JULIANA DI TULLIO, EL TOTALITARISMO KIRCHNERISTA.
Juliana Di Tullio, diputada del régimen. |
Página/Bolche,
en su edición del 20OCT14, contiene un reportaje a Juliana Di Tullio,
jefa de la bancada de diputados nacionales del Frente Para la Victoria.
Los conceptos vertidos por la legisladora dan cuenta de la concepción
totalitaria del régimen.
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En primer lugar la diputada oficialista intenta deslegitimar a sus pares
de la oposición estigmatizándolos como empleados de Clarín, es decir
desconociendo el origen político de la representación parlamentaria.
Desde ese punto de vista Di Tullio la juega de indignada porque la
oposición propone derogar leyes kirchneristas. No parecer recordar Di
Tullio que el krichnerismo, para la compra de la franquicia de los
derechos humanos, en 2003 hizo algo más que derogar: anuló las leyes de
obediencia y punto final. Allí, con la complicidad del progresismo, se
llevaron puestos varios principios del Derecho Penal afectando la
esencia del sistema republicano. El proceso de intencionado deterioro
institucional apenas comenzaba.
Pasada una década de aquel dislate, la diputada kirchnerista no tiene empacho en decir que "la
oposición no es un contrapoder, si leés la Constitución desde que
empieza hasta que termina en ningún lado dice que la minoría es un
contrapoder". Esta frase tiene la misma sintonía totalitaria de Diana Conti afirmando que en la democracia el que gana se queda con todo.
Pareciera que la comprensión de textos de Juliana Di Tullio,
psicóloga social, no va más allá de la literalidad de jardín de infantes
con textos tales como "Mamá me ama", y quizá la Constitución Nacional
sea demasiado compleja para su entendimiento.
Solamente desde la falencia intelectual, o desde el más absoluto cinismo
totalitario, puede negarse a la oposición democrática y republicana su
rol de contrapoder. Desmiente a Di Tullio la sola existencia de
distintas mayorías requeridas para distintos actos de la vida
parlamentaria, pero también, y en forma muy explicita, el Art. 85 fija
el rol de la oposición como contrapoder:
Artículo 85.- El control externo del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos, será una atribución propia del Poder Legislativo.
El examen y la opinión del Poder Legislativo sobre el desempeño y situación general de la administración pública estarán sustentados en los dictámenes de la Auditoría General de la Nación.
Este organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional, se integrará del modo que establezca la ley que reglamenta su creación y funcionamiento, que deberá ser aprobada por mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara. El presidente del organismo será designado a propuesta del partido político de oposición con mayor número de legisladores en el Congreso.
Tendrá a su cargo el control de legalidad, gestión y auditoría de toda la actividad de la administración pública centralizada y descentralizada, cualquiera fuera su modalidad de organización, y las demás funciones que la ley le otorgue. Intervendrá necesariamente en el trámite de aprobación o rechazo de las cuentas de percepción e inversión de los fondos públicos.
Es indignante para la conciencia cívica y el respeto constitucional el
alevoso ninguneo de la oposición que surge de las palabras de la jefa
del bloque de diputados del FPV. En su concepción dianacontesca de la
democracia parlamentaria Juliana Di Tullio cree que los diputados
opositores "lo que deberían hacer es construir las mayorías
necesarias para lograr consensos en un cuerpo colegiado y sacar
proyectos de ley que son de su propio interés"; es decir: esperar a ser mayoría.
Juliana Di Tullio y Diana Conti, comunistas stalinistas. |
Toda la cháchara kirchnerista de Juliana Di Tullio responde a la
concepción totalitaria propia del stalinismo, y sumando el capítulo
parlamentario del relato dice: "me preocupa que la oposición no haya elegido el camino ni de la democracia, ni de las instituciones, ni de la política".
Eso es afirmar que todo el que no comulga con el kirchnerismo está en
contra de la democracia, de las instituciones y de la política, porque
todo eso es exclusivamente el kirchnerismo.
El régimen kirchnerista, ignorando la Constitución Nacional, ha hecho de
la democracia una vulgar compulsa estadística, ha vaciado de contenido
republicano a todas las instituciones bajo su órbita y puesto a la
obsecuencia donde debía estar la lealtad, y desde la manía refundacional
plagada de mentiras para el manejo orwelliano de la historia, Di
Tullio vuelve a denostar a la oposición por negarse a aceptar la
perpetuación del kirchnerismo:
"Esta reacción antidemocrática no es nueva en la Argentina. La
aparición de Néstor y Cristina lo que hizo, le guste a quien le guste y
le pese a quien le pese, fue garantizar sesenta años más de peronismo. Y
lo que veo cada vez que hay sesión en el Congreso es una nueva forma de
antiperonismo muy conocido, muy antidemocrático, muy oprobioso y muy
agresivo. El antiperonismo o la síntesis más popular que sería el
gorilismo, es una reacción emocional. Después lo que hacen es tratar de
vestirla con algún argumento intelectual, pero lo que se observa es que
la aparición de Néstor y de Cristina vino a consolidar sesenta años más
de peronismo y eso los pone locos."
Di Tullio en la Cámara de Diputados, alineando a diputados del régimen. |
Estamos en presencia de otra comunista disfrazada del peor peronismo,
sesenta años más de la estupidez imberbe de este falso peronismo
setenista sería el exterminio de la Argentina. Hoy, pisoteada la
República, ya han logrado hacer de la Constitución Nacional una ilustre
desconocida, si supieran a ciencia cierta que duran otros cuatro años ya estarían imponiendo una nueva constitución; cuando eso pase todo estará perdido para la República y la Libertad.
Di Tullio, al igual que La Cámpora, pretende lo "irreversible" del
régimen, y como no podría ser de otra manera a lo que más le teme es al
liberalismo, porque “de un año a esta parte volvió a pleno el
discurso neoliberal, lo único que escucho de un año a hoy son las
famosas palabritas del manual del decálogo liberal”.
Y me quedo con esa frase para el final, porque ese recelo demuestra que
aún en diáspora y sin ningún instrumento político para contribuir
activamente a enderezar el rumbo del país, el liberalismo, por la sola
fuerza de la razón, sigue estando en el alma de la Nación Argentina para
ser esperanza y verdadera resistencia contra la opresión.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López