sábado, 29 de junio de 2013

TODO TIENE QUE VER CON TODO, ¡CREER O REVENTAR!

     Al informe publicado acerca de las muertes que siguieron al atentado a Carlos Menem Jr. falta agregar la de Antonio Sanchez Trota; quién, luego de ser citado por el Juez y declarar todo lo que le había relatado su hermano Hugo; fue asesinado.
     Este atentado tiene todas las características de una operación de la C.I.A.. Pero vayamos por orden desde el principio.
     El 16 de febrero, un mes antes, un señor Mario Aguilar dejó una nota pidiendo audiencia con el ministro Carlos Corach. Esa nota decía, textual:
     Debo decirle: 1) El muy posible atentado puntualmente contra Carlos Menem Jr; 2) Está relacionado indirectamente con A.M.I.A., el tráfico de armas, etc, etc; 3) Es un mensaje al Presidente; 4) El atentado se producirá en vuelo, por lo tanto no importa la custodia, y no será un elemento sofisticado el que atente contra el helicóptero; 5) Se tratará de hacerlo pa4recer, públicamente, como un accidente por motivos que le comentaré públicamente; 6) De acuerdo a mis testimoniales en la causa A.M.I.A., e posible atentado contra la vida del hijo del presidente se enmarca dentro del terrorismo internacional. Ruego, ya que no tuve noticias del juzgado Nº 9, que usted solicite copia de mi nota de fecha 9 de diciembre, certi-ficada por escribano público. Manifiesto en esa nota que el atentado se producirá dentro de los próximos tres meses.
     Cual es la trama del asesinato de Junior? No podía creer todo lo que hablaban del padre, respecto de los negocios turbios que lo involucraban. Esa mañana, al cargar combustible en el aeródromo de Don Torcuato, levanta una joven pasajera que deja media hora mas tarde en el complejo de cabañas Lagos del Sol, propiedad de Mario Pallas. Esa joven extranjera le hizo entrega de documentación referida al tema armas y narcotráfico. Junior guarda el sobre en el portafolios junto a los u$s 30.000 que llevaba para la carrera y se dirigió hacia su último destino.
     Ese portafolios quedó depositado en las bóvedas del Banco Nación de Ramallo; es lo que pedían los ladrones junto a el dinero que había allí.
     La matanza fue un operativo policial para encubrir la participación policial en el asalto. Sobre eso existió otro operativo político judicial para tapar todo.
     De los tres ladrones, uno murió en la balacera hacia el auto; el que había quedado negociando dentro del banco fue llevado a la comisaría, donde, luego de una golpiza que lo dejó inconsciente fue ahorcado con el forro de un colchón. Eso quedó demostrado por el fiscal de San Nicolás, Vicente Botteri, tras un peritaje pedido por la querella.
     Norberto Céspedes, acusado de proveer los celulares a la banda declaró que varias veces fue torturado para que revelara donde estaba el sobre y el video sacado del Banco Nación de Ramallo. También acuso al ex jefe de calle de Colón Miguel Canario Paolini de encargar el robo de una documentación relacionada con la muerte de Junior que había sido depositado en la bóveda de ese banco. El único ladrón sobreviviente, Carlos Martínez, dijo que el oficial de Comando de Patrullas Miguel Canario Paolini y el Comisario Juan Carlos Maldonado aportaron a la banda un handy conectado a la frecuencia de la policía y el plano del banco.
      Lourdes Di Natale estaba condenada en ese ambiente; había sido secretaria de Miguel Angel Vico, Ramón Hernández y Emir Yoma. Por si fuera poco, pareja del abogado de Emir, Mariano Cúneo Libarona.
     Declaró que en la oficina de Emir acudían con frecuencia Monser al Kassar, Diego Palleros, Edberto González de la Vega y Luis Sarlenga, todos vinculados a la causa armas. Además confirmó los estrechos vínculos con Alfredo Yabrán. Varias veces dijo que Emir había cobrado la coima.
     En la causa de la muerte de Junior declaró que su compañera Aurelia Hoffman era testaferro de Emir y que para la época de la muerte de Carlitos junto a la abogada aeronáutica Patricia Martello y el ingeniero aeronáutico Alejandro Boffa trabajaban hasta tarde y hacían trámites en la Dirección de Aeronáutica porque Carlitos salía a volar sin autorización y había que tener los papeles al día para cobrar el seguro.
     También declaró que le obligaron a firmar tres actas ante escribano por las cuales no podía repetir lo que le había contado Aurelia Horffman acerca de lo que había dentro del portafolio que llevaba Junior.
      El caso Junior lleva el sello de la C.I.A., en la cantidad de muertos posteriores; o se compran o se asesinan. Se realizó a través del Banco Multicrédito, con sede en Mendoza, propiedad de Raúl Moneta. Hay un listado de cheques que suman u$s 30.000.000, que es lo que costó la operación. Curiosamente, ese banco dejó de funcionar el mismo día del asesinato y no tenía autorización para operar mas de u$s 10.000.000. Además es utilizado para el lavado de dinero de drogas y armas.
      Por que se mete la C.I.A.? Por la trama oculta de lo que se llama contrabando de armas cuando en realidad es una exportación; donde van es otra cosa.
