jueves, 27 de junio de 2013

¿NARCISO DE LAPRIDA HABRA SIDO KIRCHNERISTA?

Los argen­ti­nos ya esta­mos acos­tum­bra­dos. Cada feriado con­me­mo­ra­tivo de alguna fecha patria, gesta nacio­nal o recor­da­to­rio de algún pró­cer, nos ente­ra­mos que el kir­ch­ne­rismo no es con­tem­po­rá­neo ni la Cám­pora se gestó en los ‘70. Muy por el con­tra­rio, hemos des­cu­bierto con no poca sor­presa que ya en las dinas­tías egip­cias, en las cam­pa­ñas napo­leó­ni­cas e inclu­sive for­mando parte de los ague­rri­dos gue­rre­ros ango­le­ños el movi­miento kir­ch­ne­rista con su fuerza de cho­que La Cám­pora daba su pre­sente con esten­tó­rea voz en las pági­nas más impor­tan­tes de la his­to­ria uni­ver­sal. No importa si por una pacho­do­ne­lliana ver­sión nues­tra exi­tosa abo­gada supuso a los nati­vos de Angola for­mando parte de los ejér­ci­tos patrios cuando en reali­dad inte­gra­ban las fuer­zas impe­ria­les del Bra­sil al mando del mar­qués de Bar­ba­cena, derro­ta­das en la bata­lla de Itu­zaingó por nues­tro ejér­cito al mando del Gene­ral Car­los Mar de Alvear. Es ape­nas un deta­lle menor que los mili­tan­tes segu­ra­mente pasa­rán por alto.
¿Qué nuevo des­cu­bri­miento nos depa­rará el pró­ximo 9 de Julio? Tal vez que Nar­ciso de Laprida haya sido un exi­toso abo­gado ins­ta­lado en nues­tra Pata­go­nia cuyos devo­tos dis­cí­pu­los lle­ga­rían algún día a ocu­par pues­tos de impor­tan­cia en el gobierno Patrio. Ya nada nos podría sor­pren­der en este tema.
Pero sí nos sigue sor­pren­diendo la Pre­si­dente en cada dis­curso con sus absur­dos, desen­fre­na­dos y agre­si­vos ata­ques a todo aquel que se le cruce en su camino. Sin el más mínimo fun­da­mento jurí­dico, pese a sus bla­so­nes aca­dé­mi­cos, intenta con­ven­cer­nos de que la Jus­ti­cia no es un Poder inde­pen­diente y debe­ría, al igual que el legis­la­tivo, arro­di­llarse a sus capri­chos y aplau­dir efu­si­va­mente cada una de sus deci­sio­nes. “Noso­tros pusi­mos esta Corte para otra cosa” (Zan­nini dixit)
Pero señora, mala suerte. La Jus­ti­cia o sea el Poder Judi­cial es uno de los tres… … … .. pero para qué voy a seguir diciendo algo que es tan claro que un aspi­rante a ingre­sar a la carrera de dere­cho lo sabe de memo­ria. Le doy un con­sejo: Lea la Cons­ti­tu­ción Nacio­nal. Ya sé que tiene par­tes difí­ci­les de enten­der y, más difí­cil aún resulta con­ci­liar unos artícu­los con otros y com­pren­der cabal­mente su significado.
Admito que Ud., como exi­tosa abo­gada, tal vez se haya dedi­cado a liti­gar y su fuerte sean los códi­gos de fondo y de forma, pero una leí­dita no le ven­dría mal. Inclu­sive con el cuerpo cole­giado de ilus­tres abo­ga­dos con los cua­les Ud. cuenta, todos fer­vien­tes demó­cra­tas, podría sacarse las dudas sobre los pun­tos con­fu­sos o de difí­cil inter­pre­ta­ción. No me caben dudas de que las Dras. Conti, Garré, Luber­tino, o los cate­drá­ti­cos Kun­kel, Zan­nini, Aníbal Fer­nán­dez, inclu­sive el Defen­sor del Pue­blo de la ciu­dad de Bue­nos Aires, Dr. Kes­tel­boim. Todos ellos son fie­les defen­so­res de las Ins­ti­tu­cio­nes y par­ti­da­rios de la inde­pen­den­cia de los tres pode­res y de la demo­cra­cia a ultranza — ya lo demos­tra­ron en los ‘70 -, segu­ra­mente le sabrán des­en­tra­ñar los secre­tos de la Cons­ti­tu­ción Nacional
No se engañe señora Pre­si­dente, la Jus­ti­cia es un poder inde­pen­diente, el último que nos queda y sería muy lamen­ta­ble para la Nación que Ud con­ti­núe con su irra­cio­nal e ile­gí­timo ata­que, ¿No com­prende que se trata de uno de los pila­res de la demo­cra­cia? No se deje enga­ñar por los exce­si­va­mente efu­si­vos aplau­sos de su Vice­pre­si­dente. Su actua­ción tiene un inte­rés per­so­nal: Resulta que la causa que se le sigue por enri­que­ci­miento ilí­cito la ins­truye el Juez Lijo; pobre Amado no tuvo la suerte que tuvie­ron Ud. y su esposo (q. e.p. d.) de ser inves­ti­ga­dos por el Dr. Oyar­bide. ¿Recuerda con que efi­cien­cia y cele­ri­dad archivó la causa? ¿Y el fis­cal que justo ese día tenía pape­ras y no apeló?
Ima­gí­nese Ud. lo que sería la Jus­ti­cia si no tuvié­ra­mos jue­ces como el Dr. Oyarbide… .
Pién­selo Dra. inten­tar des­truir al Poder Judi­cial resulta una gesta harto difí­cil. Su resul­tado es incierto y abso­lu­ta­mente nega­tivo: Si no logra su obje­tivo sus accio­nes irán a parar al sótano, su des­cré­dito sería la comi­di­lla inter­na­cio­nal, y si por algún mis­te­rio lo lle­gara a con­se­guir, enton­ces quien des­a­pa­re­ce­ría de la faz de la tie­rra sería la REPÚ­BLICA ARGENTINA.
PIÉN­SELO CRISTINA.
Autor: Juan Manuel Otero