miércoles, 15 de octubre de 2014

Las Dos Iglesias

ECLESIALES
R. P. Alberto EZCURRA

Un texto de ayer para meditar hoy
Las Dos Iglesias
Publicado por Revista Cabildo Nº 109
Septiembre/Octubre 2014 3era.Época
¿Deso en qué consiste? Hay dos religiones que se encuentran, una es la religión del Verbo que se hizo carne y la otra es la religión del hombre divinizado. Es cierto que el Verbo se hace carne, es decir Dios se hace hombre para hacernos a nosotros hijos de Dios, es decir, para divinizarnos.
 Yo no opongo radicalmente las dos cosas, pero ¡ojo!, cuando digo la religión del hombre divinizado es la del hombre que quiere ponerse en el lugar de Dios por sus propias fuerzas, no como consecuencia de la Encarnación del Verbo, sino que el hombre por sus propias fuerzas quiere divinizarse, ocupar el lugar de Dios. Se borra todo lo que es  sobrenatural, trascendente, espiritual, eterno y en el lugar de Dios se coloca el hombre.
Esa es la expresión con la que en el siglo XIX uno de los fundadores de la doctrina social de la Iglesia define la revolución anticristiana. Quiere fundar la sociedad sobre la voluntad del hombre en vez de fundarla sobre la voluntad de Dios. El hombre en lugar de Dios. Eso aparece claro, por ejemplo, en todas las teologías de la liberación que meten dentro de la Iglesia el pensamiento marxista.
En última instancia ¿dónde está el núcleo de esas teologías? En que el paraíso es algo que se construye aquí en la tierra, no con la gracia de Dios sino con el esfuerzo del hombre que a través de la lucha de clases invierte una situación social para llegar en último término a aquello que prepare el comunismo, una sociedad sin clases y sin estado; es decir, a un paraíso en la tierra y todo el lenguaje religioso que utiliza, y por eso se siguen llamando teologías, no es nada más que una cascara o envoltura de ese paraíso en la tierra.
Y en última instancia asumen lo que es el carozo del marxismo. El marxismo no es sólo una filosofía, no es una teoría de análisis económico, es una religión; es una religión invertida, es la religión de la materia, pero que traspone invirtiéndolos, los dogmas principales del cristianismo. Desde el dogma de la Trinidad que aparece disfrazado en la dialéctica marxista, hasta el pecado original. El marxismo lo pone en la propiedad privada, como causa de todos los males que hay en el mundo. Por eso habla del redentor sufriente que es el proletariado que en su sacrificio y en la revolución construye esa sociedad que es el paraíso aquí en la tierra.
O sea ese marxismo, como religión invertida, penetra en la Iglesia a través de las teologías de la liberación. El paraíso es algo en la tierra que se conquista con el esfuerzo del hombre. El hombre en el lugar de Dios. No hay otro mundo; lo que hay que hacer es un paraíso en este mundo. •
"Tú reinarás.  Espiritualidad del laico", San Rafael, Kirios, 1994, págs. 99-101.