Eduardo Costa, la gran incógnita
16:00
– (Por Rubén Lasagno) – Este año es la cuarta intentona de Eduardo
Costa a la gobernación. De más está decir que si no anota esta vez, su
salida definitiva como candidato de la UCR es inminente, aún cuando él
mismo se prodigue cantidades de votos con los cuales superó
individualmente a los candidatos del FPV/PJ, pero en el recuento
general, merced a la Ley de Lemas, fue derrotado tres veces
consecutivas, hasta hoy.
Costa, entonces, tiene ante si la última
oportunidad de coronar la gobernación o a partir de agosto, la UCR de
Santa Cruz, si quiere perdurar de cara a las próximas elecciones, tendrá
que impulsar un verdadero recambio generacional y una “purga”
partidaria, para excluir del espacio a “correligionarios” que son más
kirchnerista que los propios militantes del FPV y lo podemos corroborar
reiteradamente con ejemplos claros en Río Gallegos, El Calafate, Caleta
Olivia, la cuenca carbonífera etc.
Pero en el supuesto
caso que Eduardo Costa gane y sea coronado Gobernador, habrá una nueva
era en Santa Cruz, porque el radicalismo deberá mostrar en el campo de
batalla, lo que tanto pregonó desde la mesa de arena estos años como
crítico cómodo y sin compromiso de tomar decisiones. Sin embargo, el
máximo candidato de Cambiemos/UCR sigue sin aparecer en la provincia. No
físicamente, porque sabemos que anda recorriendo el interior, sino
discursiva y propositivamente.
Costa se ha destacado en Santa Cruz
como un candidato semi-ausente. Sus discursos son “blandos”, cargados
de lugares comunes, clichés retroactivos, una crítica política casi
obvia, plagada de reiterados cargos al kirchnerismo que en estas tierras
ninguno desconoce, utilizando recursos de campaña muy similares a sus
contendientes políticos (ejemplo: el ofrecimiento de los 20 mil puestos
de trabajo y los 6 mi en las represas) pero básicamente, sin presentar
un plan o un proyecto serio de gobierno, un programa, una
carta-compromiso con la sociedad, donde diga lo que va a hacer y cómo lo
va hacer.
Hoy
es necesario que quien se propone como el cambio, diga cómo va a
cambiar el estado de cosas en Santa Cruz. Ayer vimos que el principal
candidato del kirchnerismo, prácticamente hará lo mismo que ahora con la
diferencia de ejercer un mayor control para evitar las manos largas y
los vivos, siempre actuando en defensa propia y de su gestión. Pero
tampoco Eduardo Costa dice cómo y qué va a hacer. Por eso, esta
elección, debe ser una bisagra en la historia de las elecciones en la
provincia. El votante le debe exigir (durante la campaña) a cada uno de
ellos sinceridad, honestidad y compromiso; luego, cuando esté en el
poder, esas definiciones, conceptos y compromisos deben ser machacados
públicamente, cada vez que se corran del camino.
Eduardo Costa, no
podrá desconocer de antemano lo que encontrará ni las medidas a tomar
en caso de llegar al gobierno. No podrá parapetarse tras argumentos como
“Es más grave de lo que pensamos”, “Nunca creímos encontrar una
provincia en este estado”, “Es una herencia muy pesada la que nos
dejaron”, “Nos va a costar a los santacruceños poner al día la
provincia”, etc. Estas frases las construyen los gobernadores recién
asumidos, para levantar una pared entre él y sus electores, con el fin
de ganar tiempo, estirar las respuestas, excusarse por no tomar las
medidas que dijo iba a tomar, dilatar la toma de decisiones y
finalmente, terminan sosteniendo el mismo estatus quo o asumiendo
compromisos similares o aún peores a los que asumía su antecesor. No hay
que permitirles que mientan, solo exigirles que se comprometan.
