lunes, 20 de mayo de 2013

CASTAÑO OSCURO

Queridos amigos:
La locución coloquial “se pasa de castaño oscuro” se emplea para hacer referencia a una situación o individuo que está a punto de excederse  o sobrepasar los límites de lo tolerable.  En este momento, esa expresión describe el sentimiento que nos embarga ante los avances que el gobierno de Cristina Fernández realiza sobre distintas cuestiones institucionales y el estado de gravedad en que se encuentran variadas áreas que definen el funcionamiento normal de nuestra sociedad.
  Comenzamos con la cuestión de la corrupción. Desde que el periodista Jorge Lanata logró sacar el tema de los cajones de una parte de la justicia, genuflexa  y rendida a las presiones del poder, para instalarlo en la agenda pública, las acusaciones se han sucedido semana a semana de la mano de personas que se van animando a romper las barreras del silencio y de las pruebas que logran ser sacadas del ocultamiento del Estado. Miriam Quiroga, la ex secretaria de Néstor Kirchner, pasó del plano televisivo a declarar ante la justicia y el arquitecto que construyó la casa del ex presidente ratificó la existencia de un recinto para valores que trajo a la realidad las historias de bóvedas  y cajas fuertes. La protección que recibieron las empresas de  Lázaro Báez de parte de la Unidad de Información Financiera también fue noticia y el escándalo de corrupción comenzó a exceder el ámbito empresarial para apuntar a la mismísima pareja presidencial. El gobierno no puede detener este aluvión y solo atina a esperar que se empantane en los meandros de los estrados judiciales, de los que, paradójicamente, critica la lentitud  cuando se encaran causas que son de su interés.
  Incapaz de ocultar los hechos, la reacción oficial ha sido tratar de acallar al mensajero. Como Lanata trabaja en medios que pertenecen al Grupo Clarín el objetivo de eliminar a este multimedios se ha tornado obsesivo. Los diputados más fieles al gobierno presentaron un proyecto de ley para expropiar acciones de la empresa Papel Prensa en la que los grupos Clarín y La Nación tienen  mayoría accionaria. Por su parte, trascendió a los medios  que, Daniel Reposo, en su carácter de titular de la Sindicatura General de la Nación, había pedido al titular de la Comisión Nacional de Valores que interviniera dicha empresa y que existía la intención de intervenir también al Grupo Clarín.
Claramente, esta situación pasó de castaño oscuro a punto tal que Mauricio Macri, gobernante de proverbial prudencia, conmovió al ambiente político con un decreto para frenar la ofensiva contra los medios habilitando a la justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a intervenir en caso de ataques a la libertad de expresión. Más allá de las objeciones jurídicas que puede tener un decreto como el promulgado, el hecho político fue contundente. Recibió el apoyo de la mayoría de los líderes opositores y el Gobernador de Córdoba se animó incluso a firmar un decreto similar. Esta imprevista ola de osadía desconcertó al gobierno, que se apresuró a desmentir sus evidentes intenciones de avanzar de hecho contra el grupo Clarín y a postergar su acción silenciadora. De este modo, quedó claro que solo la firmeza y el riesgo de ruptura son capaces de detener la voluntad oficialista de “ir por todo” que se ha puesto de manifiesto una vez más, con los ataques a los medios independientes.
  Pero los frentes de ataque son numerosos y la sociedad se agota tratando de detener la acción de su propio gobierno contra las instituciones de la república. Las controvertidas leyes de reforma de la justicia  fueron aprobadas en su totalidad casi exclusivamente con los votos del oficialismo y son muchos los sectores vinculados    al ámbito judicial que esperan su promulgación, para detener sus efectos con recursos de amparo. Entretanto, el oficialismo continuó con el tratamiento del blanqueo de capitales en dólares logrando imponer su mayoría colonizada para aprobar el proyecto en  tres comisiones del Senado.  Como esta ley que abre las puertas a cualquier fondo mal habido y desalienta a los buenos contribuyentes es imparable, al menos contamos con la promesa de la oposición de anularla  y denunciar a  los blanqueadores tan pronto consigan la mayoría parlamentaria. Es una muestra más de que se va pasando el tiempo de las palabras y promesas vagas  y llega el momento de poner sobre la mesa proyectos concretos, para cuando las urnas nos devuelvan  la capacidad de poner freno a quienes pretenden avasallar la república.
  Las cosas también pasan de castaño oscuro en el ámbito económico. El director del Centro Europeo de Política Económica Internacional definió su visión acerca de nuestro país en una conferencia  convocada en la Comisión Europea con el siguiente párrafo: “En la Argentina el gobierno ha decidido aplicar doctrinas económicas reñidas con las ideas de los últimos 150 años y cerrar la frontera a la inversión”. Las consecuencias de esa situación son fácilmente perceptibles. Con los primeros fríos se ha reanudado el corte de gas a las empresas industriales por la insuficiencia del fluido. Una nación como la nuestra,  que exportaba  gas y petróleo hace unos pocos años, ha pasado a gastar miles de millones de dólares en importar energía. El transporte ferroviario está en crisis y las soluciones que ofrece  el Ministro Randazzo pasan por ralear cada vez más los precarios servicios. La falta de mantenimiento generó tragedias como la del Once y la falta de infraestructura nos castiga con muertos en cada inundación. Expropiar YPF sin pagar valor alguno por la empresa constituyó una vulgar confiscación y eso nos ha dejado sin aportantes de capital para desarrollar la potencialidad del área. ¿Cuánto ejemplos más hacen falta para aceptar que la iconoclastia económica nos está hundiendo en el fango, ya que estamos conducidos por incapaces allí adonde más falta hacen las mentes brillantes? ¿Cómo podemos pensar que la forma de competir en el ámbito aéreo es negarle a la empresa chilena LAN la posibilidad de usar los servicios que brinda la empresa estatal Intercargo a pesar de que cuente con fallos favorables en la justicia? ¿Cómo podemos conformar un mercado de integración regional negando a los vecinos la posibilidad de exportar sus productos a nuestro país burlando los pactos y compromisos establecidos? Para decirlo en palabras sencillas, lo que la Argentina hace en materia económica no es heterodoxia. Es actuar con arbitrariedad y necedad, y la necedad conduce al desastre.
