En pocos días más los kirchneristas tendrán que agregarle un “NO” al cartelito “Clarín Miente”
10:30 – (Por Rubén Lasagno) – El cinismo, la falta de ética política, la
mendacidad y la incoherencia es parte indivisible del kirchnerismo, aunque si
buceamos un poco en realidad nacional y provincial, se puede ampliar a otros
espacios, esta “virtuosidad”. Eso lo sabemos quienes seguimos desde siempre y
desde su nacimiento, este movimiento político compuesto por renegadores seriales de las cosas que
ellos mismos incumplen y dicen hacia fuera exactamente lo contrario de lo que
hacen puertas adentro.
En este marco, Alberto Fernández no es la excepción. Si una
persona capaz de decir las cosas que dijo de la ex presidenta, su gobierno y el
entorno de ella, tuvo la capacidad de borrar todo de un plumazo y erigirse
ahora como exégeta y defensor de la viuda, un paradigma “del peronismo” (¿?)
renombrado Unidad Ciudadana luego de cambiar la piel llamada Frente para la
Victoria y lograr que quienes lo escupían en la calle (La Cámpora y los
artistas K, incluidos) hoy le rindan pleitesía, bajen la cabeza por orden de
Cristina y hasta Máximo lo reivindique como un “gran candidato a presidente”.
Por lo tanto, yo les diría a personajes como Moreno, los
diputados que siguen a Máximo o los replicadores oficiales de las órdenes K,
como los diputados provinciales del FPV, encabezados por Matías Mazú jefe de
bloque en la Cámara, que remodelen los
cartelitos que cuelgan en los actos políticos y le agreguen un “NO” entre “Clarín” y la palabra “Miente”.
En poco tiempo más, asistiremos al borrado selectivo de la
memoria kirchnerista, cuando “El Grupo” ya
no sea tan malo, los hijos de Noble, sean
buenos chicos tenidos legítimamente por la señora que nunca fue “La dueña”
y el kirchnerismo reconvertido de la mano de un as del panquequismo político y
moral, tan fácil de encontrar en nuestro país como Alberto Fernández, con
ejemplares de gran significación en esto de tener dos o más morales (Pino Solanas, Felipe Solá, Victoria Donda,
Daniel Scioli, solo por nombrar algunos), vuelva a pontificar desde el
atril de la desesperanza, lo que debemos hacer y cómo lo debemos hacer, para
encontrar la salida a este país donde
ellos mismos nos metieron y empujaron.
No me llama la atención, me da tristeza. Me genera desesperanza
que hoy una parte (aunque minúscula) de la sociedad, pretenda reivindicar a los falsos, cínicos,
mentirosos y chorros, como los posibles constructores de una nueva
oportunidad nacional. No tengo dudas que la supuesta preferencia en la opinión
pública de esta facción cuasi delictiva que se rearma para recuperar el poder, es tan falsa como sus propios “referentes”
subidos a un nuevo relato, remozado esta vez para captar a los crédulos,
pero compuesto por la misma escoria política y corporativa que incluye una parte
de los jueces, el empresariado y los grandes beneficiados por el populismo que
supimos conseguir por 12 años y sacar a tiempo en el 2015.
Es una mentira clarísima de cara a la sociedad, que han
cambiado de humor y particularmente que la viuda se ha convertido en la Heidi
de este nuevo engendro posicional de la política opositora. Siguen siendo los mismos que eran, con
el agregado de personajes nefastos como Alberto Fernández; cínicos, transas y
oportunistas, que buscan asaltar el poder para terminar la obra que motiva a
CFK a volver en un país con memoria corta, de lo cual esperan beneficiarse. Ya
han dado muestras de lo que pretenden hacer: borrar la justicia y sustituirla por una justicia propia y reformar la Constitución para hacerla
funcional a sus fines de perpetuarse indefinidamente, haciendo desaparecer
cualquier atisbo de oposición política, social, sepultar la libertad de prensa,
la de pensar y la de actuar libremente, al mejor estilo de Venezuela y Cuba,
los narcoestados referentes de la ex presidenta y ahora de Alberto Fernández,
hacia cuyo modelo nos pretenden llevar.
Mientras tanto, queremos decirle a los autómatas
kirchneristas que siguen al pie de la letra lo que les dicta el hijo vago del
poder y lo muestran sintetizado en cartelitos en todos los espacios públicos
que pueden, incluyendo las sesiones de la Cámara de Diputados de la provincia,
que aprovechen los panfletos de “Clarín
Miente” y le intercalen un “NO”,
porque la reunión de Alberto con Magnetto, les hará caer (una vez más) el
discurso fascistoides típico de quienes tienen varias “dignidades” y “éticas”
para adecuarla a los tiempos y a los personajes, de acuerdo a cómo aparezca el
interés de acordar con Dios o con el Diablo, con tal de llegar a la tabla
salvadora que implica hacerse de la presidencia, para liberarse de las causas,
sacar a los “presos políticos” y evitar la cárcel a todos los autores y
cómplices de la asociación ilícita que conformaron por más de una década en el
país. (Agencia OPI Santa Cruz)