Ayer el sector kirchnerista Justicia Legítima marchó frente al
palacio de Tribunales para seguir reclamando por el voto popular para la
elección de los consejeros de la magistratura desechado por la Corte
Suprema de Justicia. Coincidió con la denuncia del presidente de ese
cuerpo, Ricardo Lorenzetti, quien admitió que el director de la AFIP,
Ricardo Echegaray, inició una investigación fiscal en contra suya y de
sus tres hijos, lo que después negó la agencia oficial TELAM. Queda
claro que el hecho existió. A tal punto. que Lorenzetti aseguró que iba a
denunciar penalmente por extorsión y amenazas a Echegaray. Éste se
vería en una situación complicada si algún fiscal federal lo imputa. Es
que, al carecer de fueros, estaría a tiro de una declaración indagatoria
y su posterior procesamiento.
Forzando los hechos
Al menos dos de las líderes de Justicia Legítima están implicadas en
un caso grave que anticipamos en esta columna. Tanto la procuradora
general Alejandra Gils Carbó, como Cristina Camaño, Secretaria de
Coordinación del Ministerio de Seguridad, intentaron intervenir en el
horrendo crimen de Ángeles Rawson. Y Gils Carbó habría llamado a la
fiscal de la causa, Paula Asaro, para que implicara al padrastro de la
adolescente asesinada. Camaño intentó que no se imputara el portero
Jorge Mangeri como principal sospechoso. Todo esto representa una
anomalía muy grave, por el hecho de que se trata de autoridades de
primer nivel que intentaron fabricar un crimen familiar para no
reconocer que se trata de un episodio de inseguridad de los tantos que
afectan a los argentinos.
A todo esto, el senador Aníbal Fernández calificó a la Corte Suprema
de opositora, con lo cual se cumplen los pronósticos acerca de que la
presidente iba a seguir insistiendo con sus presiones al máximo tribunal
con el fin de condicionarla en los futuros fallos sobre la ley que
restringe las cautelares contra el Estado y la apelación de la causa
Clarín sobre la vigencia de los artículos claves de la ley de medios
audiovisuales. Luego del fallo de la Corte que fulminó la elección de
consejeros, en el gobierno se abrieron expectativas de que el tribunal
lo compensaría con fallos favorables, pero la información actual es que
serían inminentes dos fallos negativos más. De ahí la nueva escalada de
presiones, porque el cristinismo se ufana de no dar nunca un paso atrás.