  El viernes 17 de Mayo fue el día de la Armada con muy poca atención oficial y sin buenas noticias. Recibimos la amarga novedad de que  no se pudo completar el reaprovisionamiento de las bases antárticas  y de que el transporte urgente de repuestos se hizo con un  avión Hércules,  gentilmente facilitado por nuestros maltratados hermanos uruguayos, por carencia de aeronaves propias disponibles.
Ese mismo día se conoció la noticia del fallecimiento de Jorge Rafael Videla, presidente de la primera Junta Militar que gobernó al país en nombre del Proceso de Reorganización Nacional. Videla brindó un último servicio al gobierno, seguramente no deseado, al permitirle distraer a la opinión pública con una catarata de declaraciones, comentarios y vituperios que se prolongaron durante todo el fin de semana  y que llegaron al extremo de escuchar decir al periodista deportivo Marcelo  Araujo en medio de un partido de fútbol: “ha muerto un genocida, espero que nunca descanse en paz”. Esa fue una triste síntesis del tenor de lo escuchado.
  Videla fue juzgado y condenado durante el gobierno de Ricardo Alfonsín, junto al resto de los integrantes de las juntas,  por los métodos utilizados para combatir a la guerrilla subversiva y marxista y aceptó dignamente su responsabilidad y su condena. Posteriormente fue indultado, junto a los principales líderes guerrilleros, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. Cuando Néstor Kirchner accedió a la presidencia en el año 2003 reabrió los juicios de los  miembros de las juntas  y de todos los militares que habían sido indultados y eximidos de juzgamiento por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Para ello fue necesario vulnerar principios universales del derecho, anular leyes y cometer  aberraciones tales como aplicar legislación en forma retroactiva. Contó para eso con el apoyo de legisladores de casi todos los partidos con representación parlamentaria, con el aval de la justicia y la poderosa voz de los medios que contribuyeron a adoctrinar a la sociedad.
No es sorprendente que todos esos sectores (medios, justicia y legisladores) estén hoy presionados por los abusos de este mismo gobierno, ya que una vez que se acepta la burla al derecho esta nunca queda circunscripta a un determinado grupo o sector. Videla volvió a la cárcel pero, lamentablemente, su juzgamiento actual careció de la legitimidad de origen necesaria para diferenciar justicia de revancha.
Es paradójico que quien fue juzgado y condenado por un Estado supuestamente celoso  de los derechos humanos muriera a los 87 años en una celda sin la atención médica adecuada a su edad y condición física, o sea sin que se respetaran sus derechos humanos básicos, situación  ésta que ya se ha repetido en más de dos centenares de casos  y que amenaza a otros cientos de militares detenidos en similares condiciones.
  La muerte de Videla debería servir para cerrar un ciclo, revisar objetivamente la legalidad de los juicios en curso y promulgar una amnistía que cierre una dura etapa de la historia argentina. De lo contrario, tarde o temprano la justicia caerá sobre los líderes guerrilleros que han eludido su castigo, incluyendo a muchos que hoy ocupan posiciones de gobierno y continuaremos con la ronda interminable  de la venganza. Para las falsas Organizaciones de Derechos Humanos que en realidad trabajan como Organizaciones Reivindicadoras de las Bandas Terroristas, es el momento de ampliar los juicios para caer sobre empresarios, miembros del poder judicial y cualquier adulto que fuera mayor de edad entre 1976 y 1983, que no se sume a su prédica envenenadora y al cual se le pueda sacar algo. Pero ya llevamos demasiado tiempo cargando esta rémora y definitivamente ha pasado de castaño oscuro para tornarse en un proceso definitivamente negro. Que la muerte de Videla sirva al menos para iniciar una nueva etapa.  
  Para cerrar este informe quiero mencionar unos pocos temas políticos. Quedan apenas poco más de tres semanas para que finalice el plazo para presentar las alianzas electorales para las primarias de Agosto. Algunos dirigentes como Daniel Scioli y Sergio Massa están dejando pasar la última oportunidad electoral para diferenciarse del gobierno que desde el Frente para la Victoria está demoliendo las bases de la Argentina. Allá ellos, porque pierden la posibilidad de ser una alternativa creíble. Desde el llano, quienes creemos en un modelo distinto al actual, seguimos avanzando en una Unión de Partidos de Centro que ya suma seis fuerza políticas  y que trabaja con una comunidad de principios básicos en un proyecto en que la libertad, la creatividad, el orden y la responsabilidad reemplacen al festival de corrupción y avance del Estado a que tratan de someternos. Esperemos que la sociedad reaccione y analice estas y otras  propuestas dignas, antes de que el color de nuestra Argentina pase del castaño oscuro al deprimente negro del fracaso o al temido rojo de la izquierda internacional.
Un abrazo para todos.
 
Juan Carlos Neves, presidente de Nueva Unión Ciudadana