Un
Gobierno que no resiste preguntas por la cleptocracia.
José M. García Rozado
La instalación de la
macrocorrupción estatal generada específicamente en forma descarada durante la
última década –no porque no existiera antes (aunque nunca con la virulencia y
el descaro actual)- es el producto del cambio de la matriz productiva del
capitalismo (producción de bienes) por una matriz financiera y especulativa que
Néstor y Cristina vienen generando desde 1976, cuando a través de la Circular
1050 se autoenriquecían a costa de la sangre y el sudor de sus comprovincianos.
Este cambio de matriz introdujo el “relativismo
moral” donde en el capitalismo se instala el dinero como “concepto único” reemplazando fácilmente
el “valor moral” del trabajo por la
corrupción generalizada.
Al parecer por algunos fallos
desfavorables, la Presidente disgustada y en medio de una de sus tradicionales
rabietas decidió embestir contra la justicia –el último poder en mantener
cierta independencia y sin haber sido todavía “colonizado”-, para lo que dispuso que “su Congreso” aprobara mediante trámites Express seis proyectos
bajo la falacia del título de “democratizar”
dicho poder, es decir desde su óptica “volverla
propia”. No es ésta actitud de ella una sorpresa para ningún sector lúcido
del pueblo argentino, ya que desde hace exactamente casi dos años (más
precisamente desde la muerte de su esposo Néstor) encontró una nueva manera de “comunicarse con sus adeptos” empleando
el Twister en forma masiva y cada vez con mayor profusión. Como bien expresara
el Dr. Nelson Castro: “señora Presidente
no deje de hacerlo ya que a través de él es como se descubre su verdadera
personalidad y es un verdadero festival para los sicoanalistas”.
Ella ya nos avisó mediante Twitter su
condición de “terca”, lo que no nos
avisó es su condición de “soberbia”,”avasallante”
y con veleidades de “princesa rusa” o
de “reina absolutista”. ¿Cuánto debe
envidiar a Máxima Zorreguietta? Es más: ¿Cuánto debe envidiar a Jorge Mario el
Papa Francisco? Lo increíble es que descaradamente mostró su verdadera cara
cuando la Corte Suprema
de Justicia, el 54,8% de los jueces del país y 7 de los 12 jueces federales,
fueron designados por su propio Gobierno, o por el de su marido difunto, que es
lo mismo. Ahora, uno de sus alcahuetes más obsecuentes –o sea, uno de sus
voceros preferidos-, siempre dispuesto a la condición de eventual delfín
sucesorio, nos referimos a Jorge “Coqui” Capitanich –Gobernador del Chaco-,
tuvo que bajarse, cascoteado sin miramientos por las críticas a su propuesta de
“control popular” sobre los medios
mediante un proyecto de “ley de ética
periodística”, justamente ellos proponiendo “ética y moral” cuando son los más profundos manipuladores de la
cleptocracia, como “modelo de Gobierno”,
y no es una novedad ni una sorpresa pues “ella”
la Presidente ya había pedido lo mismo el pasado año 2012.
Lo que resulta raro, aunque lo niegue
enfáticamente otro de sus alcahuetes preferidos –perdón, otro de sus voceros
preferidos-, el 80% de los medios están bajo control o al calor del dinero y la
tutela del oficialismo; ¿será que la palabra y el relato del Gobierno están tan
devaluadas que no resisten una simple pregunta sobre cuestiones del interés
público, por parte del periodismo, o mucho menos por parte de legisladores no
colonizados o cooptados por ellos? La reciente pregunta de una ignota
periodista griega –Eleni Varvitsioti- puso en un absurdo papelón al Ministro
Lorenzino cuando no pudo contestar la simple consulta sobre “¿cuál es la inflación real de Argentina?”,
acorralado y balbuceante el “penoso
funcionario” eligió la peor de las respuestas: “la cobardía de callar”, ni siquiera se animó a mentir, y pretendió
eludir la respuesta con un infanticidio atroz: “me quiero ir”, sólo supo expresar. La corrección presidencial no
tardó en hacerse sentir y de la manera más brutal, mostrándolo ante las cámaras
televisivas de la
Cadena Nacional como a una triste mascota expresando
burlonamente: “¿Vieron que no se quería
ir?”
