jueves, 23 de enero de 2020

5.3. En terror de las Checas GPU

5.3. En terror de las Checas GPU

De la tregua al “gran giro” Desde inicios de 1923 a finales de 1927, el enfrentamiento entre el régimen y la sociedad conoció una pausa. Las luchas por la sucesión de Lenin, muerto el 24 de enero de 1924 monopolizaron gran parte de la actividad política de los dirigentes bolcheviques. El campesinado intentó reanudar los vínculos del cambio, negociar los frutos de su trabajo y vivir. Al descuidar la industria estatal el sector de los bienes de consumo, el artesanado rural conoció un desarrollo notable, se espaciaron las carestías y las hambrunas y los campesinos volvieron a poder comer para saciar el hambre. Pero para estos, las causas de descontento seguían siendo numerosas: Los precios eran demasiado bajos, los productos manufacturados eran caros y los impuestos elevados. Además se quejaban de los constantes abusos de poder del régimen soviético. Por otro lado, el grupo obrero seguía siendo sometido a una estrecha vigilancia ya que se consideraba sospechoso de mantener vínculos con el mundo hostil de los campos. Los paros en el trabajo y las huelgas, bastante poco numerosas en este año de fuerte desempleo y de relativa mejora del nivel de vida para aquellos que tenían un trabajo, eran cuidadosamente analizados y los agitadores detenidos. 


La GPU era el único juez dentro del régimen y su colegio especial podía pronunciar penas de deportación y de destierro en residencias vigiladas (hasta tres años), de campos de concentración o incluso la pena de muerte. Según Nikolay Krylenko (presidente del tribunal revolucionario) “Las condiciones de vida de las personas deportadas y asignadas a residencias en agujeros perdidos en Siberia, sin el menor peculio, son espantosas. Se envía tanto a jóvenes de 18-19 años como a ancianos de 70 años, sobretodo miembros del clero y ancianas que pertenecen a clases sociales peligrosas”. Según el informe de actividad de la GPU para el año 1924, la policía política había: Detenido a 11.453 bandidos, de los que 1.858 fueron ejecutados. Prendido a 926 extranjeros (de los que 357 habrían sido expulsados) y a 1.542 espías. Evitado una sublevación de guardias blancos en Crimea (132 personas ejecutadas). Procedido a 81 operaciones contra grupos anarquistas que se habrían solventado con 266 arrestos. Liquidado 14 organizaciones mencheviques (540 arrestos) 6 organizaciones de socialistas revolucionarios de derechas (152 arrestos), 7 organizaciones revolucionarias de izquierda (52 arrestos), 117 organizaciones “diversas de intelectuales” (1.360 arrestos), 24 organizaciones monárquicas (1.245 arrestos, 85 organizaciones clericales y sectarias (1.765 arrestos, 675 grupos kulaks (1.148 arrestos). Expulsado, en dos grandes operaciones, en febrero y julio de 1924, alrededor de 4.500 ladrones, reincidentes y comerciantes de Moscú y Leningrado. Reducido a “vigilancia individual” a 18.000 personas socialmente peligrosas. Supervisado 15.501 empresas y administraciones diversas. Todo esto tenía como objetivo demostrar que la policía política no bajaba la guardia frente a amenazas exteriores y merecía, por lo tanto, los fondos que les eran asignados. A pesar de unos recortes presupuestarios, el activismo de la GPU no podía más que verse estimulado por el endurecimiento de la legislación penal. La ley no solo sancionaba las intenciones directas, sino también las intenciones indirectas. Se consideraba como socialmente peligrosa a toda persona que hubiera acometido un acto peligroso contra la sociedad, o cuyas relaciones con un medio criminal o cuyas actividad pasada representaran un peligro. Las personas designadas según estos criterios podían ser condenadas, incluso en el caso de que no existiera ninguna culpabilidad. Todas estas disposiciones , codificadas en 1926, y entre las que figuraba el famoso artículo 58 del código penal, con sus 14 párrafo que definían los crímenes contrarrevolucionarios, reforzaban el fundamento legal del terror. En 1922, el gobierno propuso