Los elementos religiosos del peronismo (9a. parte)
El mesianismo político
Si un filósofo ha puesto de resalto la
figura de Perón como profeta, ya en otro pasaje de una obra anterior,
después de definir la ideología, observa que con bastante frecuencia
éstas aparecen impregnadas de profetismo, a partir del cual se prevé la instauración de un orden nuevo.
Se trata de un mesianismo identificable en la historia latinoamericana,
pletórica de caudillos populares idolatrados por multitudes
menesterosas, cuya esperanza de un mundo mejor se concentra en un
salvador al que se entregan fanáticamente. Esta tradición caudillista es
institucionalizada en el fuerte presidencialismo de los países de la
región.
Evita, que con motivo de su fanatismo
siempre expresa con una gran diafanidad elementos que están en otros en
un plano más borroso, sitúa esa "mesianidad" en el ámbito de la
desmesura, al afirmar que el líder:
Ha venido a realizar, en esta hora
difícil de la historia del mundo, los sueños y las esperanzas de todos
los pueblos de todos los tiempos y de los genios de todos los siglos.
Un liderazgo carismático
Es casi un lugar común referirse a la
personalidad carismática de Perón, pero también una necesidad si se
pretende tener un elemento clave de análisis de su movimiento y que se
refiere a la gravitación de su formidable liderazgo social,
verdaderamente único en la historia argentina. Esta característica
admite integrarlo en una constelación de grandes liderazgos políticos
del siglo, que reúnen en un único personaje las calidades de conductor y
al mismo tiempo de estadista: Franco, Stalin, Hitler y Mussolini.
Perón utilizó su liderazgo carismático para conferir al autoritarismo y a su correlativa obediencia una
dignidad y un carácter sagrado que trascendieran las razones
pragmáticas. Luego de desacralizar el ámbito social, el líder procuró
conferir un contenido mítico a la cabeza del sistema político, creando determinados símbolos de dominio y de culto.
Fue así que Juan Perón, además de carne y hueso, se convirtió en el mito-Perón.
Forma parte de la naturaleza del totalitarismo una concepción del universo, de la vida y del hombre por la cual se afirma mesiánicamente y hace al hombre portador del mensaje de salvación, en una especie de religión laica.
Existió una forma de conciencia de la
dignidad de su condición de persona por parte de toda una clase social, y
todo el pueblo argentino adquirió también una madurez en materia social
de la que carecía, como el mismo Perón se adelantó a proclamar. Es algo
que debe acreditarse incuestionablemente en el haber histórico del
peronismo, aun con todos los elementos negativos y regresivos con que
esa concientización fue vivida y asumida por sus protagonistas.