Para que el pueblo conozca un poco más
de cerca al “vocera preferido, y eterno
aspirante a delfín sucesorio”, debemos hacer algunas aclaraciones sobre el
personaje en cuestión: Jorge Milton Capitanich tiene una historia que se
remonta a los años '90, y que aparentemente desea ocultar. Pero ¿no era el
mismo Capitanich que frecuentaba a aquella asesora de Jorge Rodríguez, por
entonces jefe del Gabinete de Ministros de Carlos Menem, consiguiendo con mucho
éxito muy discutibles contratos del Ejecutivo Nacional? Entre 1991 y 2000,
Capitanich, por entonces un admirador confeso de Carlos Menem, intentaba crecer
en la Administración, adhiriendo a los conceptos prevalecientes por entonces.
Cuando la Jefatura de Gabinete quedó en manos de Jorge Rodríguez, entre 1995 y 1999, a Capitanich y al
jefe de Gabinete los vinculaba Eleonora Urrutia, importante colaboradora de
Rodríguez y amiga del chaqueño. En 1996, Capitanich fue becado por la Embajada Británica
en la Argentina. En
2000, Capitanich obtuvo la maestría en Administración y Políticas Públicas en
la Universidad de San Andrés. El 13/03/2002, fue cuando el diario Norte de
la ciudad de Resistencia, la capital de Chaco, publicó aquel recordado titular:
"Una denuncia sobre el vaciamiento del Banco de Formosa implica a
Capitanich". Había sido radicada una amplia denuncia criminal citando el
balance de 1994 para indicar que el año previo, el patrimonio neto fue positivo
con 77.310.000 dólares-pesos y en 1994 fue de 76.139.000 dólares-pesos, pero se
convirtió en negativo en 1995 en 144 millones de dólares-pesos. ¿Quién era
el N°1 del banco?
El contador Jorge Milton Capitanich, y en
la denuncia debía investigarse el proceso de privatización, "a raíz de las erogaciones practicadas
por el erario público provincial y la institución en concepto de honorarios por
servicios directos y/o pagos a consultoras vinculadas, ya que todos recordamos
la activa participación del profesional (se refiere a Capitanich) durante la vigencia del banco residual en su
tarea de asesoramiento externo al propio gobierno provincial." Hoy
(viernes 03/05/2013), en declaraciones a Radio del Plata (Electroingeniería),
Capitanich señaló que "el gran
problema de la oposición es que cuando se juntaron para desestabilizar al
Gobierno actual han fracasado, entonces la gente ya no les cree".
"Tuvimos acciones de gobierno que fueron importantes para la nación. Hemos
logrado una plataforma ideológica que es en esencia, el peronismo de Perón y
Evita. Por esto y muchas otras cosas, estamos orgullosos de esta gestión y este
proyecto que inició Néstor, que continúa con Cristina", enfatizó
Capitanich, quien luego dijo que los críticos de Cristina Fernández de
Kirchner, como el gobernador José Manuel De la Sota, "añoran el neoliberalismo y la convertibilidad". Capitanich,
quien también fue jefe de Gabinete durante algunas semanas en la 1ra. etapa del
gobierno interino de Eduardo Duhalde, calificó como "un exabrupto que no tiene correlato con la realidad" las
declaraciones de De la Sota, dijo que lo que se busca desde el peronismo
disidente es "generar una nueva
Alianza" a imagen de la integrada a fines de los '90, y señaló que
carecen de "capacidad de liderazgo
político. Cuando han tenido la capacidad de aglutinarse como eje opositor han
fracasado estrepitosamente. Representan una forma testimonial de la política,
meros opositores de discurso". Capitanich -a quien habrá que llamar "Repollo" en lugar de "Coqui"- también destacó
diferentes hitos de la administración kirchnerista a los que calificó como "extraordinariamente importantes en la
política argentina y en vida de los argentinos".
