GANANCIAS USURERAS SOBRE DINERO FANTASMA
Publicado el 14 de
febrero de 2014 por Ellen Brown
El negocio de las tarjetas de crédito es ahora la más importante fuente
de ingresos del sector bancario, en gran parte debido a lucrativos costos
ocultos.
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Usted paga el saldo
de su tarjeta de crédito cada mes, pensando que está tomando ventaja del
‘período de gracia sin intereses’ y obteniendo crédito gratis. Usted puede
incluso utilizar su tarjeta de crédito cuando podría haber utilizado dinero en
efectivo, sólo para obtener recompensas de viajero frecuente o la devolución de
dinero en efectivo. Pero estos atributos populares son engañosos. Incluso
cuando el saldo se paga a tiempo todos los meses, el uso de tarjetas de crédito
impone un enorme costo oculto sobre los usuarios, oculto porque el costo se
deduce de lo que recibe el comerciante, y que luego pasa a usted en la forma de
precios más altos.
Visa y MasterCard les
cobran a los comerciantes alrededor del 2% del valor de todas las
transacciones de tarjetas de crédito, y American Express cobra aún
más. Eso puede no parecer mucho. Pero considere que por los saldos que se pagan
mensualmente (es decir, la mayoría de ellos), los bancos hacen un 2% o más
sobre un préstamo con un promedio de sólo 25 días (dependiendo de cuando en el
mes se realizó el cobro y cuando en el período de gracia fue pagado). Un 2% de
interés por 25 días da una rentabilidad del 33.5% anual (1.02^(365/25)-1), y
esa cifra puede ser conservadora.
La comisión que pagan
los comerciantes fue originalmente diseñada como una manera de evitar la usura y las
regulaciones de claridad sobre los préstamos. Visa yMasterCard son entidades
independientes, pero fueron creadas por los grandes bancos de Wall Street, y los bancos emisores de tarjetas obtienen alrededor del 80% de las
tarifas. La rentabilidad anual no sólo entra en la categoría de usura, sino que
es una ganancia sobre el dinero de otras personas, ¡por lo general el propio
dinero del prestatario! He aquí cómo funciona…
El gran juego de tapas
El economista Hyman
Minsky observó que cualquiera puede crear dinero, el truco consiste en lograr
que sea aceptado. La función de la compañía de tarjetas de crédito, es la de
convertir su promesa de pago (IOU por sus
siglas en inglés) en un ‘instrumento negociable’ aceptable para el pago de la
deuda. Un instrumento negociable es todo lo que este firmado y sea convertible
en dinero o que pueda ser utilizado como dinero.
En virtud
del artículo 9 del Código Uniforme de
Comercio de los Estados Unidos, cuando usted firma el recibo de cobro del comerciante
de la tarjeta de crédito, está creando un «instrumento negociable u otro
escrito que evidencia un derecho al pago de dinero». Este instrumento
negociable es depositado electrónicamente en la cuenta corriente del
comerciante, una cuenta especial requerida para todos los negocios que aceptan
crédito. La cuenta se incrementa por la cantidad en el recibo, indicando que al
comerciante se le ha pagado. El recibo de cobro es enviado a un ‘banco
adquirente liquidador’, que agrupa sus cargos y los envía a su propio banco. Su
banco luego le envía una declaración, y usted paga el saldo con un cheque,
haciendo que su cuenta de transacciones sea debitada en su banco.
El efecto neto es
que su recibo de cobro (un instrumento negociable), se ha convertido en un ‘activo’
contra el que el crédito ha sido otorgado. El banco simplemente ha monetizado
su IOU, convirtiéndole en dinero. El ciclo del crédito es tan corto, que este
proceso puede ocurrir sin que el propio dinero del banco llegue a estar
involucrado. Los débitos y los créditos son sólo barajados de ida y vuelta
entre las cuentas.
Timothy Madden es
un analista financiero canadiense que diseñó modelos de software de cuentas de
tarjetas de crédito a principios de la década de 1990. En correspondencia
personal, él estima que los pagos de las propias reservas del banco son
necesarios sólo alrededor del 2% del tiempo, y la comisión de un 2% sobre los
comerciantes es suficiente para cubrir estas ocasiones. Las ‘reservas’
necesarias para respaldar los avances a corto plazo, son así integradas en los
propios pagos, sin tener que obtenerlas de cualquier otro lugar.
En cuanto al
interés, Madden sostiene:
El interés es
gratis, porque las operaciones de hecho se financian por el comprobante de pago
firmado emitido por el usuario de la tarjeta en el punto de compra. Supongamos
que las ventas brutas mensuales que se ejecutan a través de las tarjetas de
crédito/cargo se duplicaran globalmente, de los 300.000 millones de dólares
normales, a los 600.000 millones para el período de vacaciones de fin de año.
Las compañías de tarjetas no tienen que preocuparse de dónde provendrán los
300.000 millones de dólares extra porque son proporcionados por los 300.000
millones adicionales de los propios comprobantes firmados…
Este también es el
porqué casi todos los bancos de todo el mundo tienen que dar de baja el 100% de
las cuentas de crédito/cargo en tarjetas en mora por 180 días. El diseño básico
del sistema reconoce que, una vez puesto en marcha, este es totalmente
autofinanciado, requiriendo cero inversión de capital por parte del operador
[...] Las pérdidas no pueden ser cargadas en contra del patrimonio del operador
ya que no tienen ninguno. A principios de la década de 1990, cuando yo estaba
diseñando modelos de software del sistema de tarjetas de crédito/cargo, mis
hojas de cálculo se mantenían ‘estallando’ por sus errores de ‘división por
cero’ en mi proyección de ganancias sobre capital.
