Nuestros lectores saben lo que
opinamos de las anteriores JMJ (ver aquí y aquí). La opinión global sobre esta
suerte de macro evento de optimismo compulsivo y apoteosis de la cantidad no ha
variado, porque los hechos actuales son muy semejantes a los precedentes.
En el haber de estas jornadas está sobre todo el bien sobrenatural
invisible. Dice el Aquinate con la Tradición que: “El bien del universo es superior al bien particular del individuo si se
trata del mismo género de bien. Pero el bien de la gracia de un solo individuo
es superior al bien natural de todo el universo.” (S. Th. I-II, q. 113, a. 9 ad 2). No es bueno
enceguecer voluntariamente ante el bien, por más que su carácter mistérico requiera
la mirada de la fe y demande no considerar unas formas externas muchas veces prescindibles
y siempre mejorables.
Pero en el debe de estas JMJ hay muchas cosas entre las cuales destacamos un ridículo vídeo (que puede verse en este enlace), muestra del frívolo contagio
del ambiente juvenil de la muchachada católica internacional. "Desgraciadamente la tontería es muy común entre los cristianos..." decía el beato J. H. Newman. Es lo que hay.