miércoles, 8 de mayo de 2019

Película sobre Garabandal en Argentina









Película sobre Garabandal en Argentina
No soy «aparicionista»; tampoco «anti».
Están los Evangelios, el Credo, los mandamientos, la Sagrada Tradición…, y bastante ya tenemos con eso. Pero a pesar de todo, pareciera que Dios se esmerase en salvarnos…
¿Será éste el caso de Garabandal? No lo sé.
– «¿Pero es verdad lo de Garabandal, Padre?»
– No-lo-sé. No soy la Iglesia. Però…, se non è vero è ben trovato
Venga este comentario, de todos modos, acerca de la última película que acaba de estrenarse en Argentina al respecto.
La vi en una avant-première. Y vale la pena. Vale la pena.
Aunque «sólo Dios sabe…»
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE

En Argentina no estará en todas las provincias, pero al menos pasamos aquí los lugares y fechas de donde podrá verse.
FECHA DE ESTRENO: 9 DE MAYO
En BUENOS AIRES, en seis salas:
– Hoyts Abasto. Horario 15:30 y 20:30. Abasto Shopping.
– Hoyts Quilmes. Horario 15:30 y 20:30. Quilmes Factory.
– Hoyts Temperley. Horario 15:30 y 20:30. 
– Cinemark Tortugas. Horario 20:30. Tortugas Open Mall.
– Hoyts Moreno. Horario 15:30 y 20:30. Nine Shopping.
– Cinemark Malvinas Argentinas. Horario 15:30 y 20:30. 
En ROSARIO:
 
– Hoyts Rosario. Horario 15:30 y 20:30. 
En MENDOZA:
– Cinemark Palmares Mendoza. Horario 15:30 y 20:30. Palmares Open Mall.
En SALTA:
– Hoyts Salta. Horario 20:30. Shopping Alto Noa.
En NEUQUÉN:
– Cinemark Neuquen. Horario 20:30. 
En CÓRDOBA:

