sábado, 4 de mayo de 2013

DIA DEL AVADO DE MANOS


En adhesión a la OMS...
 

Todos los años, el 5 de mayo, se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, un hábito imprescindible para reducir la transmisión de enfermedades infectocontagiosas, que constituyen en nuestro país y en el mundo una causa relevante de enfermedad y muerte evitables.
Pero algunos aprovechan ese día para lavarse las manos de cuanta trapisonda los ensucia, haciéndose los distraídos, igual que Poncio Pilatos.
Don Poncio se lavó las manos después de condenar a muerte a Jesús, en la célebre escena bíblica (Lucas 23,1-25). El gesto sirve para expiar la culpa o, más exactamente, para esquivar las justificaciones, propias y ajenas.
La vinculación entre el acto de lavarse las manos y la expiación de la culpa tiene un fuerte arraigo en diversas religiones, incluido el cristianismo. El agua sirve para “borrar” el pecado original del recién nacido en el bautismo. En el Islam, la ablución (wudu) limpia los planos físico y espiritual del individuo antes de la oración.
En la literatura también se encuentran referencias a la expiación mediante el lavado de manos: Lady Macbeth se baña después de tramar la muerte del rey Duncan.
Ahora bien, el 27 de octubre de 2010, doña Kristina, también se habrá lavado las manos ante la muerte de Él? Por qué nadie reclama ver el cadáver y el certificado de defunción?
La CdT (la Chirusa de Tolosa) vive lavándose las manos de cuanta trapisonda pergeñaran junto al ausente con presunción de fallecimiento y el resto de los integrantes de la asociación ilícita que se instalara en el gobierno desde el fatídico 25 de mayo de 2013.
Por coincidencia veremos qué otras cosas destapa Jorge Lanata en su programa Periodismo para todos, pues este 5 de mayo se anuncio la participación estelar de Miriam Quiroga, secretaria privada y autoproclamada amante del Nefastor, prometiendo jugosa información vinculada al sospechoso origen de la inmensa fortuna del matrimonio KK, sus cómplices y testaferros.
Es de suponer que a partir del domingo, muchos fiscales, jueces y funcionarios que se hicieran los distraídos, demanden cantidades industriales de jabones y lejías.
No obstante ello, sus conciencias seguirán tan sucias como hasta ahora.

Enrique Piragini
Presidente de A.R.I.E.L. ong