ROBO DE LA PATAGONIA: ¿QUIÉN ES DOUGLAS TOMPKINS?
Pregunta: ¿La Patagonia? ¿Qué es eso? Respuesta: Patagonia
es la vasta, inmensamente rica, escasamente poblada, área austral de Sudamérica,
extendida desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico. Compartida por
Argentina y Chile, la Patagonia ha sido por más de un siglo un objetivo claro
de la élite de poder global, siendo catalogada como su futuro “refugio”.
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Pero primero vayamos a conocer al personaje protagonista de
esta historia y sus motivaciones.
A mediados de los 90, un empresario multimillonario ligado
al grupo internacional Rockefeller, Douglas Tompkins, presidente de la
fundación Deep Ecology, comenzó a adquirir enormes extensiones de bosques
vírgenes en el sur de Chile, con la aparente intención de crear el parque
privado más grande del mundo, con cerca de 300.000 hectáreas. Tras conseguir el
reconocimiento de su parque por el Gobierno de Chile, Tompkins ha continuado
extendiendo sus posesiones territoriales en Chile.
Hoy, sus territorios y los de sus asociados superan
ampliamente las 400.000 hectáreas, y han cortado literalmente a Chile en dos.
Lo más grave de este asunto es lo oscuro de las intenciones del magnate.
Supuestamente actuaría con fines conservacionistas, pero
curiosamente las regiones adquiridas no están ni han estado nunca amenazadas.
De hecho, están casi deshabitadas - mas ahora que Tompkins esta forzando la
salida de los pocos colonos que aun viven en esas latitudes. Pero Tompkins no
es el único multimillonario extranjero adquiriendo vastos terrenos vírgenes.
También Rick Klein, David Syre, Jan Mosse, Timmy Goldsmith, James Goldsmith,
Jeremy Henderson y un tal Schidlowsky, entre otros, han comprado enormes
porciones de tierra no solo en el sur de Chile, sino también del sur argentino.
Curiosamente, todos son importantes miembros de organizaciones ecologistas
(Deep Ecology, Ancient Forest International, World Tree Foundation, etc.)
Dichas extensiones, al ser adquiridas por fundaciones u organismos constituidos
como sujetos de derecho internacional, quedan sujetas a las leyes de compra de
los Estados Unidos, lo que constituye un gravisimo antecedente en contra de la
efectiva soberanía chilena en dichos territorios. Ahora bien, si nos remontamos
a la década del 60, durante la administración Kennedy, el gobierno
norteamericano quiso reevaluar la efectividad de su política imperialista.
Debido a que los conflictos bélicos estaban teniendo un
costo político demasiado alto (recordemos la Segunda Guerra Mundial, Corea,
Vietnam), acordaron estudiar una mejor forma de mantener su dominio sin la
necesidad de la guerra convencional. Para esto, se reunió a doce de sus mejores
científicos, sociólogos y psicólogos en la Universidad de Houston, financiados
por Rockefeller, quienes crearon el denominado "Iron Mountain Plan",
y que elaboraba como solución la utilización de la preservación del
medioambiente. Es decir, la "ecologia", al ser una causa tan noble y
de relevancia universal, seria difícil que encontrara opositores.
Así, comenzó
la creación y la ofensiva de innumerables grupos "ecologistas",
manipulados por los intereses norteamericanos. Ya que para nadie es un misterio
el que Estados Unidos sea a su vez controlado por la consabida cúpula
hegemónica, bien podemos afirmar que es esta cúpula la que esta detrás de la
ecología. Y si vemos que la compra de territorios en Chile yArgentina esta
siendo efectuada por estos mismos grupos ecológicos, es cosa de saber sumar dos
y dos.