Un impuesto privado sobre las ventas
Todo esto arroja
una luz sobre por qué el negocio de las tarjetas de crédito se ha convertido en
el área más lucrativa del sector bancario. En un momento, la banca era toda
acerca de tomar depósitos y otorgar préstamos comerciales y residenciales. Pero
en los últimos años, según
la Reserva Federal, «los ingresos de tarjetas de crédito han sido
casi siempre superiores a la rentabilidad de todas las actividades de la banca
comercial».
En parte, esto se
debe a que el interés que se cobra sobre la deuda de tarjeta de crédito es más
alto que en otros préstamos comerciales. Pero es sobre las comisiones que los
bancos realmente hacen su dinero. Hay multas por retraso en el pago, por
exceder el límite de crédito, cargos por gastos de transferencia entre cuentas,
cargos por retiro de efectivo y tasas anuales, además de las muy lucrativas
comisiones sobre los comerciantes que se acumulan en el punto de venta
independientemente de si el cliente paga su factura o no. El comerciante
absorbe las comisiones y los clientes cubren el costo con precios más altos.
Una comisión del 2%
a los comerciantes es el equivalente financiero de un impuesto sobre las ventas
del 2%, que ahora se suma a los más de 30.000 millones de
dólares anuales en los Estados Unidos. El efecto sobre el
comercio es peor que un impuesto público sobre las ventas o un impuesto sobre
las transacciones financieras (o tasa Tobin), ya que estos impuestos están
diseñados para gastarse de nuevo en la economía en servicios e infraestructura.
Un impuesto privado a los comerciantes simplemente elimina el poder adquisitivo
de la economía.
[C]uando alguien
trae a colación la tasa Tobin (pequeñas cargas sobre cada transacción [financiera])
como una manera de pagar por el rescate y desalentar la especulación, el sector
de los servicios financieros se vuelve totalmente apopléjico [...] Sin embargo,
aquí, en medio de nosotros, tenemos al equivalente de una tasa Tobin sobre una
proporción muy alta del comercio al por menor [...] Uno puede pensar en los
cargos rapaces deVisa y Mastercard para las transacciones de débito [...] que tienen dos componentes:
la comisión que estarían en condiciones de cobrar si se enfrentaban a una
cierta competencia, y la prima que extraen mediante el control del mercado,
negándose a competir en precio. En términos de sus efectos sobre el comercio,
esta prima es peor que una tasa Tobin.
Una tasa Tobin está
destinada a tener el efecto positivo de amortiguar la especulación. Un impuesto
privado sobre las ventas minoristas, tiene el efecto negativo de amortiguar las
transacciones de consumo. Se trata de un mecanismo de autodestrucción que
consume al capital y el crédito a cada paso del ciclo del crédito.
El lucrativo
negocio de las tarjetas de crédito es un factor importante en el
aumento de la ‘financiarización’ de la economía. Empresas como General Electric están abandonando en gran medida la
innovación en productos, para convertirse en compañías de tarjetas de crédito,
porque ahí es donde está el dinero. La financiarización está matando la
economía, la productividad, la innovación y la demanda del consumidor.
Acabando con el monopolio
Las comisiones
exorbitantes sobre los comerciantes son posibles porque el mercado está
monopolizado por un pequeño número de compañías de tarjetas de crédito, y la
entrada en el mismo es difícil. Para participar, es necesario formar parte de
una red, y esta requiere que todos los bancos participantes cobren una tarifa
preestablecida.
No obstante, las
normas varían según el país. Una opción disponible en algunos países, es la de
ofrecer servicios de tarjetas de crédito más baratos a través de bancos de
propiedad pública. En Costa Rica, el 80% de los depósitos se encuentran en
cuatro bancos de propiedad pública, y todos ofrecen tarjetas de débito Visa/MC, y aceptarían tarjetas de crédito Visa/MC. Los negocios que optan por afiliarse a los dos bancos públicos más
grandes, no pagan comisiones por transacción para las tarjetas de esos bancos,
y por las tarjetas de otros bancos sólo pagan una pequeña cuota, suficiente
para cubrir los costos del banco.
Esto funciona en
Costa Rica, pero en los Estados Unidos, las tasas de Visa/MC son preestablecidas, y los bancos públicos tendrían que cobrar esa
tasa para participar en el sistema. Sin embargo, hay otra manera en la que
podrían recuperar las comisiones sobre los comerciantes y usarlas para el
beneficio de la gente: regresándoles en la forma de impuestos más bajos o el
aumento de los servicios públicos.
Los gobiernos
locales también pagan ellos mismos altos precios por el uso de tarjetas de
crédito. De acuerdo con la oficina del Tesoro, la ciudad y el condado de San
Francisco pagan 4 millones de dólares al año sólo por las comisiones bancarias,
y más de la mitad de esta suma va a las comisiones sobre el comercio. Si el
Gobierno pudiera recuperar estos cargos a través de su propio banco, podría
utilizar las ganancias para expandir los servicios públicos sin aumentar los
impuestos.
Si permitimos que
el Gobierno realmente cree algo de dinero, este podría ser autofinanciado sin
gravar a los ciudadanos. Cuando un sistema público alternativo está en su
lugar, los dinosaurios megabancos privados ya no serán ‘demasiado grandes para
quebrar’. Se les puede permitir desvanecerse en la extinción, en un proceso
natural de la evolución hacia un sistema más eficiente y sostenible de
intercambio.
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Traducción por Andrés Celis.
http://telaranadedeuda.wordpress.com/2014/02/23/ganancias-usureras-sobre-dinero-fantasma-el-dinero-facil-de-las-tarjetas-de-credito/#more-1281