5.2. De Tambov a la Hambruna
A
finales de 1920 el régimen bolchevique parecía triunfar. El último
ejército blanco había sido vencido, los cosacos estaban derrotados y los
destacamentos de Majnó se retiraban. No obstante los campos estaban
bajo control de centenares de bandas de verdes, incluso de verdaderos
ejércitos de campesinos que amenazaban el poder bolchevique. En las
unidades del ejército rojo los motines estallaban cada día mientras las
huelgas y protestas obreras se multiplicaban en algunos centros
industriales. A finales de febrero de 1921, los marinos de la base naval
de Kronstadt se amotinaron. A causa de esto los dirigentes bolcheviques
se vieron obligados a prometer el término de las requisas y
reemplazarlas por un impuesto en especies como forma de calmar el
descontento y evitar la caída del régimen. Pero los destacamentos de
requisas continuaron asolando los campos, las protestas obreras fueron
salvajemente aplastadas, los últimos militantes socialistas detenidos y
la erradicación de “los bandidos del bosque” se prosiguió por todos los
medios.
La hambruna de 1921 –1922 se produjo en aquellos lugares donde
los destacamentos habían requisado cantidades más elevadas o donde se
produjeron las revueltas campesinas más virulentas. La revuelta
campesina de Tambov fue la más prolongada e importante. Esta provincia
era uno de los bastiones del partido socialista revolucionario y
constituía el granero de trigo más cercano a Moscú. Los destacamentos de
requisa hicieron estragos en esta provincia, elevando sustancialmente
las cuotas que estos debían pagar. Los campesinos disminuyeron la
superficie sembrada ya que sabían que les sería requisado todo lo que no
tuvieran tiempo de consumir. En agosto de 1920 se inició una revuelta
en Jitrovo bajo la dirección de un hábil jefe militar llamado Aleksandr
Stepanovich Antonov. Más de catorce mil hombres, “desertores en su mayor
parte” habían expulsado o asesinado a los representantes del poder
soviético. A comienzos de 1921 las revueltas campesinas abarcaron nuevas
regiones: todo el bajo Volga y Siberia occidental. La situación se
tornaba explosiva y el hambre amenazaba estas ricas regiones que habían
sido despiadadamente saqueadas desde hacia años. Multitudes de varios
miles de campesinos hambrientos asediaban los hangares en que los
destacamentos han almacenado el grano requisado para las ciudades y el
ejército. Entre enero-marzo de 1921 los bolcheviques perdieron el
control de las provincias de Tiumen, Omsk, Cheliabinsk y Ekaterimburgo.
En Petrogrado y la nueva Moscú la economía estaba paralizada, los trenes
no circulaban y carentes de combustible las fábricas estaban cerradas.
Las huelgas, reuniones, protestas y marchas contra el hambre se
sucedieron diariamente debido a que el gobierno ordenó reducir en un
tercio las raciones de pan a Moscú, Petrogrado y otras ciudades. En esta
última los disturbios adquirieron gran amplitud cuando los obreros de
varias fábricas eligieron una “asamblea de representantes obreros” con
fuerte coloración menchevique y socialista revolucionaria. Entre sus
proclamas estaba la abolición de la dictadura bolchevique, elecciones
libres para los soviets, libertad de palabra, asociación y prensa y
liberación de todos los presos políticos. Los destacamentos de la Cheka
abrieron fuego sobre una manifestación obrera matando a doce obreros.
Ese mismo día, cerca de mil obreros y militantes socialistas fueron
detenidos. Dos días después se produjo el amotinamiento de los marinos
de los dos acorazados de la base de Kronstadt. El 1 de marzo se celebró
un inmenso mitin que reunió a más de quince mil personas los que
formaron un comité revolucionario provisional que intentó inmediatamente
entrar en contacto con los huelguistas y los soldados de Petrogrado.
Para aplastar el movimiento la Cheka de Petrogrado detuvo a más de dos
mil obreros, simpatizantes y militantes socialistas o anarquistas. Tras
esto, los bolcheviques prepararon el asalto contra Kronstadt bajo la
dirección de Tujachevsky. La represión de la insurrección fue
despiadada. Los archivos recientemente publicados hacen referencia entre
los meses de abril-junio de 1921 a 2.103 condenas a muerte y a 6.459
condenas a penas de prisión o campos de concentración. Vencida la
rebelión de Kronstadt el régimen se dedicó a la caza de los militantes
socialistas, a la lucha contra las huelgas, al abandono obrero, a las
insurrecciones campesinas y a la represión contra la iglesia. Entre
marzo y junio de 1921 fueron detenidos más de dos mil militantes y
simpatizantes socialista moderados mientras todos los miembros del
comité central del partido menchevique se encontraban en prisión. Una de
las prioridades del régimen en la primavera de 1921 era volver a poner
en marcha la producción industrial que había caído a una décima parte de
lo que había sido en 1913. Para ello se reforzó la militarización del
trabajo puesta en vigor en el curso de los años anteriores. Piatakov,
uno de los principales dirigentes y personajes cercanos a Trotsky fue
nombrado director central de la industria del carbón. Este impuso una
política de explotación para aumentar la productividad: Cualquier
ausencia era considerada un acto de sabotaje y sancionada con campos de
concentración, o incluso, con pena de muerte. Procedió al aumento de los
horarios de trabajo y generalizó el chantaje de la cartilla de
racionamiento. Entre las otras operaciones prioritarias en la primavera
de 1921 figuraba para el régimen bolchevique, la “pacificación” de todas
las regiones controladas por bandas y destacamentos campesinos.