a la GPU instalar un vasto campo de concentración en el archipiélago de las Solovky que abrigaba uno de los mayores monasterios de la iglesia ortodoxa rusa. Después de haber expulsado a los monjes, la GPU organizó en el archipiélago un conjunto de campos de concentración. A finales de 1923 se contaba ya con 4.000 detenidos, en 1927 con 15.000 y a finales de 1928 con unos 38.000. Una de las especificidades de este campo era su autogestión. Aparte del director y de algunos responsables , todos los puestos del campo de concentración estaban ocupados por detenidos. En su aplastante mayoría, eran antiguos colaboradores de la policía política condenados por abusos particularmente graves. Esto era sinónimo de la arbitrariedad más total. Bajo la NEP, la administración de la GPU distinguía tres categorías de detenidos. La primera reunía a los políticos, es decir, exclusivamente a los miembros de los antiguos partidos menchevique, socialista revolucionario y anarquista. Vivian en comunidad y estaban liberados de cualquier trabajo forzado. Este status privilegiado fue suprimido a finales de los años veinte. La segunda categoría reagrupaba a los “contrarrevolucionarios” miembros de los demás partidos políticos, el clero, antiguos oficiales del ejército zarista y sus funcionarios y cosacos participantes de las revueltas de Kronstadt o de Tambov. La tercera categoría reagrupaba a los delincuentes de derecho común condenados por la GPU( Bandidos, falsificadores de monedas) y a los antiguos chekistas condenados por diversos crímenes y delitos por su institución. Estos estaban sometidos a la arbitrariedad más absoluta, al hambre, al frío extremo en invierno, a los mosquitos en verano. Una de las torturas más frecuentes consistía en atar a los prisioneros en los bosques. Hasta 1925, los detenidos fueron ocupados de manera bastante poco productiva en diversos trabajos en el interior de los campos de concentración. A partir de 1926, la administración decidió suscribrir contratos de producción con algunos organismos del estado y explotar el trabajo forzado, que se había convertido en una fuente de beneficio y ya no constituía, según la ideología de los primeros campos de “1919-1920” una fuente de “reeducación” Fueron creados nuevos campos de concentración en 1926-1927 cerca de la desembocadura de Pechora, en Kem y en otros lugares de un litoral inhóspito, pero cuyas inmediaciones eran ricas en bosques. Se encargo a los detenidos que ejecutaran un programa preciso de producción principalmente la tala de bosques, lo que generó un rápido crecimiento del número de detenidos. Durante los años tranquilos de la NEP, de 1923 y 1927, los episodios más masivos y sangrientos de la represión tuvieron lugar en las repúblicas periféricas de Rusia, en Trascaucasia y en Asia central. Estos países habían resistido ferozmente en su mayoría la conquista rusa del siglo XIX. Continuaron oponiendo una fuerte resistencia a la sovietización. En la primera mitad de los años veinte, el Daguestán , Georgia y Chechenia se vieron particularmente afectados por la represión. El Daguestán resistió a la penetración soviética hasta finales de 1921. Bajo la dirección del jeque Uzun Hadji la lucha adoptó el carácter de guerra santa contra el invasor ruso. Duró más de un año, pero ciertas regiones no fueron pacificadas más que en 1924-1925 y al precio de bombardeos masivos y de matanzas de civiles. Después de tres años de independencia bajo un gobierno menchevique, Georgia fue ocupada por el ejército rojo en febrero de 1921. El esquelético partido bolchevique local, que en tres años de poder había podido reclutar apenas 10.000 personas, se enfrentaba a un segmento intelectual y nobiliario de cerca de 100.000 personas muy antibolcheviques. A pesar del terror ejercido por la todopoderosa cheka de Georgia, ampliamente independiente de Moscú y dirigida por un joven dirigente policial, Lavrenti Beria, los dirigentes mencheviques en el exilio llegaron a finales de 1922 a organizar con todos los partidos antibolcheviques un comité