martes, 21 de mayo de 2013

SE OCULTA EL MONTO REAL DE LA DEUDA ARGENTINA

Publicado por el  diario PANORAMA, de Santiago del Estero.
Enviado gentilmente por Alejandro Tomás Butler
 
No hay política de desendeudamiento, sí cambio de acreedor. Es bueno que el país pague sus compromisos, pero muy malo que se tergiversen las cuentas públicas. Es una gran contradicción decir que se tienen sólidas reservas para pagar la deuda y prohibir la compra de dólares.
El gobierno prepara un gran acto anunciando la “Independencia financiera de la Argentina”, con la misma pompa que rodeo la estatización de YPF o de las AFJP, con motivo de pagar un importante monto de deuda por valor de 2.300 millones de dólares.
Actualmente el país debe en dólares mucho más que en el 2003 cuando se hicieron cargo del gobierno los Kirchner, pero también es cierto que el Producto Bruto Interno (lo que produce el país) creció considerablemente.
En cualquier país serio, con estadísticas creíbles, la deuda se mide en
relación al PBI para saber en qué nivel se encuentra y si crece o decrece. En la argentina todo ello es tarea imposible, puesto que no hay estadísticas serias para saber realmente cuánto es el monto real de la deuda y tampoco cuánto es el PBI real.
Claro está para cualquier lego, que cuando se ocultan las cifras oficiales, es evidente que no son favorables a la gestión del gobierno. ¡Un boletín con buenas calificaciones no es escondido ni adulterado por ningún estudiante!
En junio de 2003 la deuda pública argentina trepaba a alrededor de 155.000 millones de dólares. Las cifras oficiales, al 31 de diciembre de 2011, marcan que la deuda pública suma el equivalente a 178.900 millones de dólares. Aún con la quita del 70% anunciada y después de haber falsificado las estadísticas de inflación, para licuar el equivalente a unos 20.000 millones de dólares en la deuda en pesos indexada por el costo de vida.
Pero ese monto de 178.900 millones, no incluye los intereses adeudados al Club de París, ni las deudas no incluidas en la quita compulsiva que está en litigio, ni el pasivo contingente del cupón PBI (otro bono), ni el pasivo neto de reservas del Banco Central. Si se incluyeran, el endeudamiento superaría holgadamente los 250.000 millones de dólares.
El monto total de lo verdaderamente adeudado sería mucho mayor, si se efectúa una estimación de los pagos que algún día la Argentina deberá realizar por la deuda con los jubilados, atento a lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que se estima en el orden de los 20.000 millones de dólares.
A ello hay que sumarle la deuda que surgirá en el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) donde Argentina es el país más demandado del mundo con 49 casos sobre un total de 184 iniciados. Esto es por no respetar los contratos de concesión con empresas extranjeras, principalmente de servicios públicos privatizados.
En realidad lo que hizo el gobierno es cambiar de acreedor, puesto que ante la imposibilidad de endeudarse en los mercados internacionales por la declaración del default, a media que vencían los pagos de la deuda los abonaba tomando prestadas las reservas del Banco Central, fondos del Banco Nación, de la Anses y otros organismos del estado. Es una de las razones por las cuales no hay reservas suficientes en el Banco Central y de ahí la prohibición de comprar dólares.
Cómo se comprenderá estamos muy lejos del relato K y muy cerca de quedarnos sin reservas en medio de un estallido inflacionario a pesar de haber caído en recesión.
Una vez que se blanqueen lo números reales de la deuda pública y se estime con seriedad el PBI argentino, se podrá hacer una evaluación correcta sobre si estamos más o menos endeudados. Mientras tanto cabe sospechar que el ocultamiento es para evitar malas noticias.
Por Rafael Fano