
¿Elegir el modelo de Estado es democrático y elegir el idioma en la escuela es de racistas?
Izquierda Unida, el BNG y las Xuventudes Socialistas de Galicia han pedido que se convoque un referéndum
para decidir el modelo de Estado. Todo ello lo han adornado para
recalcar que lo democrático es hacer esa consulta, de forma que no
hacerla sería antidemocrático, claro. Lo llamativo es recordar
qué dijeron esas organizaciones cuando a los ciudadanos es les preguntó
algo mucho más elemental: la lengua en la que desean que estudien sus
hijos.
Una diputada de IU lamenta no haber “cortado la cabeza, guillotinado a un rey”
Los padres gallegos prefieren para sus hijos una enseñanza bilingüe o en castellano
¿El Apartheid fue normalización lingüística? ¿Nelson Mandela fue un pérfido segregador?
Una encuesta sobre el idioma que enfadó a los nacionalistas
En abril de 2008 la asociación Galicia Bilingüe publicó una encuesta elaborada por Sondaxe en la que el 80,43% estaba a favor de poder elegir la lengua en la escuela.
El abrumador apoyo a la libertad lingüística se manifestó tanto entre
las zonas urbanas como en las rurales, tanto en hombres como en mujeres y
en todas las franjas de edad. El 87,5% se mostró a favor de que se pudiese estudiar en español en cualquier parte de España. El sentidiño gallego también se manifestó en ámbitos ajenos a la escuela: el 67,75% apoyó que las señales fuesen bilingües (sólo un 12,42% apoyó la actual señalización sólo en gallego). De igual forma, un 86,1% se opuso a que se sancionase a los comerciantes por no usar el gallego, como recogía entonces un anteproyecto de ley que finalmente no llegó a entrar en vigor. Las reacciones de los partidos gallegos fueron muy variadas. En concreto, y ya que lo he citado más arriba, el BNG negó validez a la encuesta y arremetió contra Galicia Bilingüe a base de mentiras, acusándole de estar “contra la lengua gallega” por limitarse a defender la libertad de idioma en nuestra comunidad.
La Xunta consulta a las familias: nacionalistas e izquierda pierden los papeles
A mediados de 2009, ya con el PP en el gobierno autonómico, la Xunta hizo una consulta a los padres sobre el tema y el resultado fue demoledor para los nacionalistas: una amplia mayoría mostró su preferencia por una enseñanza bilingüe o en español.
Se trataba de un resultado muy previsible: ¿en qué democracia cabe que
en una comunidad bilingüe se discrimine a los hablantes de una lengua en
las escuelas? El resultado sacó de quicio a los nacionalistas: el BNG arremetió contra la encuesta de mil formas. Por el mismo motivo, en enero del año pasado Esquerda Unida, la federación gallega de IU, acusaba al PP de “lingüicida”.
La coalición ultraizquierdista manifiesta tan poca confianza en la
lengua gallega que considera que dar libertad a los gallegos para
estudiarla y usarla, sin imposiciones, es matar a la lengua, y que puestos a elegir, ellos prefieren ser liberticidas. Finalmente, y para no ser menos que la ultraizquierda a la que intentan imitar constantemente, los cachorros del PSOE gallego han pedido a Feijóo que “no realice ninguna consulta entre las familias” sobre la lengua en la que estudian sus hijos.
Vamos, que les puedes preguntar a los ciudadanos si quieren una
república, pero eso de preguntarles si quieren que sus hijos estudien en
español en una parte de España, de eso nada, que, por lo visto, la Constitución es revisable, pero la imposición del gallego es dogma de fe.
El BNG intentó asociar la libertad de idioma con el racismo
De hecho, unos meses antes de publicarse esa encuesta a los padres y viendo lo que se le veía encima, el BNG llegó a tachar
la libertad de idioma en la escuela de “apartheid”, identificándola,
por tanto, con el desaparecido régimen racista de Sudáfrica. El
intento del Bloque de asociar el ejercicio de un derecho tan elemental
con una expresión de racismo era una manipulación burda y calumniosa,
que además chocaba con una paradoja: el régimen del Apartheid desarrolló políticas de imposición del idioma afrikáans y a su caída, Mandela incluyó la libertad de idioma en la escuela con la Constitución sudafricana de 1996.
Pero al BNG no le bastó con hacerle ese descarado lavado de imagen a un
régimen racista que también ponía una lengua por encima de la libertad
de sus hablantes. Además, el BNG alegó que el “consenso es no tocar lo que ya está perfectamente consensuado”. ¿Y eso no es aplicable a la Constitución?
No quieren un referéndum: quieren imponer la ley del embudo
Si la ultraizquierda quiere en serio cambiar el modelo de Estado,
tiene una vía democrática y legal para ello: reformar la Constitución
siguiendo los cauces que establece la propia Carta Magna. Hacer así ese
cambio sería lo plenamente democrático, pues implicaría respetar las normas de convivencia que los españoles aprobaron por aplastante mayoría.
Lo que es muy curioso es que los mismos que se niegan a aceptar
cualquier cambio en la legislación lingüística de una comunidad, ahora
quieran instaurar una república violando nuestra ley de leyes. No
tiene nada de democrático reclamar que se vuelen los cimientos de
nuestra democracia, unos cimientos instaurados de forma libre y
democrática pero que esa extrema izquierda nunca ha aceptado,
porque su referencia en materia política no son las democracias
occidentales, sino dictaduras socialistas como Cuba y déspotas bananeros
como Nicolás Maduro. Y de igual forma que no han aceptado nunca esas
reglas de juego democráticas, tampoco cabe esperar que acepten
el resultado si se viola la ley para hacer un referéndum como el que
piden y los españoles vuelven apoyar la monarquía. En el fondo,
su reclamación de que se vulnere la Constitución Española para
instaurar una república es una expresión más de la ley favorita de la
extrema izquierda: la ley del embudo. ¿Garantizan
acaso que de hacerse lo que piden, al cabo de unos años darían la voz
de nuevo a los ciudadanos para decidir si quieren volver a una
monarquía? En ninguna de las repúblicas del mundo se ha hecho
un referéndum así. En Cuba, cuya dictadura apoyan con tanto entusiasmo
el BNG e Izquierda Unida, ni siquiera hay elecciones libres y el cargo
de dictador pasa de hermano a hermano sin que la gente tenga siquiera
derecho a protestar en la calle. ¿Y aún se atreven a hablarnos de
democracia?