Es este personaje el redactor del
documento emitido por el Concejo Nacional del Partido Justicialista en apoyo a
las leyes de dominación y cooptación del Poder Judicial, donde se trata de
destituyentes a todos aquellos que solo pretenden defender el orden democrático
y republicano de vida en Argentina, y que se expresaron en forma civilizada,
pacífica y multitudinaria en la gigantesca concentración ciudadana del pasado
18-A. Del otro portavoz cristinista nos ocuparemos pertinentemente más
adelante, pues Martín Sabatella, también tiene un pasado signado por las idas y
vueltas, las participaciones en diversos partidos y estructuras políticas y un
pasado muy poco claro en su Morón natal, donde dejó una huella claramente
delictual; pero esto será motivo de una aclaración pertinente en el momento
adecuado. Sabatella, al igual que Larroque son simples piezas en el tablero del
cristikirchnerismo que se reduce a dos únicos y verdaderos jugadores, Cristina
la Presidente y el Chino Zaninni verdadero motor y alma Mater del Gobierno CFK,
por lo cual tanto los movimientos, como las declaraciones de ellos, así como
las de Kiciloff, Cabandie, Álvarez, Recalde y el resto de la dirigencia de La
Cámpora son maltratadores profesionales y muy bien rentados, tal como lo fueran
siempre los matones de las mafias de todo signo en el transcurso de la historia
universal. Pero a no engañarse, todos y cada uno de ellos por separado no valen
ni siquiera el costo de una bala, pues como todo mercenario están hoy al
servicio de un sector y mañana se pasarán de bando, solamente para mantenerse
en la vereda caliente donde brille el sol.
No nos olvidemos que el ejemplo siempre
parte de la cabeza, y Cristina es una maltratadora profesional, con propios y
ajenos –Lorenzino, Fernández, Juan Miceli o los chicos argentinos de la
Universidad estadounidense de Georgetown y Harvard, son ejemplos palpables de
este accionar presidencial-, y en todos los casos se les exigió que repitieran
en voz alta, al más puro estilo estalinista y fascistoide, el nombre y apellido
de quienes osaban criticar o simplemente solicitar explicaciones de parte de la
Presidente o de sus esbirros y alcahuetes de turno. Otro ejemplo de este
accionar cuasi mafioso y extorsionador de parte de la Presidente se vivió hace
apenas unos días cuando en el acto de Santa Cruz aquella vecina le espetara a “ella” aquella consideración “cuidado que roban”, a la vez que se
conocieron las imágenes nunca publicadas del film de Caetano sobre Néstor y su
vida, en el que el ex Presidente siendo gobernador le dice a la cámara “ya tengo 600 millones de pesos”,
refiriéndose a las regalías petroleras de Santa Cruz entregadas por el
menemismo, apropiándose de ellas, en ambos casos Cristina celosa custodia de
las acusaciones y de los millones que van y vienen rozando, cuando no
simplemente engrosando el patrimonio, su apellido, la llevó a contestarle a
aquella vecina participante del acto “nadie
va a robar nada, quedate tranquila querida”, poniéndose en una actitud
patoteril y chabacana impropia de la investidura que detenta.
¡Es un hecho y un derecho de todo
ciudadano el no declarar en contra de si mismo! Por lo cual no se le puede
achacar nada a la Presidente, pero como todos sabemos de sobra en Argentina la
práctica de la macrocorrupción estatal no depende de la ideología de los
gobiernos, que pueden ser de derechas o de izquierdas, tanto como de centro, lo
que estamos viendo en esta nefasta etapa es como en este momento especial es el
cristikirchnerismo quien desde hace 10 años promueve e instala divisiones
seudoideológicas para desviar la atención de sus propios y excesivos abusos de
poder; cuando las instituciones se debilitan y no existen los controles
institucionales, los gobiernos cleptócratas cooptan funcionarios, legisladores
y sectores económicos privados para generar monopolios y oligopolios, que
producen privilegios estatales, impuestos transferidos a grupos de interés, inflación,
confiscaciones arbitrarias, fraude e inseguridad jurídica. El uso de
instrumentos y fondos públicos a la medida y conveniencia de unos pocos
privilegiados, las relaciones empresariales con el poder de turno –el
cristikirchnerismo y sus testaferros o amigos- para provecho privado o para
autoenriquecerse, la discrecionalidad en la toma de decisiones de gestión, la
acción social directa aplicada clientelarmente y para obtener rédito de un
grupo, sector o partido político, que humilla y denigra al que lo recibe, degradan el ejercicio de la política y
devalúan la calidad democrática y republicana.
