1.2. La cultura de la muerte y cómo combatirla
Sería un gran error considerar que la labor de los que defendemos la
vida es "anti-aborto". ¡No! Nuestra labor es a favor de la vida humana.
Pero la vida humana está naturalmente correlacionada con el amor y la
sexualidad humana, con el noviazgo como preparación
sico-afectiva-espiritual para el matrimonio, el matrimonio mismo y la
familia. Todo este conjunto de realidades humanas maravillosamente
VITALES no se puede separar del ejercicio de las virtudes, los hábitos y
los valores.
El aborto y la "eutanasia" no son más que la puntita del iceberg. Debajo hay una terrible subversión de las realidades humanas más fundamentales; una visión utilitarista, materialista y pragmática del ser humano, que lleva a una postura ANTIVIDA y ANTIFAMILIA.
El aborto y la "eutanasia" no son más que la puntita del iceberg. Debajo hay una terrible subversión de las realidades humanas más fundamentales; una visión utilitarista, materialista y pragmática del ser humano, que lleva a una postura ANTIVIDA y ANTIFAMILIA.
Y esta mentalidad antivida y antifamilia generalizada trae
como consecuencia lo que el Papa Juan Pablo II ha llamado "la cultura de
la muerte".
En la cultura de la muerte el ser humano no es considerado como un todo personal, sino como un "prototipo" de piezas separables e inconexas entre sí: Sexualidad humana separada del amor y la vida conyugal o matrimonio (amigos con derecho, prostitución, parejas de hecho, etc.) y de la vida (contracepción y aborto). Procreación separada de acto sexual (inseminación artificial, fecundación in vitro, clonación, etc. ). Placer sexual separado de acto sexual (todo tipo de pornografía). Actos sexuales realizados en contradicción con la natural complementariedad de los sexos masculino y femenino (homosexualismo) y un largo etc. La finalidad última en este tipo de "postulados" es la búsqueda de un placer egoísta que tarde o temprano asume una postura nihilista (suicida).
El hombre y la mujer "descuartizados antropológicamente" en aras de un placer que o no llega o no permanece o no satisface, pierden el sentido de su propio ser; pierden de vista su UNIDAD PERSONAL, que no depende de sus actos, ni de cuanto tienen , ni de cuanto se satisfacen, y terminan perdiendo de vista su propia dignidad y la de los demás. En este estadio nada tiene sentido: Amor, vida, familia, amistad... Sólo queda la "nada", el vacío y la muerte como "solución" a una vida que -desde esa perspectiva materialista- no ofrece nada.
¿Qué nos toca a nosotros en el Movimiento Provida y Profamilia? Nos toca recuperar la verdad de las cosas, nos toca mostrarles a todos los hombres y mujeres, paso a paso, con paciencia, con originalidad, con alegría, con coherencia, con convecimiento, con amabilidad, con nuestra propia vida; todas y cada una de estas maravillas del amor de Dios: La vida, el amor, la sexualidad vivida humana y delicadamente, la amistad verdadera, el noviazgo, el matrimonio, la familia.
Sin embargo, es justo decir, que en medio de este des-concierto de ideas, acciones o políticas antivida y antifamilia y de situaciones humanas y personales verdaderamente dramáticas y no pocas veces extremas; es fácil caer en el utilitarismo y el pragmatismo que intentamos revertir. Es aquí donde empiezan las INCOHERENCIAS, que tanta eficacia le restan a la labor provida y profamilia.
Por ejemplo, habrá quien diga: "No acepto el aborto quirúrgico pero estoy de acuerdo con la contracepción" (hormonales [píldoras, parches, inyectables, etc.] y diu's o aparatos, que igualmente son abortivos). "Reconozco que la promiscuidad está haciendo estragos entre los jóvenes, pero acepto la promoción del condón entre ellos (sin tomar en cuenta, que la misma mentalidad pro-condón alimenta una postura utilitarista de la sexualidad y -basada en una falsa seguridad- lleva a la misma promiscuidad que se quería contrarrestar). Insisto en que la situación que enfrentamos es diversísima y compleja; pero, aún así, no podemos permitirnos incoherencias en este campo.
Continuamente escuchamos slogans que se nos van quedando: "sexo seguro", "derecho de la mujer a rechazar un embarazo no deseado", "interrupción del embarazo", "producto de la concepción", etc. Pues bien, si nos descuidamos, toda está terminología puede hacer mella en nosotros. Por eso, la primera actitud de un hombre o mujer provida es luchar contra la SUPERFICIALIDAD. Estudiar a fondo cada postura, cada aseveración, y correlacionarla con el todo: Vida humana, amor, familia, fines y dignidad (razón de ser) de la sexualidad humana, matrimonio, familia.
En la práctica te darás cuenta de algo. La mayoría de los que promueven la cultura de la muerte coinciden MONOLÍTICAMENTE en lo siguiente: Legalización del aborto quirúrgico y la "eutanasia", promoción masiva y agresiva de los métodos anticonceptivos y anti-implantatorios (abortivos), promoción GLBT ("gays", lesbianismo, "bisexualismo" y "transexualismo"), clonación, fecundación artificial (inseminación, FIVET), experimentación con embriones, bancos de semen y de óvulos, promoción de "matrimonios" de personas del mismo sexo y de la adopción de niños por parte de estos, promoción de las uniones libres, etc. La IPPF y sus filiales, la ONU y sus oficinas (FNUAP, UNICEF, ONUSIDA, etc.), el grueso de los medios de comunicación, las compañías farmaceúticas, las ong's de feministas radicales y "homosexuales"; casi todos ellos coinciden en estos postulados y prácticas antivida y antifamilia. Métete en internet, lee artículos antivida y antifamilia, lleva un muestreo de quienes apoyan este tipo de acciones e ideas, y te darás cuenta de que son básicamente los mismos con sus redes. Hay otra constante: Muchos de estos grupos son furibundamente ANTICATÓLICOS.
