MINISTRO BECADO
CLAUDIO M. CHIARUTTINI
(Sin Saco y Sin Corbata).
Unánime ante una semana compleja: Es muy limitado este chico Kicillof...
26/09/2014: El ministro de Economía, Axel Kicillof, y el gobernador de
la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, recorrieron obras de
infraestructura de la provincia, provocando muchas especulaciones sobre
un binomio 2015.
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En medio de la semana que hizo saltar todas
las alarmas por el agravamiento de la situación macroeconómica, entre
rumores de cambios en el Gabinete y la creciente demanda por medidas
económicas, fiscales y cambiarias urgentes; Cristina Fernández llevó
adelante su viaje de menor impacto y con más pobre agenda desde que el
kirchnerismo es Gobierno.
Según fuentes diplomáticas, ni la presidente de Chile, Michelle
Bachelet; ni su par de Brasil, Dilma Rousseff; quisieron reunirse con
Cristina Fernández. Y si no fuera por el encuentro social con George
Soros, los 5 días que estuvo en New York, capital financiera del mundo,
la mandataria argentina no se hubiese reunido con ningún banquero,
financista, ni empresario. Incluso, ni siquiera intentó un golpe de
escena tal como hubiese sido un acercamiento con el juez Thomas Griesa o
los holdouts -con quienes desea un acuerdo que no le resulte
políticamente gravoso- para tratar de sacar a la Argentina del default.
Tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández creyeron, y creen, que su
presencia en las Naciones Unidas, con sus respectivos discursos en la
Asamblea General, fueron o son fundantes para el organismo
internacional. Nunca el matrimonio Kirchner entendió ni las reglas ni
los códigos de las relaciones diplomáticas a nivel mundial (tampoco el
canciller Héctor Timerman), el rol que le cabe a la Argentina en ese
escenario ni la capacidad/incapacidad que tiene la diplomacia argentina
para imponer posiciones políticas en el concierto de las naciones.
Es más: desde 2003 el matrimonio Kirchner organizó sus delegaciones a
encuentros internacionales, en especial a New York, como un sistema de
premios y castigos (los participantes que se suben al avión oficial: el
premio son los viáticos y el castigo es quedarse en el país), con
mensajes exclusivamente dirigidos al cabotaje gubernamental, con
discursos que apuntan exclusivamente a impactar sobre los votantes
argentinos antes que al mundo, con agendas que parecen más turísticas
que de negocios o de nivel diplomático y coberturas desde medios de
comunicación K que tapan más de lo que presentan. Todo con un estilo muy
“acto bonaerense”, es decir, casi “choripanero”.
Pero, mientras medio Gobierno jugaba a las relaciones exteriores, una
catarata de datos macroeconómicos cambió las expectativas entre los
economistas, tanto ortodoxos como heterodoxos; y la perspectiva de una
recesión “corta” o atenuada que tenían algunas consultoras económicas se
ha revertido, dado que los números muestran que hemos pasado de una
estanflación, es decir, no crecimiento del PBI con inflación a una
recesión con alta inflación.
Entre los datos negativos se destacan>:
> FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas)
informó una caída de PBI de 4% en lo que va del año,
> derrumbe de las importaciones y las exportaciones,
> imparable baja de la soja,
> caída de consumo en súper e hipermercados, con un fuerte
desplazamiento de las compras hacia los supermercados chinos y las
tiendas de descuento como “Día”;
> nueva baja en la venta de autos y en la construcción; y
> notable rechazo de los ahorristas, las empresas y las familias
hacia el peso, que se verifica con la suba de precio y volumen de
negocios del 'dólar blue' y el 'dólar contado contra liqui'.
Sin embargo, mientras los informes oficiales y privados muestran una
economía en franca caída y el blue alcanzaba los “dulces 16”, el
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informaba que la recesión
había finalizado (al crecer el PBI +0,1% en agosto), la cantidad de
trabajadores suspendidos se redujo de 13.874 a menos de 7.600 (según
dijo la ministra de Industria, Débora Giorgi, en la presentación del
empobrecido ProCreAuto II) y el Ministerio de Trabajo aseguró que agosto
fue el mes de menor cantidad de despidos en 7 años.
Así, quedaron en evidencia 2 realidades bien diferentes:
> la de los indicadores de una economía que se derrumba; y
> la de una macroeconomía que no tiene problemas y, si los tiene, es
por culpa de las automotrices, los holdouts, los medios de comunicación,
la recesión de Brasil o los productores de soja que “encanutan” sus
granos.
Una reflexión sobre lo expuesto: la incapacidad del Palacio de Hacienda
para cambiar las tendencias macroeconómicas y las expectativas de
empresarios, banqueros e inversores sólo es comparable con la
imposibilidad que tiene el Banco Central para frenar el crecimiento del
precio del blue.
En lo que va de septiembre, el directorio del Banco Central tomó las
siguientes medidas buscando bajar la presión de la demanda sobre el
blue, como parte de un proceso de reducir la brecha entre las
cotizaciones del dólar informal sobre el dólar oficial:
1. Subió las tasas de interés.
2. Esterilizó $30.000 millones del circulante.
3. Obligó a los bancos a liquidar US$500 millones que tenían en cartera.
4. Aumentó el límite de sueldo que se exige para poder acceder al “dólar
ahorro” y, junto con la AFIP; bajó las autorizaciones de compra.