Sabemos de sobra que las acciones de
los gobernantes y sus gobiernos pueden ser vertebradoras o desintegradoras de
las sociedades en las que actúan, y cuando llevan un estilo poco ejemplar –como
bien nos enseñare el viejo caudillo y general- “el pescado se pudre por la cabeza”, se produce un efecto
desmoralizador que fomenta y genera irremediablemente la decadencia social,
económica, política y moral de un pueblo. Es por eso que en oportunidad de su
regreso descarnado a la Patria en 1973, el viejo caudillo nos espetare aquella
frase que hizo historia: “debemos
reconstruir al hombre argentino”, refiriéndose a la degradación moral y
ética en que nos hallábamos inmersos, producto de años de decadencia y de
enfrentamientos estériles. Ahí donde existe libertad hay gente que las utiliza
bien o mal, y de utilizarla mal coadyuva a la disolución y la desintegración
del pueblo, la nación y la
Patria. Lo perverso es la impunidad, el hecho de que el
pueblo vea que las leyes están hechas para saltárselas, eso es el verdadero
hecho desmoralizador del pueblo. La crisis moral y ética –que señalara Perón en
1973, y Jorge Mario Bergoglio desde 2004 (por lo que los Kirchner dejaron de
concurrir a los Tedeum de la Catedral Metropolitana)- son los mayores males contemporáneos y la
sociedad argentina no es inmune, como no lo ha sido nunca, a ella; a fines de
los 80, cuando las preocupaciones del pueblo estaban centradas en el derrumbe
de la economía, la obsesión de algunos argentinos “despiertos” era “encontrar
el camino para contener el derrumbe de los valores”, que se avizoraban en
pequeñas mezquindades y miserias de nuestra joven e incipiente convivencia democrática y que se terminaría
convirtiendo en el telón de fondo del hoy principal problema del pueblo
argentino.
Debemos volver a imponer el “Consejo para la Moralización de las
Actividades Estatales”, donde se reglamente con claridad la obligatoriedad
de la corresponsabilidad patrimonial personal de los funcionarios con el
ejercicio de la función para la que son electos o designados, pues atrapados
por el sistema perverso de la cultura rentística que sólo genera violencia y
corrupción, el Estado se ha convertido en un ámbito de ilicitud y ello atenta
contra las bases mismas del sistema democrático, la muy larga historia de
luchas en la búsqueda de una sociedad justa amparada en el respeto y el
cumplimiento de la ley nos debe volver a guiar por la senda abandonada en ésta
última década, la “década perdida”,
30 años de vida democrática ininterrumpida es el mejor cimiento para no
arriesgarnos a la decadencia, con su respectivo desprecio a la práctica
política y a la pérdida definitiva de la confianza en la vida en común, es en
esto, en que las máximas autoridades tienen la obligación de despejar las
sospechas –y más que sospechas las denuncias gravísimas de actos de corrupción
descarada- en las que están involucradas los funcionarios oficialistas en su
conjunto, desde los estamentos más bajos –concejales municipales-, hasta en los
más altos –la Presidencia de la Nación-; si esto no es llevado a la práctica,
más temprano que tarde abrirán la puerta que conduce al juicio político (tal
como lo establece la
Constitución Nacional) y el destino irremediable de todos
estará signado por Marcos Paz.
Terminar con el relativismo moral que
desintegra el pueblo deseable –la Comunidad Organizada-
no será tarea sencilla, pero para evolucionar en nuestras prácticas
democráticas y republicanas y fortalecer nuestras instituciones fundamentales,
deberemos asumir todos juntos y personalmente la tarea de recuperación ética de
la sociedad en su conjunto, desde el lugar que nos toque desempeñar, porque
cada uno de ellos es tan importante como el más importante, y realizarlo con la
firmeza que exige el desafío de esta hora crucial de la Patria.
Buenos
Aires, 3 de Mayo de 2013.
Arq. José M.
García Rozado
MPJIRucci –
LIGA FEDERAL –