El
electorado no le debe permitir a Eduardo Costa y a ningún candidato de
la oposición que juegue para la gobernación, no hablar puntualmente y
sin evasivas qué va a hacer, al menos, con los siguientes temas (entre
muchos otros):
1º Cantidad de empleados públicos (provinciales y/o
municipales). Forma en que va a racionalizarlos (si lo hará o no), cómo
manejará la mano ociosa en una provincia con 80 mil empleados y un gran
porcentaje sin funciones, o funciones innecesarias, ñoquis,
superpoblación de funcionarios y jerárquicos y gente que no trabaja pero
cobra.
2º Caja de Servicios Sociales. Fundamental que diga si la
reintegrará o no a sus dueños, los trabajadores. Si la auditará y si una
vez concluida la auditoría (externa), denunciará penalmente desde el
primero al último Director y/o funcionario que haya pasado por ella en
los últimos 25 años.
3º Caja de Previsión Social. Destino de la
CPS. Debería decir con total claridad qué hará: si la armonizará o en
caso de conservarla dentro de la provincia, cómo cubrirá el déficit. Si
la auditará y si denunciará ante la justicia las irregularidades que por
años se vienen generando en ella.
4º SPSE, Distrigas, Vialidad,
CAP, Fomicruz, etc. Cada ente, organismo descentralizado y todos estos
actuales ghettos de corrupción deben ser saneados. En este caso Costa y
los candidatos deberían decir cómo lo harán, cuáles serán las
herramientas que usarán, si los auditará y qué medidas van a tomar con
quienes hayan cometido irregularidades. En todos los casos, deben
comprometerse a denunciar penalmente a los responsables del
desfinanciamiento, endeudamiento y corrupción existentes en estos
lugares del Estado provincial y de lo cual damos cuenta en sucesivas
notas con documentación probatoria de los ilícitos.
5º Educación,
Seguridad, Salud y Justicia. Cuando Eduardo Costa habla de estos temas
incurre en generalidades y más bien despliega un sinnúmero de ideas y
buenos deseos que tenemos todos, de cómo deberían ser las cosas en estos
ámbitos. Pero eso es muy pobre para un candidato. Debería abordar cada
tema específicamente y aplicar y explicar el programa que tiene
preparado para cada uno de estos ámbitos.
Ni hablar del gobierno
central. Eduardo Costa no ha emitido una sola propuesta firme y concreta
de cómo será su lineamiento de gobierno. Cuáles/quiénes serán sus
ministros, con qué profesionales cubrirá las carteras, cómo pretende
atacar el cambio cultural y educativo, qué programa usará, cómo
organizará el CPE, etc. Solo se limita a sobrevolar los problemas
actuales de cada ámbito y señalar desde el lugar cómodo de quien no
tiene funciones ejecutivas, “cómo debería ser”, lo cual ya todos
sabemos; el ciudadano espera que el candidato le diga cómo lo va a
resolver, con qué herramientas cuenta, qué personal idóneo lleva en su
plataforma, cuál es el norte que tiene previsto para cada ámbito y qué
medidas va a tomar en los ambientes contaminados con el kirchnerismo que
hoy tiene colonizada toda la administración pública provincial y
municipal.
Este es el desafío de los candidatos por delante, pero
particularmente de Eduardo Costa, si pretende torcer el voto en su
favor. El espectro electoral en Santa Cruz está muy dividido, pero el
partido Radical no está mejor y la liga “Cambiemos” está prácticamente
desaparecida. Si Costa no sale a convencer a la gente que su objetivo
más allá de ganar las elecciones es gobernar, le va a costar mucho unir
las partes y construir una alternativa confiable.
No hay margen de
error para “Cambiemos” en estas elecciones partidas en dos por el
gobierno, como dudosa estrategia planteada desde el oficialismo. La
gente está esperando propuestas concretas, planes viables y compromisos
serios. Si el Radical insiste con su perfil resbaloso y su retórica
insignificante del “deber ser” como un desiderátum y sin programa y un
plan concreto a la vista que renueve las esperanzas, podrán agotarse
rápidamente las últimas fichas que le quedan para jugar en la ruleta de
la política provincial. (Agencia OPI Santa Cruz)