Aun así, la real dimensión de esta situación la obtenemos
analizando a Theodor Herzl, el fundador ideológico del Estado de Israel. En su
libro "Der Judenstadt", de 1897, Herzl evalúa dos opciones para la
ubicación geográfica del Estado de Israel: Palestina y la Patagonia. Asimismo,
afirma que en cincuenta años habrá un estado judío en Palestina, pero lo que
realmente importa es que en cien años habrá un estado judío en el cono sur de
Sudamérica, pues por la escasez de habitantes y la riqueza de recursos seria
"la Tierra Prometida". Si a todo esto le sumamos la impresionante
cantidad de israelíes que están visitando el sur de Chile - muchos como parada
obligatoria después de haber hecho su servicio militar en Israel -,
abiertamente hablando de que esta seria su "tierra prometida",
poniendo carteles en hebreo por doquier y desapareciendo por meses dentro de
las tierras de Tompkins, vemos que las garras del "pueblo elegido",
bajo la sombra de Herzl y su profecía, se abalanza rauda y sin piedad hacia nuestra
amada tierra. Parece cuento sacado de un libro de ficción, y para los que me
conocen parecería trauma sobre la cuestión judía, pero me parece aberrante
desconocer dicha información. Si alguien se interesa por saber más sobre el
tema puede decir que cuento con un par de cartas enviadas por Tompkins a
colonos y otras que lo vinculan al ministerio de bienes raíces.
Volvamos a la Patagonia
Mientras observamos el desastre que han hecho de nuestro
mundo, aquel “futuro” puede que esté al otro lado de la esquina. Apuntada por
el Movimiento Sionista Internacional, esta silenciosa toma de la Patagonia ha
progresado dramáticamente en años recientes; no a través de la guerra y la
invasión, sino mediante adquisiciones territoriales, infiltración económica,
quintas columnas israelíes, apoyo mediático global y posicionamiento
geopolítico.
La vez pasada, la furia emergió en Chile luego de que un
grupo de “mochileros” israelíes prendieran fuego al bosque virgen del Parque
Nacional Torres del Paine en la Patagonia. ¿El sospechoso? Un tal Rotem Singer,
quien estaba “turisteando en la Patagonia” con otros “mochileros” israelíes.
Éstos insistieron su inocencia en declaraciones a la radio militar de Israel.
Las autoridades chilenas, no obstante, lo detuvieron, e incluso el presidente
Piñera manifestó su preocupación.
¿Por qué tanta preocupación? Por décadas, jóvenes oficiales
del ejército israelí, camuflados como turistas y mochileros, han estado
estudiando, mapeando y viajando alrededor de esta vasta, rica y escasamente
poblada región, conspirando, planeando…¿preparando el futuro?
Esto no es nada nuevo. Hace 26 años, el 5 de junio de 1986,
el principal periódico de Argentina, el tradicional y prestigioso “La Nación”,
publicó un artículo bajo el título “Estudian el asentamiento de una colonia
judía en Santa Cruz”, citando a israelíes que estudian el área, quienes
manifiestan “este es un proyecto largamente acariciado”. Se afirma que éstos
“realizan un relevamiento de la zona, para estudiar el clima, la flora, la
fauna y las riquezas potenciales del lugar”.
Por décadas, los israelíes han estado “surcando”
sistemáticamente por esta región gracias a la extrema flexibilidad de los
gobiernos sucesivos de la Argentina, todos extremadamente permeables y sumisos
a la influencia sionista. Esto quedó evidenciado en septiembre de 2003, cuando
el entonces General en Jefe del Ejército argentino, Roberto Bendini, fue
forzado a renunciar por un escándalo mediático alimentado por el lobby sionista
local de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelíes de Argentina), luego que
Bendini expresara su preocupación por oficiales israelíes haciéndose pasar por
“mochileros inocentes”. Nuevamente el periódico “La Nación” del 30 de
septiembre de 2003, explicó que “En cuanto a los israelíes, importa advertirlo:
que los hay en la Patagonia, los hay. Se mueven en grupos, son jóvenes y
hablan, entre ellos en hebreo. Una buena parte viene de la milicia. Acaban de
quitarse el uniforme del ejército israelí."
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Existe entonces una razón justificada de preocupación entre
argentinos y chilenos. Especialmente cuando consideras que el padre fundador
del sionismo internacional, Theodor Herzl, escribió en 1896 en su libro “El
estado judío” (en un capítulo con el importante título, “¿Palestina o
Argentina?”) cosas como “Debemos elegir, ¿Palestina o Argentina?... Argentina
es, por naturaleza, uno de los países más ricos de la Tierra, con un inmenso
territorio, población escasa y clima moderado. La República Argentina tendría
el interés más grande de cedernos parte de su territorio”.
