Las cloacas del pucherazo o los notredames del PSOE
Laureano
Benítez Grande-Caballero.- «Si quieres ser estafado, paga por
adelantado», dice una frase refranesca de esas que aquilatan la
sabiduría popular. Justamente eso es lo que ha pasado en el enésimo
golpe de Estado que hemos padecido los españoles en las pasadas
elecciones.
Aunque peque de inmodestia, empiezo a sospechar que igual tengo
poderes adivinatorios de un tiempo a esta parte. Recién empecé s
escribir artículos hace 5 años ya vaticine el pacto de los «Picapiedra»
para gobernar y echar abajo las columnas de Hércules. No era nada
difícil pronosticar esa conspiración, lo confieso, pero algo más
aventurado era escribir un artículo el fatídico 1-O pidiendo al Rey que
interviniera para pagar el golpe catalán, y hete aquí que dos días más
tarde se produce su famosa intervención.
Hace unos días escribí dos artículos alertando sobre la posibilidad
de un pucherazo, y he vuelto a hacer bingo, desgraciadamente.
En mi artículo anterior desgranaba los artilugios y mafioserías con los cuales se puede hacer un pucherazo, incluso desde tu propia casa, y luego he investigado sobre más trampas tecnológicas con las que demostrar que, digan lo que digan los medios generalistas, el fraude electoral es posible.
Reconozco que no entiendo gran cosa de códigos fuente, de algoritmos, de toda esa parafernalia informática con la que se puede adulterar una elección, pero tampoco es imprescindible partirse la cabeza entre bits para encontrar las pruebas del delito, porque el simple sentido común puede ser una herramienta magnífica a la hora de desenmascarar los trampantojos con los que la oligarquía luciferina que nos malgobierna urde sus mascaradas golpistas
Para empezar, resulta que el CIS del increible
Tezanos ha clavado los resultados, que concuerdan con sus lunáticas
encuestas, las cuales siempre daban el mismo resultado, a pesar del paso
de los días y los meses. Esas encuestas eran la rechifla de toda
España, que las consideraba obra de un cocinero siguiendo recetas del
Dr. Fraude. Pero hete aquí que, no sólo las ha clavado, sino que incluso
puede decirse que la escandalosa ventaja de la izquierda que
pronosticaba se le quedaba corta.
No pasaba ni media hora del cierre de los colegios electorales,
cuando ya se sabían los resultados de las elecciones, que concordaban
–oh, milagro– con los pronósticos del CIS. A lo largo de toda la noche,
se mantuvieron en las mismas cifras, sin ninguna variación. Asombroso
cum laude.Otro misterio que induce a la sospecha es que todos los que se burlaban de las encuestas del Tezanos por juzgarlas inverosímiles ahora, cuando se han cumplido, permanecen en un mutismo absoluto sobre el tema, sin cuestionarse ni lo más mínimo su validez, con lo cual tenemos que no se creian los resultados pronosticados, pero aceptan sin rechistar los resultados reales. Difícil de explicar esta postura tan extraña, porque ningún medio generalista, ningún tertuliano de los que dudaban del CIS ha pronunciado las palabras «pucherazo». Raro, raro, porque ya sabemos que todos esos medios están controlados por quienes sabemos.
En cuanto a Soros… Viene a España a instancias de su sibuana Luis Garicano, al enterarse de que C’s rechazaba apoyar al PSOE en un futuro gobierno de coalición si la suma de los dos partidos conseguía mayoría absoluta, y lee la cartilla a Rivera, conminándole a aceptar esa posibilidad.
A la luz de esto, resulta sumamente sospechoso que, mientras que VOX y el PP han obtenido muchos menos escaños de los pronosticados, solamente C’s ha subido su representación parlamentaria, hasta el punto de que le da la mayoría absoluta con los socialistas. Otra casualidad maravillosa.
Además, prácticamente casi todos los incidentes de la jornada electoral tuvieron como denominador común el boicot a VOX. No ha sido raro, pero no por eso deja de ser sospechoso.
Dicen que el recuento manual de las papeletas hace imposible el pucherazo, pero ya dejé constancia en mi artículo anterior que los resultados de las actas se transmiten vía electrónica al Ministerio del Interior, al programa informático de la empresa encargada del procesamiento de los datos. Nada más entrar un acta en la dimensión electrónica, el fraude es posible, como demostré en mi escrito.
Se habla del famoso fraccionamiento de los votos, que convierte en decimales los números enteros de las actas; se habla del sistema de compensación mixta; del «Priviledge» , otro sistema informático para puchererear, y de otros procedimientos mafiosos para adulterar los resultados de una elección. Como ya dije más arriba, no estoy al tanto de estas sofisticaciones tecnológicas, pero sus resultados fraudulentos en otras elecciones están por doquier.
También nos dice el sentido común que en un mundo tan degradado, en unas sociedades tan corrompidas, tan pervertidas, tan colmadas de falsedad y cochambre, es de ingenuos y tontainas pensar que unas elecciones pueden ser un proceso limpio, inmaculado, inocente, honesto y honrado, cuando de sus resultados dependen el poder y las alforjas de una panda de traidores, sinvergüenzas, corruptos y degenerados, ahítos de megalomanía y cleptomanía, sin ningún principio moral en su buchaca.
Y más cuando hoy disponemos de artilugios para hacer cualquier cosa, para engañar a mansalva, para invadir conciencias y aparatos… Súmese a esto que toda esa sofisticadisima tecnología está en manos de los plutocratas psicopatas que dominan el mundo, y el pucherazo está servido.
Resulta también esclarecedor que todos los diarios de la basura izquierdista están obsesionados en la tarea de demostrar que no ha habido pucherazo, lo cual es una señal inequívoca de que lo hubo. Recuerdo que en las elecciones de 2016, cuando los podemitas perdieron casi un millón de votos, decían que había habido fraude, robo alevoso de votos a la izquierda, pero ahora resulta que no ha pasado nada. O sea, que el pucherazo es posible y se lo hicieron a ellos, pero ahora la jugada se ha hecho imposible. Bondad graciosa.
Y llama la atención que las encuestas hayan fallado más de la cuenta últimamente, pues en el 2016 fallaron estrepitosamente, y también fallaron las andaluzas, pero las del cocinero Tezanos han acertado, y con muchos meses de antelación. Vaya, vaya, vaya.
En fin, que podrían multiplicarse argumentos como estos para demostrar lo que en la calle es un clamor, lo que se comenta en los bares, en las tertulias, en los foros… Pero nada en absoluto en los medios generalistas, aquellos que aborregan, que mienten, que adoctrinan, que engañan, que manipulan hasta el hastío.
No sé si en un futuro sabremos la verdad sobre este turbio asunto, pero lo que sí recomiendo a los partidos afectados por el fraude es que vigilen de cerca los lugares en los que se almacenarán los datos de las elecciones, no sea que les vayan a hacer un «notredame», tal y como ocurrió en las elecciones de 1993, cuando el PSOE dio supuestamente un pucherazo electrónico en el último momento del recuento de votos, cuando el PP celebraba el triunfo en el balcón de la calle Génova.
Ganó el PSOE a pesar de ir perdiendo las encuestas en intención de voto y a pesar del 20% de paro, el terrorismo de estado GAL, Roldan, Cruz roja, Filesa, Banco de España y escándalos varios…Dos años después y antes de las elecciones del 96 misteriosamente se incendio el palacio de congresos donde supuestamente se guardaban los resultados electorales del 93.
Así que ojo al dato. Estamos advertidos.