En esta labor es muy importante la COHERENCIA PERSONAL Y COLECTIVA en los principios que defendemos y queremos promover.
Nota: El Padre Argenis es el fundador y asesor espiritual de la organización Voluntarios por la Vida en Venezuela, afiliada a Vida Humana Internacional.
En la cultura de la muerte el ser humano no es considerado como un todo personal, sino como un "prototipo" de piezas separables e inconexas entre sí: Sexualidad humana separada del amor y la vida conyugal o matrimonio (amigos con derecho, prostitución, parejas de hecho, etc.) y de la vida (contracepción y aborto). Procreación separada de acto sexual (inseminación artificial, fecundación in vitro, clonación, etc. ). Placer sexual separado de acto sexual (todo tipo de pornografía). Actos sexuales realizados en contradicción con la natural complementariedad de los sexos masculino y femenino (homosexualismo) y un largo etc. La finalidad última en este tipo de "postulados" es la búsqueda de un placer egoísta que tarde o temprano asume una postura nihilista (suicida).
El hombre y la mujer "descuartizados antropológicamente" en aras de un placer que o no llega o no permanece o no satisface, pierden el sentido de su propio ser; pierden de vista su UNIDAD PERSONAL, que no depende de sus actos, ni de cuanto tienen , ni de cuanto se satisfacen, y terminan perdiendo de vista su propia dignidad y la de los demás. En este estadio nada tiene sentido: Amor, vida, familia, amistad... Sólo queda la "nada", el vacío y la muerte como "solución" a una vida que -desde esa perspectiva materialista- no ofrece nada.
¿Qué nos toca a nosotros en el Movimiento Provida y Profamilia? Nos toca recuperar la verdad de las cosas, nos toca mostrarles a todos los hombres y mujeres, paso a paso, con paciencia, con originalidad, con alegría, con coherencia, con convecimiento, con amabilidad, con nuestra propia vida; todas y cada una de estas maravillas del amor de Dios: La vida, el amor, la sexualidad vivida humana y delicadamente, la amistad verdadera, el noviazgo, el matrimonio, la familia.
Sin embargo, es justo decir, que en medio de este des-concierto de ideas, acciones o políticas antivida y antifamilia y de situaciones humanas y personales verdaderamente dramáticas y no pocas veces extremas; es fácil caer en el utilitarismo y el pragmatismo que intentamos revertir. Es aquí donde empiezan las INCOHERENCIAS, que tanta eficacia le restan a la labor provida y profamilia.
Por ejemplo, habrá quien diga: "No acepto el aborto quirúrgico pero estoy de acuerdo con la contracepción" (hormonales [píldoras, parches, inyectables, etc.] y diu's o aparatos, que igualmente son abortivos). "Reconozco que la promiscuidad está haciendo estragos entre los jóvenes, pero acepto la promoción del condón entre ellos (sin tomar en cuenta, que la misma mentalidad pro-condón alimenta una postura utilitarista de la sexualidad y -basada en una falsa seguridad- lleva a la misma promiscuidad que se quería contrarrestar). Insisto en que la situación que enfrentamos es diversísima y compleja; pero, aún así, no podemos permitirnos incoherencias en este campo.
Continuamente escuchamos slogans que se nos van quedando: "sexo seguro", "derecho de la mujer a rechazar un embarazo no deseado", "interrupción del embarazo", "producto de la concepción", etc. Pues bien, si nos descuidamos, toda está terminología puede hacer mella en nosotros. Por eso, la primera actitud de un hombre o mujer provida es luchar contra la SUPERFICIALIDAD. Estudiar a fondo cada postura, cada aseveración, y correlacionarla con el todo: Vida humana, amor, familia, fines y dignidad (razón de ser) de la sexualidad humana, matrimonio, familia.
En la práctica te darás cuenta de algo. La mayoría de los que promueven la cultura de la muerte coinciden MONOLÍTICAMENTE en lo siguiente: Legalización del aborto quirúrgico y la "eutanasia", promoción masiva y agresiva de los métodos anticonceptivos y anti-implantatorios (abortivos), promoción GLBT ("gays", lesbianismo, "bisexualismo" y "transexualismo"), clonación, fecundación artificial (inseminación, FIVET), experimentación con embriones, bancos de semen y de óvulos, promoción de "matrimonios" de personas del mismo sexo y de la adopción de niños por parte de estos, promoción de las uniones libres, etc. La IPPF y sus filiales, la ONU y sus oficinas (FNUAP, UNICEF, ONUSIDA, etc.), el grueso de los medios de comunicación, las compañías farmaceúticas, las ong's de feministas radicales y "homosexuales"; casi todos ellos coinciden en estos postulados y prácticas antivida y antifamilia. Métete en internet, lee artículos antivida y antifamilia, lleva un muestreo de quienes apoyan este tipo de acciones e ideas, y te darás cuenta de que son básicamente los mismos con sus redes. Hay otra constante: Muchos de estos grupos son furibundamente ANTICATÓLICOS.
En esta labor es muy importante la COHERENCIA PERSONAL Y COLECTIVA en los principios que defendemos y queremos promover.
Nota: El Padre Argenis es el fundador y asesor espiritual de la organización Voluntarios por la Vida en Venezuela, afiliada a Vida Humana Internacional.