Avancemos a 2002, cuando, como reportamos en un reciente
artículo de RT, Argentina colapsó sufriendo su peor crisis financiera, y el New
York Times sugirió que el país debiese vender la Patagonia para pagar su deuda
soberana.
Y en ese entonces teníamos a personas como Eduardo Elsztain,
el terrateniente más grande de la Argentina, quien “resulta ser” el socio local
del magnate y especulador judío-americano-húngaro George Soros (parte del
Consejo de Relaciones Exteriores y la Comisión Trilateral). Elsztain posee
grandes extensiones de tierra a lo largo de la Patagonia y también “resulta
ser” director ejecutivo del Congreso Mundial Judío y un activo militante del
movimiento sionista Jabad Lubavitch.
Elsztain no está solo en acumular millones de hectáreas de
tierras argentinas usando sus miles y miles de millones en dinero. Se asocia
informalmente con Carlo y Luciano Benetton, Ted Turner de CNN y TNT, Douglas
Tompkins (eco-billonario estadounidense que posee tierras especialmente en
Chile), Joseph Lewis (el propietario británico de Planeta Hollywood), Daniel
Lerner de Walt Disney Enterprises, Ward Lay con fama en las patatas fritas, e
incluso el ex Secretario del Tesoro de Bush y director ejecutivo de Goldman
Sachs, Henry Paulson, a través de la ONG The Nature Conservancy.
Pero los sionistas no están solos en esto. El Telegraph de
Londres titulaba un artículo el 2 de enero de 2012 recomendando que “un
submarino nuclear sea enviado a las Islas Malvinas (justo en las afueras de la
Patagonia) para ilustrar la furia británica por la decisión de países
sudamericanos de prohibir botes que porten la bandera de las islas”, agregando
que “Gran Bretaña debiese… realizar ejercicios militares en respuesta a la
‘agresiva’ decisión de Argentina, Brasil y Uruguay de cerrar los puertos a navíos
que lleven la bandera ‘ilegal’ de las Islas Malvinas”, ocupada por Gran Bretaña
desde 1833 y convertida en una poderosa base militar nuclear después de la
guerra de las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido.
El Telegraph concluye diciendo que “nadie debiese tener
dudas sobre el compromiso del gobierno británico de apoyar esta área, la cual
involucra una vasta extensión de potenciales aguas ricas en minerales en el
Atlántico Sur”.
¿Necesitamos recordar a los lectores que Gran Bretaña ha
sido un principal motor del movimiento sionista, desde que su Declaración
Balfour de 1917 trazó el camino que llevó a la violenta creación de Israel en
1948, por organizaciones terroristas financiadas como Irgun Zvai Leumi, Stern y
Hagganah?
Oficina de Exteriores Noviembre 2, 1917
Estimado Lord Rothschild
Me place transmitirle, en nombre del Gobierno de Su
Majestad, la siguiente declaración de simpatía con las aspiraciones
Judio-Sionistas que han sido presentadas al Gabinete, y aprobadas por el mismo.
El Gobierno de Su Majestad ve con ojos favorables el
establecimiento en Palestina de una patria nacional para el pueblo judío, y se
esforzará lo más posible para facilitar la consecución de este objetivo,
quedando claramente en tendido que no se hará nada que pueda perjudicar los
derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en
Palestina, o los derechos y el estatus político de que gozan los judíos en
cualquier otro país.
Le agradecería que pusiera esta
comunicación en conocimiento de la Federación Sionista.
Sinceramente suyo
Arthur James Balfour.
Ministro
de Asuntos Exteriores británico a los dirigentes del movimiento sionista.
Noviembre de 1917.
¿Están las élites preparándose para apoderarse de la Patagonia
de una buena vez?
Una cosa es segura: ni la Argentina, ni Chile, ni ningún
otro país en Sudamérica, quiere ver a la Patagonia convertida en una nueva
Palestina. El mundo ha visto suficiente terrorismo sionista en aquellas
tierras.
Ref: la independiente