para la independencia de Georgia, que preparó una sublevación en la pequeña ciudad de Chiatura. Enfrentada con fuerzas superiores dotadas de artillería y de aviación, la insurrección fue aplastada en una semana. Sergov Ordzhonikidze, (primer secretario del comité del partido bolchevique de Trascaucasia) y Lavrenti Beria se valieron del pretexto de esta sublevación para acabar de una vez por todas con el menchevismo y la nobleza georgiana. Según datos recientemente publicados, 12.578 personas fueron fusiladas del 29 de agosto al 5 de septiembre de 1924. El régimen lanzó una vasta operación de “pacificación” de Chechenia. Del 27 de agosto al 15 de septiembre de 1925, más de 10.000 hombres de las tropas regulares del ejército rojo, bajo la dirección del general Uborevich, apoyadas por unidades especiales de la GPU, procedieron a un intento de desarme de los guerrilleros chechenos que controlaban el país. Decenas de millares de armas fueron aprehendidas y cerca de 10.000 “bandidos” detenidos. En enero de 1927, la GPU recibió la orden de acelerar la elaboración de fichas de los “elementos socialmente peligrosos en el campo” En un año el número de personas fichadas pasó de 30.000 a 72.000 aproximadamente. En septiembre de 1927, la GPU lanzó, en varias provincias, numerosas campañas de arrestos de kulaks. A posteriori, estas operaciones aparecen como ejercicios preparatorios para las grandes redadas de kulaks durante de “deskulakización” del invierno de 1929- 1930. En 1926 – 1927, la GPU se mostró igualmente activa en la persecución de los opositores comunistas, etiquetados como “zinovietistas” o “trotskistas”. Se exilió a varios centenares de ellos a ciudades alejadas del país donde su suerte siguió siendo muy precaria, al no atreverse nadie a ofrecerles trabajo. En 1927, la persecución de los opositores “trostskistas”, algunos millares en el país, movilizó durante meses a una parte de los servicios de la GPU. Todos fueron fichados, centenares de trotskystas activos fueron arrestados y después exiliados por simple medida administrativa. En noviembre, todos los principales dirigentes de la oposición, Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Radek, Rakovsky fueron excluidos del partidos y detenidos. Los que se negaron a realizar su autocrítica pública fueron exiliados como fue el caso de Trotsky. Se había iniciado una nueva etapa, bajo la responsabilidad del nuevo hombre fuerte del partido: Stalin El enemigo principal seguía siendo, como diez años antes, la inmensa mayoría campesina, a la que se veía como una clase hostil. Si bien la agricultura se había rehecho “el enemigo campesino” era más débil y el estado más fuerte a finales de los años veinte que al inicio de la década. La crisis de las cosechas de finales de 1927 proporcionó a Stalin el pretexto que había buscado. El mes de noviembre se vio caracterizado por una caída espectacular de las entregas de productos agrícolas a los organismos de cosecha del estado, que adquirió proporciones catastróficas en diciembre. El descontento general del campesinado frente al régimen, explicaban esta crisis que Stalin calificó inmediatamente de “huelga de kulaks” El grupo “stalinista” tomó esto como un pretexto para recurrir nuevamente a las requisas y a toda una serie de medidas represivas ya experimentadas en el tiempo de comunismo de guerra. Stalin se dirigió en persona a Siberia. Otros dirigentes, tales como Andreyev, Mikoyan, Postyshev o Kossior, se dirigieron hacia las grandes regiones produtoras de cereales. Destacamentos de militantes comunistas fueron enviados a los campos para depurar a las autoridades locales, a los que se les juzgaba complaciente de los kulaks, y para descubrir los excedentes ocultos, si era necesario con la ayuda de los campesinos pobres, a los que se les prometía la cuarta parte de los cereales encontrados en las casas de los “ricos”. La crisis de las cosechas de invierno de 1927 – 1928 desempeñó un papel crucial en el giro que tomaron los acontecimientos. Stalin tomó una serie de medidas