5. Obligó a los exportadores a cambiar las formas y los plazos de
prefinanciación de ventas al exterior.
6. Ingresó los primeros yuanes de China y, de inmediato, fueron
convertidos a dólares que se depositaron en las reservas del BCRA.
7. Intervino activamente en el MEP (por Mercado Electrónicos de Pagos,
origen del llamado 'dólar bolsa') y en los futuros de dólares, al tiempo
que se giraron bonos al “contado contra liqui” para hacer bajar los
precios de los títulos de deuda.
8. Desmintió rumores de que los importadores eran enviados al “contado
contra liqui” o al blue para conseguir sus dólares.
9. Profundizó el racionamiento cambiario. Por ejemplo, le informó a los
grandes productores de conciertos musicales con figuras internacionales
que no hay más divisas para girar al exterior (pone en riesgo la
realización de los conciertos programados por el resto del año y la
primera mitad de 2015).
10. Cuotificó las divisas que cederá a las industrias automotriz y
ensambladoras de electrónicos de Tierra del Fuego, mientras mantiene una
deuda cercana a los 5.500 millones de dólares con los importadores, que
por ahora, no tienen fecha ni forma de pago.
Pese a esta batería, no se pudo evitar que el blue llegara a $16. ¿Qué
pasará cuando ingresen al mercado los $130.000 millones que se deben
emitir hasta Diciembre, con las reservas congeladas? Hoy, las
expectativas inflacionarias, la restricción cambiaria y el impacto que
tendrá la inmensa emisión de pesos a realizar no ponen techo el precio
del blue.
Hasta ahora, las medidas que ha tomado el Gobierno para revertir la
situación macroeconómica, desde que está al frente del Palacio de
Hacienda, Axel Kicillof, han sido contraproducente. "Lo que era un
entibiamiento de la economía con inflación controlable se ha convertido
en una recesión sin piso y una inflación sin techo" (frase del
economista Daniel Sticco), y parafraseando a Raúl Ricardo Alfonsín, "no
saben, no pueden o no quieren" solucionar.
Lo que ha demostrado Axel Kicillof es que no escapa a su limitada
formación ideológica. Sigue creyendo que el Estado puede dominar al
mercado y que el Gasto Público puede impulsar el consumo y convertir una
recesión en crecimiento. Además, como no cree que la emisión sin
sustento de moneda genera inflación, no cree que exista un problema
fiscal, por lo cual, cada medida de mayor intervención del Gobierno en
la economía termina por alejar inversores, impacta, en forma negativa,
en un sector productivo; o alimenta la inflación y el crecimiento del
blue.
Los datos de la economía dibujan un cuadro que tendrá un inmenso impacto
social y que hará mucho más duro el ajuste que deberá llevar adelante
el próximo Presidente, un dato que no registran, aún, los comandos de
campaña del sciolismo, el macrismo, el massismo y el Frente UNEN, que
mantienen su política de analizar la realidad, en vez de comenzar a
exigir cambios profundos que faciliten la tarea del heredero de Cristina
Fernández en el cargo.
En pocas palabras: lo que se comienza a jugar ahora es quién hará el
ajuste. ¿Será Cristina Fernández o será el futuro Presidente de la
Nación, cualquiera sea su nombre? Lo dicho: el Gobierno no sabe, no
quiere o no puede; lo que implica que Daniel Scioli, Sergio Massa,
Mauricio Macri y el pelotón de postulantes del Frente UNEN deberían
comenzar a trabajar ya mismo en un acuerdo mínimo de medidas para
generar un shock de confianza para cuando asuma el próximo mandatario en
el menor tiempo posible.
La Argentina salió de la crisis 2001/2002 gracias a que China comenzó a
consumir alimentos e insumos y causó un estallido en el precio de la
soja, los granos, las carnes, los minerales y los productos energéticos,
todos exportables por la Argentina, que en ese momento, tenía
excedentes de producción. A su vez, Brasil, que avanzaba en su camino de
ser potencia de segundo orden, como son los BRICs, se nutría de la
industria local.
Pero este escenario no se repetirá en 2015. China ha caído en sus
niveles de consumo y producción, la soja ya no es un bien escaso, el
lento crecimiento en los Estados Unidos y Europa no incentivan las
compras de alimentos argentinos y Brasil amenaza con devaluar su moneda
luego de las elecciones de hoy, lo que podría generar el mismo impacto
que en 1998 en la Argentina, es decir, una recesión mayor y creciente
déficit comercial.
Si los presidenciables creen que con un simple cambio de clima hacia las
inversiones externas, negociando una rápida salida del default, loteado
“Vaca Muerta” o desempolvando la soja del Siglo XXI, es decir, el
litio; van a “llover los dólares” y los problemas macroeconómicos se
revertirán, se equivocan. El ajuste a realizar, cada vez será más duro y
tendrá un mayor impacto social. Justo lo que busca el Gobierno de
Cristina Fernández.
El blue es el termómetro de la crisis, pero también, de la fortaleza o
debilidad que tiene el kirchnerismo en el poder. De allí el temor que
tiene los funcionarios al blue y sus intentos por controlarlo. Sin
embargo, sin cambios de 180% en la Administración K, la crisis tenderá a
empeorar.