Tujachevsky y Antonov – Ovseenko a la cabeza de cien mil hombres
equipados con artillería pesada y aviones, acabaron con los
destacamentos de Antonov desencadenando una represión de una violencia
inaudita. Practicaron masivamente las detenciones de rehenes,
ejecuciones, internamientos en campos de concentración, el exterminio
por medio de gases asfixiantes y la deportación de aldeas enteras de las
que se sospechaba que ayudaban y daban cobijo a los “bandidos”. A
partir de noviembre de 1921, aunque los campos habían sido pacificados,
varios millares de detenidos entre los más capaces fueron deportados
hacia los campos de concentración al norte de Rusia, a Arcángel y
Jolmogory. Aunque oficialmente las requisas habían sido abolidas en
marzo de 1921, el cobro de impuesto en especie se llevaba a cabo con una
extrema brutalidad. En el momento en que el hambre devastaba las
regiones del volga se envió como plenipotenciario extraordinario a
Feliks Dzerzhinsky quien estableció “tribunales revolucionarios
volantes” encargados de condenar sobre el terreno a penas de prisión o
campos de concentración y tortura a los campesinos que no pagaban el
impuesto. Las cuotas eran excesivamente elevadas y a menudo condenaba a
los campesinos a morir de hambre. En Kiev se produjo una oleada de
suicidios porque los campesinos no estaban en condiciones de pagar el
impuesto ni tampoco podían tomar las armas que les fueron confiscadas.
En junio de 1921, agrónomos, economistas y universitarios constituyeron
un comité social de lucha contra el hambre. Muchos de sus miembros
habían participado en la organización de la ayuda de las víctimas del
hambre de 1891 y tenían numerosos contactos con intelectuales del mundo
entero, en especial de occidente. El gobierno bolchevique se decidió, no
sin reticencias, a legalizar el comité social que adoptó la
denominación de “comité panruso de ayuda a los hambrientos” y se le
confirió el emblema de la Cruz Roja. Este comité estableció contacto con
el jefe de la iglesia ortodoxa, el patriarca Tijón, quién creó
inmediatamente un comité eclesiástico pan-ruso de ayuda a los
hambrientos. No obstante, la colaboración entre el régimen y el comité
no iba a durar más de cinco semanas ya que el 27 de agosto este fue
disuelto. Junto con esta medida se expulsó de Moscú o se llevó a prisión
a muchos de sus miembros. En lugar del comité, el gobierno creó una
comisión central de ayuda a los hambrientos, pesado organismo
burocrático, muy ineficaz y corrompido. En el punto más álgido de la
hambruna esta comisión solo logró ayudar a tres de los treinta millones
de personas afectadas por el hambre. A pesar de la movilización de
organismos internacionales, al menos cinco millones de personas murieron
de hambre entre 1921-1922. Según Vladimir Ilich Ulianov, el hambre
tenia consecuencias positivas ya que destruye la fe en Dios y acerca al
socialismo, etapa posterior al capitalismo. Desde la llegada al poder de
los bolcheviques, las relaciones entre el nuevo régimen y la iglesia
ortodoxa se habían degradado. En un principio se decretó la separación
entre la iglesia y el estado, de la escuela y de la iglesia, proclamando
la libertad de conciencia y culto y anunciando la nacionalización de
los bienes de la iglesia. Los bolcheviques multiplicaron las
provocaciones profanando las reliquias de los santos, organizando
carnavales antirreligiosos y exigiendo que el gran monasterio de la
Trinidad, San Sergio, en los alrededores de Moscú fuera transformado en
museo del ateismo. Es así como el 26 de febrero de 1922, la prensa
publicó un decreto del gobierno ordenando la confiscación inmediata en
las iglesias de todos los objetos preciosos de oro y plata que no
sirvieran directamente para el culto. Estas se iniciaron en los primeros
días de marzo y fueron acompañadas de incidentes. Los más graves
tuvieron lugar en Shuya, donde la tropa disparó sobre la multitud de
fieles matando a decenas de personas. La campaña de confiscación de
bienes de la iglesia alcanzó su apogeo en marzo, abril y mayo de 1922,
provocando 1414 incidentes censados y el arresto de varios millares de
sacerdotes, de monjes y monjas. Según fuentes eclesiásticas 2.691
sacerdotes, 1.962 monjes y 3.447 monjas fueron asesinados en 1922
organizando el gobierno bolchevique varios grandes procesos públicos de
miembros del clero en Moscú, Ivanovo, Shuya, Smolenko y Petrogrado. Cabe
destacar el arresto del sínodo y del patriarca y el envío de muchos
eclesiásticos a campos de concentración o ejecutados en la ciudad de
Petrogrado. Por último el nuevo código penal entro en vigor el 1 de
junio de 1922 en el cual Lenin proponía legalizar la violencia ejercida
contra los enemigos políticos, al haber concluido oficialmente la fase
de eliminación expeditiva justificada de la guerra civil. Unas de las
disposiciones inéditas del nuevo código penal era el destierro a
perpetuidad, con la prohibición de regresar a la URSS bajo pena de
ejecución inmediata. Entro en vigor en el otoño de 1922, en el curso de
una gran operación de expulsión que golpeó cerca de doscientos
intelectuales de renombre de los que se sospechaba que se oponían al
bolchevismo.