autodefinición del CRLP, hemos introducido, al comienzo de cada afirmación un número entre corchetes []:
1- Aquí se incluyen los "derechos reproductivos" (aborto) en los derechos humanos. De esa manera, el CRLP y otras organizaciones antivida intentan obligar a todos los países a legalizar el aborto, ya que, si el aborto es un "derecho humano" y si los derechos humanos son moral y legalmente vinculantes, entonces todos los países del mundo quedan obligados a respetar el mal llamado "derecho" al aborto, al igual que todos los demás derechos humanos.
2- Obsérvese cómo aquí el CRLP hace de los "derechos reproductivos" la base de la libertad femenina en material corporal y sexual. Se trata del mismo falso argumento que los abortistas usan en todos lados: "la mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiere". Ya sabemos que esto es falso, porque no se trata del cuerpo de la mujer, sino de otro cuerpo dentro de ella (la criatura no nacida). Ya sabemos que este planteamiento es una estrategia abortista en sí misma: contraponer los derechos de la mujer al "producto de la concepción", cuando el planteamiento correcto es contraponer a la madre junto con su criatura no nacida al egoísmo sin límites del negocio del aborto. Pero lo significativo aquí es que el CRLP hace de la opción abortista el fundamento de la libertad de la mujer. Ello no es otra cosa que el relativismo moral llevado a sus últimas consecuencias. La voluntad se convierte en el amo y señor de lo que está bien y de lo que está mal, incluso hasta matar si es necesario.
3- Una vez establecido su falso fundamento antropológico, el CRLP saca la conclusión legal que se sigue lógicamente de dicho fundamento: las leyes tienen que garantizar el aborto. Aquí es donde nos damos cuenta del pertubador alcance de los presupuestos de esta malvada organización. En efecto, si el aborto es un "derecho humano" y si es base de la libertad femenina, entonces se sigue que todo aborto tiene que contar con la protección de la ley. Más claro ni el agua.
Las tres afirmaciones que siguen son colorarios de esta última, por ello las hemos identificado con los incisos a, b y c. Obsérvese cómo la 3a dice que la mujer tiene plena libertad de decidir si quiere tener hijos (si no los quiere tener los puede evitar o matar) y "en qué forma". Esta última frase pudiera referirse a la fecundación in vitro o a tener hijos fuera del matrimonio, etc. La afirmación 3b pudiera parecer inofensiva, pero en este contexto es posible que se refiera a que nada ni nadie puede influir en la mujer para que no se practique el aborto o utilice anticonceptivos (incluyendo los que son abortivos). Más aún, esta afirmación del CRLP pudiera servir de base para la estrategia antivida que manipula la noble causa de la lucha contra la violencia doméstica para promover el aborto, ya que considera un acto de "violencia contra la mujer" el impedirle abortar un "embarazo no deseado" (5). Obsérvese en la afirmación 3c, cómo el CRLP mezcla el crimen del aborto con servicios buenos de salud. Se trata de la estrategia antivida de la inclusión o de la "integración", para así poder engañar a la gente. A propósito, en esta afirmación se ve clarísimamente que los "derechos reproductivos" incluyen el aborto legal. Obsérvese también el binomio "aborto seguro y legal". Este cacareado slogan --que también se conoce como "maternidad sin riesgos"-- resume la estrategia más antigua del movimiento abortista, utilizada para legalizar el aborto a petición en EEUU en 1973 y que desde entonces ha estado omnipresente en la "cultura" de la muerte. Consiste en decir que por culpa del aborto clandestino mueren muchísimas mujeres (las cifras son super infladas) y que por tanto hay que legalizar el aborto para que este sea seguro para la mujer (¿y que pasa con el niño no nacido?). La realidad es que el aborto, legal o ilegal, es perjudicial (psicológica y físicamente) y hasta mortal para la mujer. Es cierto que el aborto clandestino es peor. Pero una vez que un país legaliza el aborto, este aumenta tanto en número, que la cifra total de lesiones graves y muertes maternas por aborto aumenta también. La triste experiencia de aborto legal en EEUU y otros países "desarrollados" así lo demuestra (6).
4- En esta última afirmación se puede observar el carácter totalizante que el CRLP le da al aborto, al punto de considerarlo imprescindible para lograr la "justicia" para "todos": (por supuesto, la criatura no nacida no cuenta en la "justicia" del CRLP). Obsérvese también como, al referirse a la familia menciona a todos los miembros menos al hombre (esposo y padre). Al igual que el resto de las organizaciones antivida, el CRLP separa a la mujer del hombre y sutilmente coloca a los dos en contraposición, como si en vez de estar llamados a la unión, estuviesen destinados a la competencia y a la lucha por el poder.
No cabe la menor duda, el CRLP se está convirtiendo cada vez más en otro monstruo del enorme arsenal de la "cultura" de la muerte y su penetración en el mundo hispano debe constituirse en preocupación para todos los que defendemos la cultura de la vida en la región.
Magaly Llaguno es Directora Ejecutiva de Vida Humana Internacional. Adolfo J. Castañeda es Director de Programas Educativos.