– Hoyts Patio Olmos. Horario 20:30

Sobre Garabandal. Solo Dios sabe»
Por el P. Justo Antonio Lofeudo
He leído y escuchado comentarios sobre “Garabandal, sólo Dios lo sabe”, la película que en estos días a tantos amantes de la Santísima Virgen y también a curiosos sobre aquellos acontecimientos está atrayendo y dando que hablar. Entre aquellas opiniones me gustó particularmente la del director de cine Juan Manuel Cotelo y la del ex ministro Jorge Fernández Díaz. Como se me ha pedido que  también dé una opinión, pues aquí va.
Lo inmediato a decir es que este largometraje deja un mensaje claro, muy claro: Garabandal no es asunto del pasado al que hay que archivar. Garabandal es actual y por tanto no sólo abierto a mayor estudio sino imprescindible, urgente conocer y visitar. Claro, esta vez el estudio debe ser muy serio porque más que merecerlo lo exige la necesidad de los fieles de saber qué realmente pasó en aquellos años en aquella aldea cántabra. Lo exige además la reparación debida a las entonces niñas por la injusticia cometida. Pero, por sobre todo hay dos motivos aparejados que hacen la exigencia impostergable y urgente: la reparación debida al Cielo, porque si la Virgen apareció y habló no fue para ser ignorada por su Iglesia, de la que es no sólo el miembro más encumbrado sino su misma Madre, y lo exige nada menos que la salvación de muchas almas. Entonces, si la percepción correcta es que con “Garabandal, sólo Dios lo sabe” se está buscando abrir el caso, porque estuvo viciado de falsedades que sofocaron el mensaje y las exigencias son las aludidas, mi impresión general es que el cometido perseguido ha sido bien logrado.
La película en sí presenta una línea conductora de los acontecimientos y dos hechos fundamentales que abren y cierran el relato. El conjunto es la clave del mensaje a transmitir.
La línea directriz del guión recae en el personaje real del Brigada de la Guardia Civil -desconfiado y de espíritu indagatorio por profesión-, como testigo directo de todos los acontecimientos. La observación suya del comportamiento de las niñas, de los fenómenos y de las personas terminan por convencerlo de la verdad de aquellos hechos. La ingenuidad de las niñas, al tratar de simular un éxtasis, sirvió incluso como contraprueba al Guardia Civil para reafirmar la autenticidad de las manifestaciones sobrenaturales.
Sin embargo, lo esencial de la película son las negaciones que abren y cierran la trama. La primera negación es la de Conchita, en la que se pone de manifiesto la insoportable e injustísima presión que sobre la niña ejercen las autoridades eclesiásticas. Sea dicho al pasar, tanto el sacerdote “Vergara” de la comisión como el obispo “Mons. Ortega”, son los únicos personajes ficticios, y creo que son así presentados por prudencia, evitando identificarlos con los verdaderos protagonistas para no convertir la película en polémica ni denunciar a nadie personalmente ya que el propósito –a mi parecer- era otro: reabrir el caso Garabandal y despertar a los mensajes de la Santísima Virgen. Análogamente, con respecto a los mensajes, se mencionan pero no están propiamente en el centro, incluso hubo alguna poda significativa porque en el segundo mensaje la Santísima Virgen, por medio del Arcángel San Miguel, dice que muchos son “los cardenales, obispos y sacerdotes”. Pues bien, no se menciona a los cardenales. Otra prueba que el propósito no es molestar a nadie, alzando un dedo acusador, sino reflotar la autenticidad de Garabandal. De todos modos, debemos agregar, lo dicho por la Virgen dicho está. La opinión que los realizadores del largometraje quisieron centrarse en rescatar a Garabandal del olvido provocado por una condenación al silencio bajo el pretexto del veredicto del “non constat” (no consta la sobrenaturalidad de lo acontecido) lo prueba el hecho que casi no se mencionen los tres fundamentales acontecimientos asociados a las apariciones, es decir los futuros Aviso, Milagro y eventual Castigo. Fue ésta, sin duda alguna, una decisión acertadísima porque hasta ahora muchos han seguido Garabandal no por lo esencial, que son los mensajes, sino por una malsana curiosidad y mucho se aventuró en fechas que, desde luego, no se cumplieron y hasta hicieron a varios descreer.
La última negación del cierre es la del neuropsiquiatra Dr. Morales, jefe de la comisión diocesana, nombrada por el primer obispo, para determinar si los hechos eran verdaderos o fraguados.
El contraste de ambas negaciones es formidable y la conclusión final no puede ser otra que la de invalidar totalmente la primera negación. En efecto, en el caso de Conchita, cuando niega haber visto a la Virgen la declaración fue sacada bajo  tremenda presión.  Baste pensar que Conchita, como las otras niñas, crecía y vivía en un ambiente donde el sacerdote era intocable y lo que dijese un obispo era poco menos que palabra del mismo Dios a quien había que obedecer. Pues esas autoridades le decían que nada había visto, que todo era obra de la imaginación y que si no negaba iría al mismísimo infierno. Incluso aún más grave, y esto no aparece en la película porque han desdramatizado lo que realmente ocurrió, la amenaza no recaía sólo en ellas sino que excolmugarían –decían- a toda la familia.
