FUE ROCA, Y SOBRE ESA ROCA EDIFICÓ UNA NACIÓN
Por Malú Kikuchi (18/10/2014)
Volvamos a la escuela, a la nuestra, a esa que no sabía de revisionismos
progres, ni de remordimientos a destiempo sobre el destino de los
“indios”, hoy rebautizados “pueblos originarios”.
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Volvamos a la maestra
que se respetaba porque era “la maestra”, no la docente y menos la
trabajadora de la educación. Esa que pretendía que estuviésemos
orgullosos de nuestro pasado, que no empezó en 2003.
Y no hay historia más fantástica que asistir al nacimiento de un país.
Los héroes de un país luchan por personas que sienten, piensan,
discuten, tienen visiones diferentes entre sí. Todo es más difícil y por
eso mismo más deslumbrante, cuando el resultado es haber construido una
nación.
El 19/10/1914, en Bs. As., moría Julio Argentino Roca. Dejó un gran país
con futuro, 100 años después estamos en un pantano del que no sabemos
si tiene fondo. Y lo siento por los mapuches, pero pretendo contarles,
muy cortita, la historia de quien fue Roca. Nació en Tucumán en 1843. Al
vencer Urquiza en Caseros se mudaron a Entre Ríos. Estudió en el
Colegio Nacional de Concepción del Uruguay.
Siguió la carrera militar. Combatió en Cepeda y en Pavón como un héroe.
Luchó en la guerra contra el Paraguay donde murieron su padre y dos de
sus hermanos. Ya Tte. Coronel y Comandante de Fronteras en Córdoba, se
casó con Clara Funes, tuvieron 1 hijo varón que sería el vicepresidente
del General Justo (1932/1938) y 5 hijas mujeres.
Siendo presidente Avellaneda, gana la batalla de La Rosa contra
Arredondo, que respondía a Mitre. Le vale ser ascendido a General, ¡a
los 31 años y en el campo de batalla! Y es nombrado ministro de Guerra y
de Marina. Avellaneda manda un proyecto de ley al congreso sobre la
necesidad de una Campaña del Desierto para terminar con la amenaza de
los malones, que ocupaban el sur de la provincia de Mendoza, pasando por
el sur de San Luis, sur de Córdoba y la frontera oeste de Buenos Aires.
De ahí en más, todo estaba en manos de los mapuches.
Los mapuches eran araucanos venidos de Chile, genocidas de “nuestros
reales pueblos originarios”, como los tehuelches, los puelches y los
pampas. Se especializaban en ataques sorpresivos a las tierras del
“blanco”, mataban a los hombres, sometían a las mujeres y a los niños y
robaban la hacienda, que luego vendían en Chile.
La ley de la Campaña del Desierto, votada por el congreso, fue la N° 947
(5/10/1878).
Cumpliendo las órdenes de Avellaneda, avalado por ley del congreso,
partió hacia el sur. Desmitificando mentiras mapuches: *la Campaña
recogió 1.600 indios muertos, 10.000 rendidos incondicionalmente, 6
caciques tenidos por peligrosos hechos prisioneros y Namuncurá que selló
la paz con Roca, entregándole como prenda de la misma a su hijo
Ceferino, de 5 años; que Roca colocó con los salesianos, que a su vez lo
enviaron a Roma a terminar sus estudios y que murió en olor a santidad
antes de los 19 años.
¡A Roca le debemos nuestro primer santito! Los caciques fueron enviados a
Martín García, los indios que se rindieron repartidos en estancias y
en pequeñas comunidades; las muchachas jóvenes colocadas como domésticas
en casas prominentes. Que este hecho es una salvajada, de acuerdo. Era
la época; todos eran salvajes, pero no se torturó, ni se asesinó a
nadie. Los muertos murieron en batalla, los prisioneros no tenían
derechos en esos tiempos, Zaffaroni no había nacido.
Hoy mueren en Argentina más de 8.000 personas/año en accidentes de
tránsito; entre 2002 y 2012 se ha asesinado una persona cada 3 horas.