     Vamos por el principio; el 25 de mayo de 1991, Croacia declara la independencia de Yugoeslavia. Para ello contaba con el respaldo de Estados Unidos, Europa Occidental y el Vaticano. Un mes después las tropas federa-tivas de la vieja Yugoeslavia intervienen en Croacia y recrudece la guerra civil. El 27 de agosto se firma el primer decreto presidencial autorizando la venta de armas a Panamá.
     Cuando los croatas negocian con Fabricaciones Militares se exigió un certificado de destino final, pero no se aceptó el de Croacia para no quedar pegados en el conflicto. Lo reemplazan por el de Panamá. Aquí está la primer anomalía; aún no estaba decretado el embargo a Croacia por la O.N.U.
     El imperio tenía sus planes delineados. Esta venta se hizo con el visto bueno de Washington; comenzó con Bush y terminó con Clinton. Había que cubrir a la Argentina que era miembro del Consejo de Seguridad, presidía el Comité de Sanciones a quienes burlaban el embargo y tenía tropas en las fuerzas de paz de los Balcanes.
     Fue un pedido expreso de Estados Unidos que otros países hagan el trabajo sucio. De hecho, los aviones que transportaron las armas hacia Croacia son de la empresa Fine Air, perteneciente a la C.I.A. Estados Unidos tuvo serios problemas con el Iran-gate cuando le vendieron armas en su guerra con Irak y los fondos recaudados fueron desviados a los contras nicaraguense. Nos han usado como siempre.
     Fines de 1991, con el apoyo occidental, Croacia logra su independencia, pero empieza la guerra con Servia por Bosnia. Allí ya estaba el embargo decretado; es la hora de los traficantes. En 1994 hay cinco embarques a Croacia. Tanto del país comprador como del vendedor (Argentina) intervinieron funcionarios de gobierno, como una transacción normal. En 1995 un nuevo embarque es desviado a Ecuador.
     Cuando se entra en esa, se está predispuesto a cualquier cosa; no se sabe si fueron desviados por los traficantes o por orden de Estados Unidos.
     Los croatas piden cañones, en Fabricaciones Militares les informan que están en el catálogo. Le ofrecen cañones de 155 mm, obuses italianos y morteros usados reacondicionados; Croacia los aceptó.
     Ahí está el tema; debían tapar el faltante de material, por eso hucieron volar la fábrica. Una locura por donde se lo mire; agravado porque la explosión fue direccionada hacia la ciudad para que no involucre a una petroquímica.
     Todos tenían conocimiento de los embarques; emisarios del gobierno de Croacia visitaron la fábrica en un avión del Ejército. En 1992, Balza y Erman González viajaron a Croacia.
     Las instrucciones de Washington de llevar a cabo las ventas cambia el tablero; nadie sabe exactamente cuales fueron esas instrucciones. El envío a Panamá o Venezuela es parte de la estrategia; por supuesto que Estados Unidos niega todo.
     La transacción era de nación a nación; ahora sí, para burlar el embargo, Fabricaciones Militares pagaba buenas comisiones a los interme-diarios; como se repartían estas, en el estado actual de nuestra dirigen-cia es obvio el vuelto. Si iban usados por nuevos, sobreprecios, sub fac-turación, no olvidemos que había argentinos en el medio.
     Aquí también hay muertos posteriores, lo que hace suponer la mano de la C.I.A.
     Para quedar bien con el imperio y hacer pingües negocios, quedamos expuestos tomando parte en conflictos en los que no tenemos ingerencias; violando disposiciones de la O.N.U.; interviniendo siendo garantes de paz. Nuestros gobernantes se meten en un circuito del que no tienen idea como funciona, dejando al país en la mira de represalias. En las relaciones internacionales tarde o temprano todo se paga.
      El imperio tiene sus objetivos bien definidos; fundamentalmente el control de los recursos naturales. El negocio petrolero es fundamental; no admiten que nadie se involucre en él y menos aún con cierto peso propio en el mismo.
     José Estensoro fallece en un     “ACCIDENTE” de aviación el 4 de mayo de 1995. Nadie lo investigó y la causa se cerró de inmediato, pese a lo sos-pechoso del mismo. La clave está en los planes y la gestión de Estensoro y lo que vino después de su muerte.
     La empresa era controlada por el gobierno argentino por medio del 20% de las acciones y la de oro. Tras alcanzar records de producción había en-carado un ambicioso plan de inversión comprando yacimientos en Rusia, Asia, Africa, América Central y del sur. Terminaba de cerrar una operación de compra en mil millones de dólares de una petrolera norteamericana de Texas. La visión era que Y.P.F. se convirtiera en la nave insignia de una integración petrolera de América del Sur. Este proyecto ya estaba en marcha, por ello viajaba a reunirse con las mas altas autoridades ecuatorianas junto al presidente de la petrolera chilena, José Pedrals.
     Luego de la muerte de Estensoro se hizo cargo de Y.P.F., la empresa española Repsol (cuyo capital pertenece en un 40% a la corona británica).
              Cuando al Imperio le tocan sus intereses, todo tiene que ver con todo y los objetivos se logran a cualquier costo. Si nosotros no entendemos como se mueve el enemigo y seguimos teniendo escrúpulos con él; jamás lograremos el mínimo objetivo.