En tanto la segunda negación, la del Dr. Morales, era acto voluntario, que llegaba después de 20 años de los acontecimientos, por tanto cabe interpretarla como un acto moral de reparación dictado por su conciencia. Ocurrió el 30 de mayo de 1983, cuando el Dr. Morales dio una conferencia en la que dijo que con el Sr. Obispo (en aquel entonces Mons. Galo del Val) querían públicamente se dijese que: 1) Garabandal es verdadero; 2) Garabandal debía ser puesto a la altura de Fátima y de Lourdes, y 3) lo experimentado por las niñas son objetivaciones de experiencias subjetivas. Luego pidió que el caso de San Sebastián de Garabandal fuera estudiado de nuevo, porque lo que allí pasó es absolutamente inexplicable. Este fue un hecho contundente, histórico y comprobable.
Admitió además el Dr. Morales –en aquella confesión pública- que el juicio negativo de los obispos de los últimos veinte años se debían a los informes de la comisión que él presidía, es decir a sus propios informes y que éstos no se ajustaban a la verdad, esto es que eran falsos. Por tanto, no sólo Garabandal es cuestión abierta a una seria indagación sino que saber todo esto que nos presenta la película debe ser aliciente para conocer los mensajes y hasta para peregrinar a donde se desarrollaron los acontecimientos y -por lo menos- rezar en Los Pinos.
Opino que la mayor prueba de autenticidad de lo ocurrido en aquellos años de la década de los 60 son los mensajes. Increíblemente actuales y no sólo imposibles de ser inventados por unas niñas a quienes mencionar sacerdotes yendo a la perdición escandalizaba además de ser totalmente ignaras de la situación de la Iglesia sino también imposibles de fraguar para la mayoría hasta de teólogos que pensaban en una nueva primavera para la Iglesia. Esta prueba es más contundente que los éxtasis y las experiencias sobrenaturales que todos los que allí iban podían comprobar.
Los mensajes, mencionados casi al pasar en la película, son dos: del 18 de octubre de 1961 y del 18 de junio de 1965.
Garabandal gira en torno a la Eucaristía, a la que “cada vez se le da menos importancia”. La Eucaristía está en el centro de ambos mensajes, la Eucaristía que las niñas recibían del Ángel, la Eucaristía del “milagrucu”. Y, por supuesto, en el llamado urgente a la conversión personal y de la Iglesia. Como advertiría con dolor y preocupación el Beato Pablo VI al final de su pontificado, la Iglesia se estaba “protestantizando”. Mientras algunos miembros de la Iglesia sofocaban lo acontecido en la recóndita aldea de Cantabria, los mismos y otros provocaban la devastación litúrgica y la banalización de la Eucaristía volviéndola menos que un símbolo, una mera cosa.
En aquellos años el Cielo se había abierto y la Madre de Dios y Madre nuestra (como quería se la mencionara en cada Avemaría) venía con su presencia, sus gestos, a decirnos muchas cosas y nos habló a través de aquellas niñas escogidas, que no fueron oídas. En el silencio de ya más de 50 años -en los que es de destacar la obediencia de las protagonistas a pesar del ultraje a que fueron sometidas-, las piedras de la Calleja, los pinos de la aldea alzaban su clamor: “¡Ha sido verdad! La Virgen os ha hablado y la mayoría de vosotros lo habéis ignorado mientras otros permanecieron indiferentes y sordos al llamado. Mirad qué han hecho del Cuerpo del Señor, de la Santa Misa. Ved qué se enseña en seminarios y hasta en facultades de teología. No sólo no habéis cambiado de vida sino que cada vez vivís más alejados de Dios. Buscáis nada más que vuestro placer y os repugna el sacrificio y la penitencia. Muchos de vuestros pastores os llevan por caminos de perdición”. Porque los caminos de perdición no son sólo las perversiones sexuales o los enriquecimientos de parte del clero. Eso provoca dolor y escándalo, hace que muchos descrean de la Iglesia y abandonen a Cristo por causa de algunos miembros corruptos, pero aún más devastador para las almas es falsear la Palabra de Dios, inducir a la apostasía, traicionar la misión de la Iglesia, traicionar al Señor. Bienvenida la película que, intuyo, es parte del plan de Dios para este último tiempo.
Una última reflexión: Más de una vez me pregunté porqué el Señor había permitido las negaciones de quienes eran protagonistas del drama, las niñas videntes, negaciones que habían sido incluso preanunciadas por la misa Virgen. ¿Por qué? Encuentro la respuesta de las negaciones como un signo profético de lo que habría de venir. Algo así como el matrimonio de Oseas o los gestos que cumplen Ezequiel o Jeremías ante el pueblo por lo que habría de llegarles. Como en esos casos del Antiguo Testamento, la negación de las niñas será el signo de las negaciones en la Iglesia de Cristo, de la apostasía. Signo profético también de la gran confusión en la que estamos viviendo.
Como profetizó el Santo Padre Pío: tarde lo estamos viendo. Esta película nos llega ahora para que, quizás por última vez, después de la última advertencia del segundo mensaje que la copa de la ira de Dios rebosa, oigamos al Cielo y nos convirtamos.
P. Justo Antonio Lofeudo