viernes, 19 de abril de 2019

La visita de Judith Butler, pro-incesto y pro-pedofilia




Bajada de línea en Argentina: la visita de Judith Butler, pro-incesto y pro-pedofilia

Hace años que, en nuestro país, un tristemente célebre Ministro de Relaciones Exteriores habló que, para subsistir políticamente, eran necesarias las relaciones carnales con los Estados Unidos. Y no se equivocaba al parecer porque, al final de cuentas, el Tío Sam siempre fue un macho heteropatriarcal.

Para que no queden dudas de que esta política subsiste y de que el liberalismo usa al marxismo para sus fines, a los sudacas del sur nos han seguido enviando emisarios racialmente superiores para decirnos qué debemos pensar y cómo debemos actuar. Fue éste el caso –en los días que corren– de la visita de Judith Butler, filósofa judío-norteamericana, a la Universidad de 3 de Febrero (Buenos Aires), según narra el diario Página 12.
“Postestructuralista” y autora de libros como “El género en disputa” (donde defiende la pedofilia, el incesto y la zoofilia -entre otras maravillas[1]), “Feminismo y la subversión de la identidad” y “Cuerpos que importan”, el personaje en cuestión vino a enseñar acerca de la toma de conciencia gramsciana ni más ni menos que a la Argentina, porque “no es todo lo mismo en América latina; todo el resto del mundo está observando qué están haciendo” –afirmó.
n una verdadera clase de inquisición progre, y frente a “un grupo reducido de periodistas” (tome nota) se habló de “aborto, las denuncias sobre violencia sexual, y el punitivismo”, amén de otras sasaras típicas. Por ejemplo:
– “El tema del aborto es clave porque plantea la pregunta quién tiene el poder sobre los cuerpos… a quién pertenece el cuerpo de la mujer… La prohibición del aborto es una penalización a la sexualidad libre de las mujeres” (nota: sobre el propio cuerpo o sobre nuestra sexualidad, siempre hay un límite, como con la ley de gravedad. Más aún cuando el cuerpo es de otro).
“Podés llamarte mujer, es una categoría histórica, que cambió con el tiempo. Hay muchas maneras de ser una mujer” (nota: ¡claro! ¡eso lo supo desde un principio el salteño “Sergia”, que se cambió de “género” y se jubiló antes!).
– “El feminismo no puede ser separatista, las mujeres necesitan estar entre ellas sobre todo cuando hablan de violencia” (nota: cuando se trata de salir a la calle, todas se “auto-perciben” mujeres; y eso lo sabe cualquier pastelero: toda torta puede darse vuelta).
Manifestaciones en Brasil contra Butler y su ideología de-generada
Sarasas y más sarasas…
Hasta aquí, “más de lo mismo” –dirá alguno. Y es verdad. Pero donde muestra la hilacha la señora (o señoritx, pues vaya a saber cómo se autodefine), es cuando baja línea diciendo que, lo más difícil, es la cosmovisión cristiana que aún mantiene nuestro país, a pesar del paso de los años:
-“El Estado metió dentro de sus leyes una moralidad cristiana”.
– “El cuerpo de las mujeres es del Estado, de la Iglesia o de la Iglesia dentro del Estado, porque son amigos muy cercanos”.
– “Es el Estado y la Iglesia que fuerza a la mujer a un acto reproductivo”.
Como vemos, “el pez por la boca muere” dice el refrán. Es justo esto lo que molesta: los resabios de cristiandad que aún quedan en nuestra ex civilización.
Y nosotros nos preocupamos por mantener; por eso somos “fachos”, según ellos.

Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
11/4/2019
[1] Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona, Paidós, 2007, p. 265.