para colectivizar la agricultura y poder controlar así la producción agrícola sin tener que pasar por las leyes de mercado, desembarazándose de una vez por todas de los kulaks “liquidándolos como clase” Todas estas medidas rompieron completamente la tregua que desde de 1922 – 1923 se había establecido a regañadientes entre el régimen y el campesinado. En 1928, el régimen quebró igualmente la tregua que había concluido con los spetzy, esos “especialistas burgueses” surgidos en el antiguo régimen que seguían ocupando la mayoría de los puestos de directivos tanto en las empresas como en las administraciones. En abril de ese mismo año se anunció el descubrimiento de una empresa de sabotaje industrial en la región de Shajty que mantenía relaciones con medios financieros accidentales. Algunas semanas más tarde, cincuenta y tres acusados, en su mayoría ingenieros y dirigentes de la empresa comparecieron en un proceso político público. Once de los acusados fueron condenados a muerte y cinco ejecutados. Millares de ingenieros y de técnicos condenados purgaron su pena en las obras y en las empresas. Por otro lado, numerosos profesores y estudiantes de origen “socialmente extraños” fueron excluidos de la enseñanza superior con ocasión de una de las numerosas campañas de purga de las universidades y de promoción de una nueva “inteligencia roja y proletaria”. El endurecimiento de la represión y las dificultades económicas de los últimos años de la NEP, marcadas por un paro creciente y por un ascenso de la delincuencia, tuvieron como resultado un crecimiento espectacular del número de condenas penales: 578.000 en 1926, 709.000 en 1927, 909.000 en 1928 y 1.1178 en 1929. Para intentar contener este flujo que congestionaba una de las prisiones que no contaban en 1928 con más de cincuenta mil plazas, el gobierno adoptó dos decisiones importantes: a) Reemplazar las reclusiones de corta duración por trabajos correctivos efectuados sin numeración en empresas, en obras públicas y en las explotaciones forestales. b) Transferir a todos los detenidos de las prisiones condenados a penas superiores a tres años a campos de trabajo que tendrían como finalidad la “revalorización de las riquezas naturales”. Los dirigentes de la GPU, en particular Menzhinsky y su adjunto Yagoda, apoyados por Stalin pusieron en funcionamiento un plan ambicioso de colonización de una región de Siberia. En este terreno germinó la idea de “deskulakización”, es decir, la deportación en masa de todos los supuestos campesinos acomodados, que no podían según se consideraba en los medios oficiales, más que oponerse violentamente a la colectivización. La oposición, dirigida fundamentalmente por Rykov y Bujanin, quienes consideraban que la colectivización solo podía desembocar en el caos fue aplastada mediante una campaña de prensa que los acusó de una “colaboración con elementos capitalistas” y colusión con los “trotskystas” Los resultados agrícolas de 1928-1929 fueron catastróficos. La campaña de cosecha aportó menos cereales que la anterior, creando un clima de tensión extrema en los campos. La GPU censó más de 1.300 disturbios y “manifestaciones en masa” durante las cuales millares de campesinos fueron detenidos. En 1929, más de 3.200 funcionarios soviéticos fueron víctimas de actos terroristas. En febrero, las cartillas de racionamiento que habían desaparecido desde inicios de la NEP hicieron su reaparición. En junio el gobierno anunció el inicio de una nueva fase, al de la “colectivización en masa” Este proponía la colectivización gradual de los hogares. Para este fin las autoridades movilizaron a decenas de millares de comunistas, de obreros, y de estudiantes, enviados a las aldeas y dirigidos por los responsables locales del partido y por los agentes de la GPU. El 31 de octubre de 1929 “Pradva” apeló a la “colectivización total” sin ningún tipo de movimiento. Una semana más tarde, con ocasión del duodécimo aniversario de la revolución, Stalin, publicó su famoso artículo “El gran giro”. La NEP había pasado a la historia.