Educación, entonces
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¿Queremos una Nación nueva, no ya para nosotros ahora, porque no hay tiempo, pero sí para nuestros nietos y sus descendientes?
¿Queremos librarnos de esta lacra delincuencial que nos gobierna en
el presente, para que no vuelva a resucitar después de aniquilada?
Hay una sola manera, que será lenta, no inmediata, pero eficiente: EDUCACIÓN.
De ella vendrá la salvación de la Nación.
Por la transformación absoluta del sistema educativo que nosotros hemos perdido y que hay que rescatar.
Que asegurará por la claridad del entendimiento la pureza de la voluntad.
Es esa educación que debe penetrar hasta la raíz real de la vida psíquica y física.
Raíz seca y descuidada que creció de cualquier manera; educación que
ahuyentará seguramente la mediocridad actual, fuente de las desdichas de
nuestra Nación.
Educación no popular, sino nacional, que desarrolle en el alumno la
actividad del espíritu creador y una voluntad en la que podrá fiarse con
absoluta tranquilidad, para complacerse en la verdad y en el bien
considerados en sí mismos. ¿Queremos desterrar del suelo patrio a esta
lacra política? ¡EDUCACION entonces!
La Plata