Hablar del genocidio indígena de Roca es un chiste malo, contado por
gente que hace política con el hecho y sueña recuperar territorios que
Roca conquistó para nosotros y para siempre.
Esos territorios incorporados a la Argentina fueron 787.291km2. La
Patagonia fue nuestra, ni mapuche, ni chilena; argentina hasta hoy. De
vuelta a Bs. As., la candidatura de Roca a la presidencia estaba
cantada. En una entrevista de Paul Groussac para “Le Courier de La
Plata”, Roca decía: “Soy amigo de mis amigos, pero no soy enemigo de mis
adversarios”. La fama de estadista asomaba.
Tuvo que luchar una vez más contra Mitre, que detrás de Carlos Tejedor,
gobernador de Buenos Aires, no permitía la federalización de la ciudad
de BS.As. Estando el gobierno nacional en la provincia, dependía
jurídicamente de la misma. La federalización era necesaria. Roca venció
y Bs.As. fue capital federal. Nacía La Plata.
Ya presidente por 1° vez (1880/1886), comienza el gigantesco trabajo de
crear de un desierto, un estado ordenado bajo el lema “Paz y
administración”. Cumplió. A vuelo de pájaro: la ley 1420, sueño de
Sarmiento, educación gratuita, libre y obligatoria. Creación del
registro civil: las personas, católicas o no, eran inscriptas desde el
nacimiento, casamiento, y muerte, algo que hasta entonces dependía de la
Iglesia. Los no católicos no existían. Estas 2 medidas, educación laica
y registro civil, costaron una ruptura con el Vaticano que duró 12
años, y que Roca solucionó en su 2° presidencia.
Unificó la moneda, había varias (pesos, no US$); formó un ejército en
serio; en 1884 incorporó los territorios de Formosa y el Chaco,
redondeando así el millón de km2 que nos consiguió. Recibió en 1880,
2.500km de vías férreas, se fue en 1886 dejando más de 9.000km.
Profundamente federal, se ocupó del interior del país. Impulsó las
bodegas en Cuyo y la caña de azúcar en el NOA. Fue el 1° presidente que
firmó buenos acuerdos para nosotros, con Chile.
En la 2° presidencia (1898/1904), por ley 4301 (1901), Pablo Richieri,
ministro del área, impone el servicio militar obligatorio para todos los
jóvenes de 20 años, en un esfuerzo más por integrar la nación. En 1903,
su ministro de RREE, Luis María Drago, impone un concepto internacional
sobre el cobro de deudas a países deudores. Joaquín V. González
redacta el 1° código de trabajo. Con una precaria reforma electoral,
pero reforma al fin, esta permite que en 1904 Alfredo Palacios sea
elegido por la Boca, como el 1° diputado socialista de América.
Por supuesto que tuvo fallas, todos los hombres las tienen. Recibió
tierras conquistadas y las aceptó. Hubo fraude y corrupción (en medidas
tan pequeñas para el día de hoy, que da vergüenza nombrarlos). El país
era manejado por una élite, que estaba preparada para hacerlo y por
regla general pensaba en la grandeza de la Patria y no de sus
patrimonios. A pesar de sus fallas, en sus 2 presidencias llegaron a
esta tierra, entonces de esperanza, más de 500.000 inmigrantes que
ayudaron a engrandecerla.
Le debemos nuestro 1° puerto de guerra naval, Puerto Belgrano. Se
comenzó sobre finales de la 1°presidencia y lo inauguró en la 2°, en
1902.
Lo siento por los mapuches, por los progres y por los resentidos, pero
no siento pincharles el globo: sin Roca no hay estado nacional.
Construyó un estado lógico, pequeño y útil, funcional a la población
que debía mantenerlo. Años luz del elefante que tenemos hoy.
Se presentaba, no importa ante quien, sin títulos de ninguna clase
diciendo: “Soy Roca”.
Y sobre esa roca edificó nuestra nación.

